“Elijo el camino novelísticamente mejor para mis personajes”, afirma Marcos Aguinis en la presentación de “El joven Liova”
jueves 23 de octubre de 2014, 13:23h
Por Javier Velasco Oliaga
El escritor argentino Marcos Aguinis presentó hoy en Madrid su última novela El joven Liova, una biografía novelada sobre la infancia, adolescencia y juventud de Trotsky. La historia llega hasta la toma del poder por parte de los bolcheviques en 1917 en Rusia. La obra es todo lo rigurosa que puede ser pero cuando falla la documentación el autor señala que “elijo el camino novelísticamente mejor para mis personajes”. La novela ha sido publicada por Plaza & Janés.
A muchos el nombre de Marcos Aguinis no les dirá mucho, pero si decimos que fue el primer extranjero en conseguir en 1970 el Premio Planeta con La cruz invertida, ya nos comenzará a sonar y si además el editor es David Trías, se nos continuará refrescando la memoria y si dice que “fue ministro de Cultura en el gobierno de Alfonsín”, todos caeremos en la cuenta y recordaremos a este elegante neurocirujano y ensayista que es todo un fenómeno de masas en Argentina.
Por supuesto que esto vale sólo para España porque en su tierra es el escritor más leído y exitoso. Pese a la crisis lleva vendidos más de 27.000 ejemplares en Argentina y en España. La edición sale con 8.000 ejemplares y casi seguro que tendrán que hacer nuevas ediciones porque la novela merece la pena. “Es una obra impecable y muy bien escrita”, señala Trías, que sabe que ha publicado un gran libro.
Marcos Aguinis desmenuza su novela con el cariño de un padre; explica reposadamente la vida de una persona a la que conoce a la perfección sin entrar en claves que destripen la obra, para él su nuevo libro es “una novela de iniciación”, la iniciación a la vida de un personaje que, nacido en una remota aldea del sur de Ucrania, montaría la mayor revolución de la historia y se la entregaría a su amigo Lenin, la persona que más influyó en su vida, más que sus dos compañeras Alexandra y Natascha.
León Trotsky fue un voraz lector, que aprendió varios idiomas y era muy revoltoso y rebelde, sus tíos Fanny y Monia le sacaron de varios líos en sus tiempos de estudiante en la ciudad portuaria de Odesa, por su carácter revolucionario que no admitía las injusticias, las muchísimas injusticias que la Rusia de los zares cometía sobre sus súbditos y que ya León Tolstoi denunciaría en sus libros.
Cuando –relata Aguinis- regresa a su aldea no puede soportar la visión de unos ciegos desnutridos apaleados por los propios campesinos. La visión de cómo los seres humanos se destruyen entre sí es superior a sus fuerzas. Ese espíritu revolucionario le hace que visite las crueles y despiadadas cárceles zaristas y es allí donde comienza a escribir -aunque ya había hecho sus pinitos como poeta en el instituto- más seriamente y se atreve con un libro sobre la masonería de más de mil páginas, que lamentablemente desaparecería.
La novela tiene dos partes significativas. En la primera son varios los narradores que escriben en primera persona sobre Trotsky, incluido Liova, esto según Marcos Aguinis le da una mayor “profundidad psicológica a los personajes” y añade que “pone en evidencia el carácter poliédrico del personaje”. En la segunda la narración ya corre a cargo solamente de Liova, lo que quizá le dé un mayor vigor narrativo, haciendo que la novela adquiera un ritmo más frenético, casi cinematográfico, “como un film”, recalca el novelista cordobés.
Son muchas las vicisitudes que recorre el joven Liova hasta que conquistan el poder en la revolución del 17. Preso y desterrado a Siberia, se reencuentra con su antiguo amor, Alexandra y deciden casarse, emprendiendo ese largo viaje a las tierras siberianas. Allí tienen dos hijas, pero Alexandra no soporta que Liova esté preso y le incita a la huída. Ya no le volvería a ver, no así sus hijas, con las que se reencuentra pasado un tiempo.
En esa huída recorre varios paises, como España, hasta llegar a Canadá, de donde regresa en octubre del 1917 para encabezar el movimiento bolchevique, “aunque él no era un estricto marxista o bolchevique, él más bien era un menchevique, un socialdemócrata, en pocas palabras, un demócrata convencido que nunca aceptó el pacto de no agresión entre Stalin y Hitler”, explica Marcos Aguinis.
“Orador extraordinario, pacifista convencido, Lenin le escogió como su sucesor, pero Stalin, maniobrando eficazmente, le apartó del poder. Siempre hubo una gran tensión entre ellos”, relata el escritor. Y esa tensión y su repudio de la violencia, hace que se le apartara del poder. El libro, como hemos señalado anteriormente, llega hasta la toma del poder, podría haber continuado con la vida de un personaje extraordinario, pero la dimensión de la novela, más de 400 páginas, le empujó a zanjar, de momento, la vida de un personaje de película y, por supuesto, de novela.
La vida en el poder, el abandono del poder y su huida a México, quedan para unos hipotéticos volúmenes que bien podrían denominarse “El adulto Liova” y “El viejo Liova”, pero eso queda para más tarde porque, aunque tiene varias ideas rondando por la cabeza, no sabe si su próximo libro será una novela o un ensayo.
Sea lo que sea o decida lo que decida, este escritor, que suele tomar notas para sus próximas obras que luego no relee, seguro que nos sorprenderá. Ya lo ha hecho con una novela sobre un personaje archiconocido, pero siempre quedan detalles con los que enriquecer una vida tan exagerada y excepcional como la de Trotsky. No debemos olvidar que éste murió asesinado con un piolet en el cráneo a manos de un español, Ramón Mercader del Río, enviado por Stalin.
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