La historia que nos presenta Luisgé Martín es la siguiente: Pocos días antes de morir en un accidente, Guillermo le confiesa a su amigo Eusebio que mantiene relaciones sexuales sadomasoquistas con una misteriosa mujer. Eusebio decide buscar a esa mujer para contarle que Guillermo ha muerto. Y cuando la encuentra se queda hechizado por ella. No se atreve a decirle nada para no tener que desvelar los secretos que conoce, para no ahuyentarla. Poco a poco se van enamorando. Eusebio espera que ella le pegue, le humille y le maltrate sexualmente como hacía con Guillermo, pero Julia sólo le da caricias y ternura. Ése es el principio de la terrible duda que se abre paso en los pensamientos de Eusebio: ¿una y otra son la misma mujer?
La mujer de sombra se caracteriza fundamentalmente por su elegancia y el morbo que surca sus páginas, es un libro mediante el cual este maestro de la lengua castellana da el do de pecho para relatarnos una historia que nos permite descubrir el monstruo que llevamos dentro. Es un libro incómodo y valiente que no nos permite abandonar en ningún momento la lectura: interrumpirla cuesta tanto como no mirar un coche aparcado en el arcén de una autovía, ya que un pálpito se mantiene en el aire en todo momento hasta que la novela concluye y nos arrastra de forma obsesiva hasta la última página.
El personaje de Eusebio, el protagonista de La mujer de sombra es un personaje embarcado en la búsqueda de oscuridades sin llegar a practicarlas. Pero, en el proceso de construcción y caracterización de este personaje, la atracción por lo sombrío y lo oscuro nace del puro azar, ya que a Luisgé se le cruzó la idea de pensar qué ocurriría si alguien que solo tiene un contacto banal con una persona desaparece permanentemente de su vida, ya que hay personas que consiguen dejar una huella más profunda, como es el caso que nos ocupa en esta novela.
A su vez, la intensidad de las sensaciones que se describen es tal que la novela consigue sin complicaciones atrapar al lector, que se va hundiendo con el personaje hasta el momento de preguntarse hasta dónde va a llegar el derrumbamiento de Eusebio, una situación trágica y de depresión. De este modo, descendemos al abismo que se origina por no contar la verdad a la persona con la que vives, por oscura que sea. En el fondo, tanto Eusebio como Julia son tan desgraciados debido a que no se cuentan la verdad.
Eusebio, en una obsesión enfermiza, necesita saberlo todo para seguir amándola como siempre lo ha hecho y seguir siendo quién es. Estos momentos en los que necesita saberlo todo es donde nace la infelicidad, por lo que la solución no estaría en decir la verdad, sino en no necesitar saber toda la verdad, ya que deben bastar los sentimientos de un persona hacia la otra, deben primar por encima de cualquier información.
Pero, a pesar de que quiere cambiar, Eusebio no lo va a poder hacer. Durante toda la parte en la que Eusebio está maquinando su delirio pese a su posibilidad de vivir intensamente debido a sus sentimientos sin saberlo todo, vemos cómo el otro posible yo de Julia que él imagina es el fantasma que se interpone entre ambos en la relación.
En definitiva, en La mujer de sombra, Luisgé Martín vuelve a indagar en los laberintos más oscuros del alma humana y a pintar esos dilemas existenciales en los que tanta importancia tienen las pasiones sexuales heterodoxas, en la frontera de toda moralidad y toda ley.
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