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Presentación de EJÉRCITO ENEMIGO de Alberto Olmos

jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h

Por Felipe Velasco

El pasado martes se presentó en el Hotel Kafka de Madrid el nuevo libro de Alberto Olmos, Ejército enemigo, publicado por la editorial Mondadori. Ésta es la segunda presentación del autor, que en este caso trata de una novela que trata de la solidaridad y de cómo está afianzada en la sociedad contemporánea.


Ejército enemigo es una novela impresentable que no conviene leer”. Con estas palabras, (en tono amistoso y de broma, por supuesto) da comienzo la presentación de este libro que trata de la sociedad contemporánea. La sociedad contemporánea sólo existe en la tele, donde podemos ver de todo, “desde gente en pelotas para luchar contra la pobreza en Somalia hasta gente en pelotas para combatir contra la explotación en Mozambique”, un claro ejemplo de algo que, en la sociedad, puede servir sólo como consuelo pero no como solución real. ¿Qué tienen que ver unos tíos en pelotas con el hambre en los países pobres? Es muy difícil establecer la conexión entre ambos extremos, pero los tiros van por el tema de la solidaridad.

“La solidaridad ha fracasado”. Éste es el leitmotiv del libro, pero aunque se puede decir que para algunos el tema de la solidaridad ha sido un bombazo, ya que ha hecho muy ricos a los “hechiceros” (como Al Gore), ha revestido de prestigio a los adeptos, ha permitido rociar con agua bendita a cosas muy siniestras… Y como todos los conjuros mágicos, ha dado a todo el mundo la absolución y, así, nos permite volver a ser inocentes o, por lo menos, a sentirnos como tales. No queremos ver ninguna relación causa-efecto entre que nosotros seamos ricos y que otra gente sea pobre. Así estamos (o nos consideramos) redimidos y nos consideramos gente con conciencia. De eso va la solidaridad, aunque poco tenga que ver con los pobres, los explotados y los oprimidos. La única relación que podríamos considerar de forma un poco seria es la pequeña relación de magia simpática entre la solidaridad y la realidad, que no pasa desapercibida en la novela.

Pese a esto, la novela no es un panfleto. Todo eso se ve a través de personajes e historias. Al igual que el resto de novelas del mundo, Ejército enemigo se lee para saber cómo termina al igual que cualquier otra novela. ¿Por qué queremos seguir leyendo? ¿Por la trama policíaca? No. Sobre todo queremos continuar con la lectura por la voz narrativa, una voz que viene de la literatura y la vida, que pertenece a un desclasado que no necesita ser absuelto porque es pobre pero que no ha olvidado sus orígenes pese a que se ha desplazado hacia arriba de la sociedad por la cultura y que se relaciona con otros estamentos de la sociedad.

Al autor le ha sorprendido que muchos de los lectores le hayan dicho que la novela engancha. Es una sensación “como cuando te dicen que eres guapo en lugar de que eres inteligente”. El elogio te llaga más adentro. Esto le ha hecho afianzarse en su consideración en un tiempo en el que hay bastante autocomplacencia entre los autores de su generación, ya que prefieren convertirse en intelectuales inalcanzables a ser leídos.

Como se ha comentado anteriormente, el libro tiene su parte de novela negra ya que tiene un crimen en su primera línea. Pero el crimen no es el principal hilo narrativo, sólo es una guía para que Alberto Olmos pudiera contar lo que quería aportando realismo y sentido común a la novela. A su vez, la investigación es una exploración de andar por casa, ya que el autor buscaba una trama algo aburrida, como la vida misma. En la vida real no pasan cosas tan increíbles como las que se describen en las películas y en las novelas negras actuales, sino que todo es más monótono y más sencillo que en la ficción.

A su vez, la novela termina como debe terminar una buena novela: lanzando una piedra al agua que hace ondas a las que tiene que responder el lector. ¿Cuál es la posibilidad del cambio social? ¿Cuál es la clase protagonista? ¿Cuándo va a ocurrir si va a ocurrir? ¿Hay que escuchar a la violencia para la transformación social? ¿Y la violencia no tiene su propia lógica narrativa? Estos son los enigmas que se plantean en la novela y que nos invitan a reflexionar.

En definitiva, es una novela que empieza cuando terminamos de leer, porque son las reflexiones a las que nos lleva la novela lo realmente importante.

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