Un ejemplo de esta unión sería la serie "Isabel", ahora mismo en pantalla
El debate, celebrado en el repleto auditorio Hotel San Juan de los Reyes de Toledo y moderado por el periodista David Felipe Arranz, contó con los creadores y guionistas de las series de televisión más exitosas producidas en nuestro país: Macu Tejera (“Al salir de clase” y “Amar en tiempos revueltos”), Iván Escobar (“Los Serrano”, “Los hombres de Paco” y “El Barco”) y Javier Olivares (“El Club de la Comedia” e “Isabel”).
Arranz abrió el coloquio planteando a los tres escritores –todos han publicado obra narrativa de ficción en prestigiosas editoriales españolas, como Plaza & Janés y Planeta– la diferencia entre la técnica de la novela y el guión televisivo. Para Macu Tejera, la novela permite mayor libertad y continuidad emocional que el guión; Iván Escobar destacó que para el creador el reto en ambas es contar historias, y Javier Olivares, que definió al guionista como un contador de cuentos, señaló que, además, la creación tanto en novela como en televisión permite el acceso a una realidad que uno anhela y que “un guión es la única obra literaria que se escribe no para que la lean, sino para que se vea”.
La segunda parte del debate se abrió sobre un comentario de David Felipe Arranz sobre la verosimilitud de los personajes, “algunos, como Madame Bovary, capaces de conmover más que el vecino”, tras el cual los ponentes coincidieron en que había que saber escribir “con verdad” y tener la suerte de contar con buenos intérpretes. En ese sentido, Macu Tejera indicó que “la actuación es fundamental”. Tan vivos resultan los personajes que Olivares y Escobar reconocieron haber llorado con la muerte de algunas de sus creaciones, obligados por los tiempos de producción o la repentina interrupción de la serie por factores externos a la creación, algo en lo que coincidió Macu Tejera: “A las series se les deben dar más oportunidades de seguir en la parrilla: hoy en día no les permiten, salvo excepciones, vivir lo suficiente en la pequeña pantalla”. Olivares fue más allá al afirmar que hay ejecutivos en las televisiones que creen que saben mucho, que curiosamente no escriben y que pueden hacer que con sus intervenciones se termine perdiendo “el alma” de la serie: “yo añoro a los productores como Elías Querejeta o Emiliano Piedra”, afirmó.
Como conclusión, sobre las fórmulas mágicas del éxito televisivo, Iván Escobar recordó una frase de Billy Wilder, “Nadie sabe nada”, y recalcó que puede haber indicios, pero que si los guionistas tuviesen la piedra de Rosetta del éxito, lo harían todos los días. Olivares se sumó a este parecer y añadió que “cualquier serie tiene que tener alma y pertenecer a alguien”, en referencia al creador original, y la necesidad de moverse en un ejemplo de “ciertas medianías”, un término medio –ni muy vulgar, ni muy culta– para que la serie llegue a más público: “en prime time no se puede emitir porno ni ópera: si te mueves en los extremos, siempre echas a la gente fuera”. Olivares reconoció en ese sentido que a él le ha sido imposible encontrar, por ejemplo, una sola novela de Kenzaburo Oe en Palencia: “en las televisiones generalistas desarrollamos productos que van más en la línea del best seller, ya que el espectador medio es un reflejo del mundo”.
Un festival único dedicado a las relaciones entre el cine y la literatura
Cada año, en la localidad toledana que tiene a gala ser la cuna de Fernando de Rojas, La Puebla de Montalbán, un grupo de personas, que a su vez organiza un cine club, “Juan Diego”, y un club de lectura, “El viento de la Luna”, impulsa con este festival el reconocimiento del trabajo de los realizadores del séptimo arte que hacen películas sobre guiones adaptados de una novela, un ensayo, una obra de teatro o incluso un cómic.
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