Es una novela que consolida una poética rabiosamente posmoderna y que apuesta por una literatura de fuerza en la que conviven la alta cultura y la cultura popular, dando lugar a una obra que construye una defensa contra todos los temores derivados de la condición humana.
Los inmortales es una novela que va a provocar muchas lecturas y también muchas interpretaciones, pero todo ello sin caer nunca ni en lo absurdo ni en lo irracional. Esta es una de las máximas de Manuel Vilas al escribir: si presiente que su narrativa están bordeando lo absurdo o se torna incomprensible, deja inmediatamente la escritura y rompe lo que lleva hecho. Pero este principio sí le permite extremar la realidad en varios puntos, pero nunca sin pasarse de este límite. Por ejemplo, en la ficción de esta novela se ve a Hugo Chávez abrazando el Islam, algo que nos puede parecer totalmente absurdo y fuera de lugar, pero esto se basa en el apelativo de “hermano” con el que se refirió Chávez al presidente de Irán.
En primer lugar, el libro admite una lectura como novela de aventuras formada por episodios extremados y delirantes, relacionados con el disfrute de la vida. Pero los diversos intersticios que deja la novela entre tantas aventuras extravagantes vemos aparecer una crítica de nuestro tiempo que afecta a la política, a la cultura y a la sociedad.
También tiene un arranque como una novela de ciencia ficción, en la que las palabras del personaje Willas, que vive en el 22011, nos dicen que la inmortalidad es una consecución de la evolución y el progreso humano. Al igual que en el siglo XX se erradicó en España el hambre, también podemos preguntarnos qué habrá logrado la humanidad dentro de unos cuantos milenios y, en esta novela, lo que se logra es erradicar la muerte.
Por otro lado, Los inmortales se puede leer también como una novela típica del siglo XIX, basada en dos libros de mediados de este siglo que son dos fundamentales de su género:Christmas Carol de Dickens, una historia en que se entrelazan pasado, presente y futuro en una historia de fantasmas que representan a los espíritus inmortales; y el Manifiesto comunista, que comienza mencionando que “un fantasma recorre Europa”. Así, Manuel Vilas ha fusionado el estilo de ambos libros en una novela de fantasmas de fondo político.
Por otro lado, uno de los principales temas es la bondad: la bondad es un acto político y es también un acto revolucionario. Ser bueno, tolerante y comprensivo es una posición política aunque en la realidad podemos ver cómo ninguno de los políticos la representa. La bondad es algo que, por oposición a la maldad, sí requiere inteligencia y es el producto más sofisticado de la naturaleza y la inteligencia humana.
Por otro lado, Los inmortales es una historia protagonizada por parejas en la que todo es simétrico o antitético, son unos juegos de espejos que van dando forma a la novela. Todas estas parejas que pululan por la novela están construidas a la imagen y semejanza de don Quijote y Sancho, una pareja en la que la rutina de la identidad y la soledad desaparecen. Vilas quiso que los personajes fueran de dos en dos porque deseaba reflejar el vencimiento de la soledad, aparte de mostrar un homenaje al grande de las letras españolas.
A su vez, los personajes a veces no nos dicen directamente quiénes son, pero, con lo que nos cuentan los diversos personajes o con las pinceladas de su personalidad, podemos decidir si son realmente ellos o si son simplemente unos personajes travestidos que nada tienen que ver con ellos y que sólo quieren ocupar su lugar en la narración.
Finalmente, hay que destacar que Los inmortales es unanovela paranoico-crítica muy influenciada por un método de escribir espontáneo basado en el conocimiento irracional que hunde sus raíces en el delirio, mediante el cual podemos plasmar nuestras ideas potencialmente más peligrosas. Este método fue utilizado también por Dalí y Buñuel, una pareja que echamos de menos en la novela y que algunos esperábamos debido al origen del autor, pero en la novela éste no ha querido dar ningún rastro de su pasado, pero no por ello el resto de parejas dejan de ser sorprendentes.
En definitiva, nos encontramos ante una gran novela en la que los personajes que han conseguido vencer a la muerte van por el mundo del siglo XXI con encargos que son traslaciones posmodernas de las labores de los protagonistas de las novelas de caballerías del siglo XV, lo que da lugar a una crítica social y cultural muy completa, a la vez que a una lectura amena y muy agradable.
Puede leer la entrevista al autor en el siguiente enlace:
http://www.todoliteratura.es/entrevistas/entrevista-a-manuel-vilas-autor-de-los-inmortales
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