"Un amor" es un nuevo tour de force narrativo de Alejandro Palomas: desgarrador, emocionante y profundamente hilarante, esta montaña rusa emocional no dejará indiferente a ningún lector, y no sólo por los innumerables pasajes en los que, de un modo u otro, éste se verá indefectiblemente reflejado, sino porque a buen seguro podrá extraer de ella alguna que otra enseñanza. La de Palomas es, en Un amor, una literatura escrita y articulada para el impacto –“escribir para el plexo”, lo define él-, en la que el autor tira una piedra y se hace a un lado, dejando que sea el lector quien viva de primera mano las consecuencias.
Y qué mejor laboratorio que la familia para practicar lo que es la vida. Los que ya conocen a Amalia deambularán por el corazón de una familia potente, con una infinita paleta de colores, una vida bruta. Para aquellos que no la conocen todavía, les espera en Un amor su mejor versión: una Amalia sin pelos en la lengua, con ya poco que perder, incontinente en lo que importa. En una sociedad de emoticonos, de emoción instantánea, Alejandro Palomas remueve y sacude las vidas de sus protagonistas con grandes dosis de humor y dolor. Porque en el mundo de Palomas la vida no es, se hace.
La pericia narrativa de Alejandro Palomas consigue, en un acelerón emocional de 24 horas, coser –como lo hace con los vínculos familiares su protagonista, la gran Amalia– un abigarrado tapiz de historias, entrelazándolas y consiguiendo en su dibujo lo más difícil: que los dos extremos -lo más excéntrico y lo más íntimo- se toquen y coincidan a un tiempo.
Para tía Inés nada bueno augura la coincidencia en el mismo día -un sábado de abril- de dos hitos familiares: la boda de Emma con su novia Magalí y el 73 cumpleaños de Amalia, la madre de Emma. Pero inmersos como están en los preparativos de la ceremonia, poco caso hacen del vaticinio de tía Inés los otros dos hijos de Amalia: Silvia, la irascible y un tanto ansiosa hija mayor, y Fer, el tímido y discreto hijo menor.
Sin embargo, la noche previa a la ceremonia una llamada telefónica dispara la alarma en la familia y la premonición de tía Inés se cumple. A partir de ese momento, los conjurados intentarán mantener la terrible noticia en secreto, a fin de que boda y cumpleaños se celebren con normalidad. La conjura familiar sobrevivirá apenas 24 horas, a la manera de un torbellino salpicado de pequeños incidentes y sobresaltos que mantendrá en alerta constante no solo a los personajes que la protagonizan, sino también, y muy especialmente, al lector.
Una deliciosa tragicomedia
La doble celebración –boda y cumpleaños- es casi una excusa narrativa para desvelar en un día vertiginoso, y por momentos tan desgarrador como hilarante, que el centro de ese variado tapiz de emociones, recuerdos, heridas, pesares y sentimientos lo sigue ocupando Amalia.
Palomas ahonda aquí en las pequeñas y grandes mentiras, en los ocultamientos y silencios, o, en definitiva, en los secretos que se tejen a fin de no herir ni perturbar a los que amamos. Secretos y mentiras que pueden ser tan ineficaces o gratuitos como peligrosos si sólo acaban sirviendo para engañarnos a nosotros mismos: la historia del sorprendente pasado de Magalí, la novia policía de Emma; la reaparición de tía Inés, alejada forzosamente de su vieja amiga Amalia desde que esta se separara de su marido Manuel, con claro perfil de maltratador psicológico; los porqués de la inestabilidad nerviosa o emocional de Silvia, de los que quizá no pueda responsabilizarse sólo a su marido John; o incluso el misterioso motivo que explique que Sven, el atractivo novio sueco de Fer, eluda conocer desde hace año y medio a su familia política y, sobre todo, a su suegra Amalia, que no ve la hora de incorporarlo de una vez al clan familiar y respirar tranquila.
"Un amor" es entrar en esta maravillosa familia por la puerta grande
La lectura de Un amor arranca una explosiva carcajada en el lector justo en el momento en que la emoción comienza a humedecerle los ojos. Palomas domina con maestría el recurso narrativo de contrapunto emocional constante, y eso hace de este relato un viaje irresistible. Poco importa en realidad, si la materia narrativa tiene mucho, poco o nada de autobiográfica (no es casualidad que el autor también tenga dos hermanas y que su perro se llame igual que el nuevo perro de Fer, Rulfo, como el autor de Pedro Páramo), porque con ella Palomas crea una ficción autónoma, propia y rica en interpretaciones.
Una ficción, por cierto, construida sobre leves matices, sucesos cotidianos y la intimidad de la vida ordinaria, en apariencia irrelevante, pero que en conjunto dice mucho sobre la orfandad de las emociones, las maneras de amar, de saber perdonar y de seguir adelante. Lo dice a través de logradas escenas que también nos hablan sobre los peligros de darlo todo sin jamás esperar nada a cambio, porque no basta con solo amar, si quien lo hace, como Amalia, no se valora y ni se ama a sí misma como se merece.
Una madre, un perro…
De eso trata Un amor, la nueva y deliciosa obra de Alejandro Palomas, recientemente galardonada con el Premio Nadal de Novela, que completa la historia de una gran familia ya bien conocida y querida por muchos/as que arrancó en Una madre (2014) y continuó en Un perro (2016). En la primera conocimos a Amalia en sus 65, cuando se disponía a dar un valiente giro a su vida después de más de 40 años de sometido matrimonio y para ello se empeñaba en reunir a su singular familia en Nochevieja. Tres años después en la cronología familiar, una peculiar merienda reunía de nuevo a los personajes en torno a la figura de R., el perro de Fer, y Amalia y los suyos volvían a ser nuestros.
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