"Una forma de resistencia" los relatos de la vida cotidiana
Luis García Montero se empeña en no despojarse de sus objetos y ofrece en estos elaborados capítulos su forma de resistencia y sus justificaciones para seguir llenando el baúl de los recuerdos.
«Los banqueros cuentan sus beneficios, los políticos sus votos y los poetas sus cosas. Cuentan y recuentan las cosas en las que se quedó enredada su vida. En los días de meditación y soledad, de vagabundeo doméstico, tomo conciencia de que tengo la casa llena de cosas. No se trata exactamente de que me importe tirar cosas, sino de que tengo inclinación a conservar las cosas que son mi casa.»
Así arranca Una forma de resistencia (Razones para no tirar las cosas), un libro de relatos sobre las cosas que rodean y ordenan la vida de Luis García Montero. «En los sábados de reflexión, con esa capacidad de amor que sólo tienen los solitarios, necesito contar y recontar mis cosas».
Los relatos de Luis García Montero parten de su infancia y sus recuerdos
La obra nace de los objetos y de los recuerdos que ellos le suscitan: su infancia, algún viaje, sus padres, sus hijos... Desde la copa de cristal que dejó sobre la mesa la noche anterior, el jersey que anuncia la llegada del otoño, la butaca «repleta de huellas», los espejos de su casa, las gafas, sus bolígrafos o sus libros. Hasta el brasero, porque «supe que me había emancipado de verdad cuando me vi en una tienda comprando mi primer brasero granadino».
Así, «los recuerdos nos atan al futuro, porque sólo la memoria tiene capacidad para hacerse presente y negociar con nuestros zapatos». La esencia poética del escritor se cuela en la prosa de cada capítulo donde lo cotidiano, lo cercano, lo íntimo: «nuestra cama es ese lugar intranquilo al que casi nadie quiere acompañarnos con su cuerpo», se expresa de una forma hermosa y sensible.
El televisor, las cartas, la escoba, las flores, la corbata de Alberti… Luis García Montero creció en una casa de seis niños en la que todo se rompía, «y quizá por eso voy envejeciendo con la costumbre de guardarlo todo». «El desorden doméstico, esa realidad que nos persigue a los disciplinados súbditos del azar y la improvisación, se alimentaba de revistas, libros, cartas sin abrir, papeles con números de teléfonos, ropa en las sillas, ordenadores viejos, bolígrafos sin tinta, alguna caja de cartón, alguna botella vacía y muchos, muchos periódicos.» Como justifica en Otras cosas que faltan «somos un conjunto de manías, de verdades transitorias y deudas pendientes».
El autor arguye que «contamos con toda la vida para aprender muchas cosas. Pero hay cosas que sólo se viven y se aprenden en la infancia. La emoción de las primeras ficciones, los descubrimientos inocentes de la rebeldía, de la libertad de la compasión, del amor en forma de libro, sólo se viven de niño».
Más sobre Luis García Montero
Luis García Montero, nacido en Granada en 1958, es uno de los poetas más destacados del panorama literario actual, con títulos entre los que destacan Habitaciones separadas (Premio Loewe y Premio Nacional de Literatura, 1994), La intimidad de la serpiente (2001, Premio Nacional de la Crítica 2003) y Vista cansada (2008). Como ensayista ha escrito varios libros y artículos sobre la poesía europea contemporánea, y la novela Mañana no será lo que Dios quiera (Alfaguara, 2009), Libro del Año según el Gremio de Libreros de Madrid.
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