Desde luego los franceses tuvieron un comportamiento inhumano con los exiliados republicanos españoles tras la Guerra Civil, base recordar cómo fueron tratados en los campos de concentración del sureste de Francia, en especial en Argèles-sur-Mer, donde el trato que recibieron los perdedores fue tan abominable como lo que padecieron los judíos en los campos de concentración nazis.
Pero la novela no trata sólo de eso, la novela "habla de todas las cosas que nos afectan y son dolorosas para nosotros y que las escondemos donde no podemos llegar", explica Carmen Amoraga en un encuentro con los medios de comunicación. De ahí el título El rayo dormido, en ocasiones los rayos penetran en los árboles y permanecen allí, hasta que un buen día se liberan y provocan un incendio, una catarsis que desemboca en una tragedia.
Esa tragedia cuando sale a la luz, en las personas, "nos hacen sufrir pero resultan positivas en nuestra vida", añade la escritora nacida en Picanya. Y eso es lo mismo que le ocurre a la protagonista Natalia, periodista de 40 años, que debido a la crisis económica en la que vivimos tiene que cerrar su empresa de comunicación. A raíz de eso comienza una investigación sobre dos personas que vivían en su pueblo y eso la lleva a recordar a una amiga, Carmen, con la que había mantenido una relación de amistad y que desapareció de su vida por un malentendido.
Carmen Amoraga profundiza de nuevo en la psicología de sus personajes, aunque, en esta ocasión, aporta una perspectiva nueva en su literatura: el contexto histórico y el punto de vista periodístico. Dos de los personajes de la novela, Antonio Almenar y el cura de su pueblo, están basados en personajes reales que ha modificado a su conveniencia para crear dos tipos de personajes característicos de la Guerra Civil Española: el combatiente republicano exiliado y el cura de pueblo asesinado por la turbamulta.
Se permite la autora ciertas licencias que enriquecen la narración, pero hay episodios, como el del Che Guevara que son auténticos, tal y como los cuenta. Para ello, ha tenido que retorcer la historia y sus personajes envejeciéndolos. Sin embargo, las otras dos protagonistas, Natalia y Carmen son personajes inventados, pero arquetípicos de la sociedad actual. Una, Natalia, está amargada y cansada de la vida que ha llevado hasta este momento. La otra, Carmen, lo tiene todo, un buen marido, un trabajo fijo, hijos y estabilidad. Carmen vuelve a aparecer en la vida de Natalia gracias al Facebook.
"La novela que quería escribir era sobre estas dos personas, pero en un momento dado apareció Pablo, que se convertiría en Antonio, y cambié la perspectiva", señala Carmen Amoraga. El conocer a Pablo la sugirió que había una historia de nuestros mayores que merece la pena ser contada, "una historia de tantas personas mayores que no se les ha reconocido lo que hicieron, que lucharon desde distintos frentes, para que pudiésemos conseguir el bienestar que ahora disfrutamos", dice la escritora.
"Con el libro lo que quiero es rendir un homenaje personal a todas las personas que han hecho que el mundo sea mejor", añade Carmen Amoraga. Revivir la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial desde un punto de vista de los personajes que participaron en ambas contiendas y las relaciones entre las personas. Tan importante es contar lo que pasó, que cómo lo vivieron los protagonistas. Desde ideologías distintas hicieron lo que creían que era mejor para la sociedad y para la vida.
Las relaciones personales son muy importantes para Carmen Amoraga
Esas relaciones personales son muy importantes para Carmen Amoraga que cree que "somos desconocidos para las personas que están a nuestro alrededor", puntualiza. Las personas que nos encontramos por la calle, con las que subimos en el ascensor, con las que vivimos pared con pared son auténticos desconocidos para nosotros. El problema de la comunicación es notorio en una sociedad que vive muy pendiente de las nuevas tecnologías y que tienen más amigos por Facebook que en persona. Todo el mundo tiene una historia que contar, solo hace falta que queramos escuchar.
Carmen Amoraga ha escrito una novela diferente a las que nos tenía acostumbrados. Ha encontrado una bonita historia que contar y que ha sido silenciada por muchos años. Los franceses nunca quisieron que conociéramos el papel de las tropas de exiliados republicanos españoles, como los aliados tampoco quisieron que conociésemos el papel de las tropas maoríes, gurkhas, marroquíes e, incluso, polacas en la Segunda Guerra Mundial. Gracias a Carmen conoceremos el papel de esos españoles que desembarcaron en la playa de Utah al ritmo de La Cucaracha y que al acabar la guerra sólo sobrevivieron 16 personas, en la actualidad, sólo 2 siguen vivos. Una gesta que Carmen Amoraga nos cuenta desde una vertiente muy personal y enternecedora.
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