“A mí, el siglo XX me fascina y me gusta escribir sobre él. El siglo XXI aún se está construyendo y quizá sea pronto para escribir con perspectiva sobre nuestro siglo. Echar la mirada atrás hacia el siglo anterior, que fue tan convulso, es aprender”, reflexiona la escritora en la entrevista que hemos mantenido a raíz de la presentación de su nueva novela en la editorial Planeta. Cristina López Barrio ha escrito una novela muy metalitararia donde hay una novela dentro de otra novela. Un juego sorprendente que, creo, da una nueva dimensión a este premio. La protagonista de la novela no sabrá, en ningún momento, dónde termina la realidad de su vida y dónde comienza la fantasía, algo que la hace abandonar su hogar para viajar a Tánger, “la ciudad más literaria del mundo”, en palabras de la autora, por donde han pasado escritores de la talla de Paul Bowles, Saint-Exupéry, Jean Genet, Jack Kerouac, William Burroughs, Truman Capote o Tennesse Williams, sin olvidarnos de pintores como Henri Matisse. Para la escritora madrileña, abogada de formación que abandonó su profesión en 2010 para dedicarse en exclusiva a la literatura, “los escritores escribimos sobre nuestras obsesiones y sobre los conflictos que existen en la sociedad, también construimos utopías de lo que puede ser el mundo. La sociedad y el mundo avanzan gracias a la utopía”, expone de manera inteligente. Para documentarse sobre la novela viajó hasta Tánger y así impregnarse de su atmósfera. “Tuve un reencuentro con esa ciudad marroquí. A mí, me fascina la cultura oriental, disfruto con los ambientes que reflejan Las mil y una noches. El poder que tienen esas historias para salvar vidas. Tánger es una ciudad muy internacional y cosmopolita, una puerta abierta a la fantasía, a lo sensorial, a las nuevas sensaciones, a los olores y a los sabores. Allí, tus sentidos se expanden. Sin olvidar que tiene mucho de paraíso fiscal”, explica pormenorizadamente. En opinión de Cristina López Barrio, “un buen libro cuenta una historia sobre el estar vivo, tiene que aportar algo, una sensación de belleza. La sensación que ha de transmitir la lectura de un libro es una sensación de trascendencia” y continúa diciendo “Flora es el prototipo de persona que vive atrapada en una vida insulsa y necesita romper esa inercia para ir en busca de su identidad. Toda persona puede ser protagonista de una novela. Toda persona tiene algo dentro, tiene una historia dentro de su ser y Flora es un ejemplo de ello”. "La literatura impulsa a la aventura"Muchas veces hay un detonante en la vida que hace salir de ese círculo anodino en el que muchos estamos y se puede convertir en la estructura clásica de la vida de un héroe. Ese es el caso de Flora cuando se va de su hogar. En ese momento, se vuelve a sentir deseada y es cuando encontrará el libro con el título de la novela de esa enigmática escritora. “La literatura impulsa a la aventura. Nos movemos por la emociones. Todo es más emocional que racional y Flora es el personaje perfecto para el viaje del héroe, en este caso heroína”, disecciona la finalista del premio Planeta de este año. Ese viaje hace que la protagonista se encuentre con su propia esencia. “Ella encuentra quien es en realidad en Tánger, es un personaje quijotesco que su psicoanalista argentina Deidé hace que le asiente los pies en la tierra. La inspiración de estos personajes y de la trama están en Julio Cortázar. Cuando la ficción entra dentro de otra ficción y en la creación literaria”, reconoce Cristina López Barrio. La novela está escrita tanto en tercera persona como en primera. “Flora se ha de expresar en primera persona al igual que Bella Nur, la escritora de la novela basada en los supuesto diarios de Marina. Cada novela requiere un estilo y Niebla en Tánger requería de dos estilos diferenciados ya que son dos novelas, una dentro de otra”, explica con un halo de misterio la autora. "La trama me atrapó"“Niebla en Tánger es la novela que he escrito más rápidamente. Una vez que estuve atrapada en la trama, no podía dejar de escribir. En tan sólo cinco meses la escribí aunque estuve trabajando en ella cerca de dos años”, señala Cristina y añade “desde que escribí mi primera novela he aprendido mucho. Cada vez tengo más oficio y siempre estoy abierta a aprender”. En lo que no ha variado es en seguir escribiendo con su pluma. “Me gusta escribir a mano y tomo muchas notas, tanto con bolígrafo como con el móvil”, desvela. En “Niebla en Tánger” el punto álgido de la trama está muy cerca del final. “Es cuando la historia cobra vida por sí misma. Los seres humanos pedimos a gritos una transformación”, concluye Cristina López Barrio, escritora que se merece un galardón como el que acaba de conseguir y muchos más. Puedes comprar el libro en:
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