El autor es un escritor arriesgado que exige a sus lectores un nivel de atención grande, para lo que utiliza un juego metaliterario muy efectivo.
“Residencia de quemados” es un libro con dos historias o novelas que se complementan y que el lector disfruta por los temas que trata. La terapia psicológica está muy presente en la novela y se vale de ella para montar esas dos historias complementarias, donde una novela de aventuras sobre la princesa Ruta sirve para sanar a los pacientes de la terapeuta Clara. En la entrevista nos da varias pistas sobre la novela que no tienen desperdicio.
“Residencia de quemados” es la tercera entrega de una trilogía. ¿Podría decirnos de qué trata esta trilogía? ¿Tiene un título genérico?
Esta trilogía expresa mi obsesión por los gremios, a los que considero “enemigos del humano”. Me explico, en cada novela construyo mis personajes principales, para después inventarles sus enemigos, enemigos disfrazados de benefactores de la sociedad. Aparentemente, los gremios no son peligrosos, hasta que se organizan como grupos silenciosos de poder. Pondré un ejemplo, en Residencia de quemados la emprendí contra la Psicología, no como disciplina, sino contra la psicología clínica, contra sus terapias conductistas.
No se puede encontrar en mi trilogía un título genérico, pero de proponérmelo este sería El relato total, que atiende a mi obsesión por querer escribir un relato dentro de otro, y de esa manera, quisiera englobar una utopía sobre el mundo y, al mismo tiempo, exponer mis ideas y expectativas literarias.
¿Son novelas independientes o surgen de un mismo esquema?
Las tres son independientes, aunque mantienen un logos parecido, al menos, en lo referido a lo que comenté antes de los gremios.
Con esta nueva novela se pone fin a la trilogía. ¿Cuál es la tesis de la novela?
Existen dos fórmulas en la novela, una para cada historia. La parte que critica a la Psicología fija una tesis: se trata de una disciplina que introduce al paciente el mal que intenta luego extirpar. La otra historia, regulativa y fantástica, se rige por otra fórmula repetida varias veces: nadie ha visto el mundo futuro, como nadie se ha encontrado con su alma allende la muerte; el mundo venidero será como nosotros lo hagamos...
Su novela tiene muchos elementos metaliterarios. ¿Le gusta hablar de la literatura desde dentro de la novela?
Sí, en las tres novelas necesité inventar utopías literarias, mundos imaginarios en los que la Literatura se venga del mal uso que se hace de ella en el presente.
“Residencia de quemados” tiene una doble trama. ¿Por qué ha querido unir dos historias tan diferentes?
Como puede ver el lector, la historia principal necesita de la otra historia. Esta segunda es una historia creada por un personaje-narrador para salvar precisamente a Clara, el personaje principal de la primera historia. Sin la historia segunda de Ruta, la primera se debilitaría, no encontraría Clara el elemento regulador que necesita para dar un giro a su vida.
Por otro lado, para mí la fantasía es un elemento esencial en la Literatura. Por ello, en las tres novelas que conforman la trilogía, siempre construyo un relato fantástico, totalmente diferente al curso ordinario de la historia principal. La fantasía me permite ir más allá de lo real y acercarme a la utopía.
La trama cuya protagonista es la terapeuta Clara está escrita con un narrador omnisciente. ¿Por qué ha preferido hacerlo así?
Mi narrador es omnisciente, lo sabe todo, para no dejar libertad al lector, y al mismo tiempo, con toda intención, pretendo que sea culpable de todo lo que exprese.
La parte de la princesa Ruta, está escrita en primera persona. ¿Cómo se siente más cómodo escribiendo, en primera persona o con un narrador omnisciente?
Me siento igualmente cómodo, aunque en primera persona todo parece más fácil, eso sí, es más arriesgado. Sobre manera, porque cuando se narra en primera persona el lector siempre se pregunta quién es ese que narra, y el escritor deberá mantener una coherencia entre el narrador y el personaje que narra, en este caso Ruta.
¿Por qué ha utilizado estas dos formas de narrar?
La primera parece más… científica, más actual y la segunda tiene la fuerza de lo añejo, un tono más rural y fantástico.
“Me gusta que el lector se sienta cómodo con mis historias”
Ambos narradores se van turnando en un mismo capítulo. ¿Le gusta este método de escritura?
Sí, me gusta, sobre todo lo necesito para que el lector se sienta cómodo, para que no olvide el guión, la historia, para que no se me pierda.
La historia de la princesa Ruta es una novela dentro de su novela. ¿Qué enseñanzas podemos colegir de la historia de la princesa?
La princesa Ruta es mi personaje estrella, y aunque parece algo mandona y agresiva cualquier humano desearía ser como ella, porque mantiene en su carácter la magnanimidad, la bondad de los que ayudan al mundo todo… En definitiva, toda la fuerza mental que se necesita para construir un nuevo mundo.
Al ser la psicóloga Clara la protagonista de la trama principal, ¿queda la trama de Ruta como una historia trama balsámica para las emociones?
Ruta se turna con Clara en su principialidad y, más que ser balsámica emocional, es un ejemplo a seguir para todos los que carecen de un carácter fuerte y capaz.
¿Cree que la literatura puede sanar?
A mis quemados les sanó Clara con sus terapias a la carta, al menos en la ficción de un libro funcionó.
¿Qué diferencias señalaría de ambas protagonistas?
Clara es maravillosa, comprensiva, dulce y buena amante, mujer actual… y Ruta, ¿qué se puede decir de la princesa Ruta?... Ruta no se parece a nadie. Es Ruta. Pero a pesar de las diferencias, el lector entresacará muchas semejanzas entre ambas.
Por su forma de narrar, rigurosa y densa, ¿busca la complicidad con el lector?
Uno quisiera fabricar sus propios lectores, pero como todo escritor lo que deseo es que los lectores se impliquen, que reciban el relato con la avaricia del que quiere leer más.
¿Le gusta que sus lectores estén atentos, tanto a la trama como a su forma de escritura?
Mis lectores estarán atentos y muy pronto se darán cuenta de que asunto y estilo, trama y forma, o contenido y molde, sin ser la misma cosa, van tan unidos en mis novelas que cuesta distinguirlos.
Y, después de esta trilogía, ¿hacia dónde encaminará sus pasos?
Estoy terminando otra novela. Es un libro de viajes si puede llamarse de ese modo. Es un relato mágico, autobiográfico, sobre Japón. En esa novela pretendo aunar lo antiguo con lo más moderno, lo más occidental con lo más genuinamente oriental. Para eso mi personaje deberá entrar en una caverna húmeda y tropezarse con una luz ya extinguida, la japonesidad. No puedo decir más.
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