Arranca con la explosión del Cabo Machichaco, que fue una gran catástrofe para la ciudad de Santander, (1893) en el que perdieron la vida un gran número de personas, y finaliza con el incendio de esta ciudad (1941). El transcurrir de la vida en estos cincuenta años en una ciudad marcada por estos nefastos acontecimientos y por los bruscos cambios políticos de la época, una etapa apasionante, con luces (la República) y sombras (la guerra civil), están contados a través de las miradas y vivencias de una familia, Martín San Emeterio.
Una familia santanderina burguesa, cuyo patriarca es Diego Martín, y cuyos tres hijos quedan marcados por la tragedia que azotó a la ciudad. Los protagonistas se mueven entre la alta sociedad santanderina y los bajos fondos. Un fresco muy variado que mezcla los veraneos reales, con la emergencia mercantilista, el arte, la burguesía, la cultura y el puerto. "Ahogada en llamas" nos devuelve a los grandes clásicos de la literatura de finales del siglo XIX y principios del XX, como "La Regenta" o a las grandes novelas de Benito Pérez Galdós, uno de los personajes de esta obra.
3 de noviembre de 1893. El Cabo Machichaco, barco procedente de Bilbao, atraca en el puerto de Santander. Al poco se declara un incendio a bordo, que avanza sin que los bomberos y la tripulación puedan extinguir las llamas. Se extiende el rumor de que el barco, además de su carga, lleva una gran cantidad de dinamita sin declarar. Ajenos a ello, numerosos curiosos acuden a contemplar el espectáculo. Entre estos se encuentran Águeda San Emeterio, joven madre de familia, y Juanita, su sirvienta más fiel. De repente, el barco estalla, causando incontables muertos y heridos. Diego Martín Solórzano, ayudado por sus compañeros de tertulia, busca a su mujer por toda la ciudad hasta que, tras varias horas de angustia, descubre su cuerpo inerte. Su pena no tiene consuelo. El ahora viudo llora la pérdida de Águeda mientras se promete a sí mismo ocuparse en cuerpo y alma de sus tres hijos aún pequeños.
La historia de Ahogada en llamas está enmarcada entre dos catástrofes, la del incendio y explosión del vapor Cabo Machichaco, en noviembre de 1893, y la del incendio de Santander, en febrero de 1941. La historia de la familia de Diego Martín, perteneciente a la burguesía santanderina, se desarrolla a lo largo de esos casi cincuenta años.
Ruiz Mantilla ordena la historia en seis partes: un prólogo, en el que se empieza a narrar la catástrofe del barco; cuatro partes tituladas "primavera", "verano", "otoño" e "invierno", en las que la acción se va retomando en décadas consecutivas; y un epílogo en el que se cuenta el incendio de la ciudad, que pone punto final a la historia.
Como hemos indicado, podría calificarse como una novela histórica en la que conviven, de manera natural y afortunada, una historia muy bien contada con la investigación histórica y la reivindicación de personajes y lugares. Un aspecto destacable es el descubrimiento de aspectos históricos poco conocidos. Hay que advertir que no se trata de una obra complaciente y nostálgica; es, afortunadamente, mucho más que eso: una novela en la que el autor, fiel a su condición de contador, recupera y renueva el patrón de las grandes novelas decimonónicas a través de una saga, y la adapta con audacia y acierto magistral al siglo XXI.
El estilo es, especialmente en los comienzos de cada capítulo, una exquisita muestra de la buena poesía en forma de prosa, que el autor utiliza para describir paisajes, ambientes y olores de la tierra, y crear así un contexto para la historia que seguirá a continuación. Y lo hace con un realismo tal que esos paisajes, ambientes y olores casi se pueden "ver", "tocar" y "oler". Otro aspecto que llama la atención es el del ritmo de la narración, deliciosamente acompasado, casi pausado, en el que suceden, sin embargo, muchas cosas. Parece como si el autor hubiese querido ajustarse al"tempo" de la época que describe y demostrar, por contraposición, el irremediable paso del tiempo y su carácter transformador de personas y de cosas.
Jesús Ruiz Mantilla (Santander, 1965) es periodista y escritor. Desde 1992 trabaja en El País, donde además de ser columnista de la sección de Madrid y formar parte de la redacción de El País Semanal, publica brillantes textos en Babelia y en la sección de Cultura del diario. Escribe sobre música, cine, libros, temas por los que dice sentir verdadera pasión. Especialmente le fascina la poesía, para él, esencia de la construcción del lenguaje.
La literatura llena gran parte de su vida. Como lector empedernido, cita entre sus autores preferidos a Cervantes, Galdós, Unamuno, Valle Inclán, Pío Baroja y Clarín, con su maravillosa Regenta, novela por la que siente fascinación; los latinoamericanos Juan Rulfo, García Márquez y Vargas Llosa; los norteamericanos Philip Roth y Don DeLillo; y los españoles Camilo José Cela, Miguel Delibes y Antonio Muñoz Molina, entre otros.
Su debut como escritor fue con "Los ojos no ven", un alegato contra las apariencias, con el universo de Dalí de fondo; "Preludio", novela en la que aborda la capacidad del artista para la autodestrucción y la infelicidad en la búsqueda obsesiva de la excelencia creativa; "Gordo", un libro que "casi se puede comer, sabroso, digestivo, divertido y salvaje", en el que reivindica la obesidad sin complejos y que consiguió el premio Sent Soví de literatura gastronómica; "Yo, Farinelli, el capón", donde cuenta la biografía del más famoso "castrato" de todos los tiempos desde la mirada del antihéroe; y "Placer contra placer", un "observatorio de la vida" en el que se busca la felicidad a través del placer. Seis obras de muy diversa temática pero con un fuerte lazo de identidad que consiste en un "algo" redundante -quizá la reivindicación de la felicidad, a pesar de todo- que las une como con un hilo invisible.
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