Luis Landero hace un homenaje a la amistad
En Absolución volvemos a reconocer los temas habituales que Luis suele tratar en la mayoría de sus obras pero, debido a que este autor está siempre en una regeneración continua, volvemos a ser testigos de sus temas específicos, pero siempre es capaz de decir cosas nuevas de esos temas con una voz propia haciéndonos ver el mundo de una manera nueva, distinta y sorprendente.
Por otro lado, la novela empieza con un hombre que ya es feliz, lo que supone un inicio impactante, ya que estamos acostumbrados a que los personajes alcancen la felicidad al final de las novelas y no desde la primera página. Pero para que podamos ver las razones de esa felicidad y el proceso acontecido hasta su consecución, Luis Landero ha construido un flashback en el que el personaje se recuerda como un niño de ciudad e inicia su relato con la visita a un pariente del que la familia quiere heredar.
Mientras el niño va a ver a ese pariente rico las cosas cotidianas de la realidad le van hablando, ve la realidad de una manera especial ya que es capaz de asombrarse de la realidad, una realidad que está ahí pero no todo el mundo es capaz de verla con los mismos ojos, ya que cada uno ve la vida de una forma diferente.
Además, la novela hace en parte un homenaje a la amistad, que se sustenta en el pilar de los personajes. Los suyos son muy especiales y, muchos, están inspirados en personas reales, incluido Lino, en el que vuelca parte de su adolescencia, pero también en los que ejercen el papel de "sabios" consustanciales a la novelas de aprendizaje: el hostelero señor Levin, con una delicada historia de amor; el comerciante Gálvez o el agricultor Olmedo, un "Robinson Crusoe" en medio de Castilla del que sirve para realizar una reivindicación de Castilla, de la generación del 98 y de los poetas castellanos.
A su vez, los diálogos de la novela se caracterizan por ser diálogos cervantinos, llenos de humor y con una gran innovación sobre el lenguaje, que está lleno de paradojas y de cultura. La indagación sobre el lenguaje es constante y fundamental. La ironía también es fundamental ya que permite relativizar la tragedia y porque es algo que todos hemos añadido a nuestro modo de ver la vida.
Como principal novedad en la narrativa de Luis Landero destacamos que ésta es una novela de suspense durante muchas páginas. Aunque todas las novelas de Luis tenían su componente de intriga, en ésta se supera a la hora de ir retrasando completamente la acción con una técnica impecable e impresionante.
En cuanto a los personajes, es muy difícil no reconocerse en ellos ya que, al igual que nosotros, tampoco acaban de comprender el presente: renunciamos al presente y nos negamos a asumir qué es lo que tenemos, ya que siempre pensamos en lo que pasará o lo que podría haber pasado.
Pero quizá el tema de fondo sea la huida constante, diáspora laboral, la búsqueda de un lugar en el mundo, la búsqueda de la felicidad, algo que dé un sentido o la plenitud a nuestra vida, ya que el personaje es un fugitivo desde siempre hasta que cree que el destino ha sido benévolo con él cuando ha conseguido el amor, la riqueza y el bienestar, ese techo o refugio que todos anhelamos en nuestro interior.
En definitiva, Absolución es una novela que una vez más está llena de pequeñas acrobacias en lo pequeño, la química de lo privado, la ciencia ficción de lo íntimo y una novela muy sabia y de gran madurez escritas por una persona que parece que ha tenido muchas vidas.
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