Esta obra es quizá la más autobiográfica de Guillermo Cabrera Infante, nacido en la localidad cubana de Gibara en 1929. El escritor empezó a trabajar en este libro en 1962 y fue incorporando materiales hasta el final de su vida. Como señaló Joan Tarrida en el acto, "en la selección de textos hemos dejado unas 100 páginas que podíamos haber incluido, pero las hemos reservado para sus obras completas, que se comenzarán a publicar en el último trimestre del año".
La narración del libro se inicia en 1957 y en ella relata los escarceos amorosos y festivos del autor, al mismo tiempo que muestra la situación política de la isla en la que se desarrollan los numerosos intentos de los distintos grupos que tratan de derrocar la dictadura batista: el Directorio Revolucionario, el Partido Comunista y el Movimiento del 26 de Julio.
Primeramente tomó la palabra el escritor Juan Goytisolo. Relató que él fue el primer intelectual español que fue a Cuba en 1961; después regresaría en el 67 pero ya la decepción fue tanta que no volvería pese haber recibido varias invitaciones, la última de ellas en Tánger. Calificó la novela de excepcional, "refleja a la perfección la atmósfera de bohemia y burdeles que había en la isla antes de la revolución y después, lo que ocurrió en la revolución", afirmó. "Guillermo supo ver antes que nadie lo que sucedió en la revolución", añadió.
El escritor y editor Juan Cruz destacó en la presentación del libro la eficacia novelística, y dijo que "es un libro donde nunca se pone el sol, extremadamente táctil, porque todo lo que se lee se puede descubrir". Además, hizo referencia al amor que el libro refleja por la vida, por la sensualidad, así como la capacidad de memoria "casi milagrosa" de Cabrera Infante para reconstruir los momentos.
El periodista subrayó la serenidad de la escritura, como un "homenaje a lo que le esperaba en la vida, y cómo el amor le llevó a los celos y a la suspicacia". Según indicó, Miriam, su mujer, es una metáfora del amor, y en el libro se observa una voluntad de regresar a ella, porque "lleva el libro con inspiración superlativa". Concluyó diciendo que esta obra "es uno de los grandes libros que yo he leído en los últimos tiempos".
Continuó hablando Fernando Rodríguez Lafuente, que destacó el humor y la ironía que vertebra el libro de Cabrera Infante, e hizo referencia a la divertida anécdota con una joven que aparece en la novela: estaba con ella antes de una relación íntima y le sonaron las tripas. Después de disculparse, la joven le dijo que "no somos cuerpos divinos" por lo que el escritor puso el título Divinos cuerpos.
Lafuente analizó la obra en clave de humor, explicó las dos grandes corrientes del humor en la literatura española, la de Quevedo, donde se ríe de los demás, el humor grueso y la de Cervantes, que lo definió como la risa sobre uno mismo, la auto ironía, y "este es el estilo de Cabrera Infante, el humor inteligente y cervantino", adujo. Respecto a la memoria, apuntó que se trata de un espacio que se mueve entre "lo vivido y lo soñado". "A lo largo del libro aparece mediante música, voz, imágenes en blanco y negro, todo lo que aparece en su memoria, que aquí es melancolía", apuntó. Fernando R. Lafuente destacó la descripción que Cabrera realiza de la ciudad de La Habana. "Podríamos reconstruirla con tan sólo observar la cartografía que aparece en el libro, lo mismo que Joyce hizo con Dublín", subrayó.
Después tomó la palabra el filósofo y escritor Fernando Savater, que calificó de "humillante" la actitud del Gobierno Español con respecto a Cuba, así como con la muerte de Orlando Zapata, que Savater no sabía si calificarla directamente de asesinato. Para Savater la postura de nuestro país hacia Cuba y la "acumulación reiterada de torpezas respecto a la isla, por no hablar de las declaraciones de algunos descerebrados acerca del asunto" es un tema de suma importancia que no se debería soslayar.
El filósofo destacó que reencontrar la lectura de este libro ha sido "estimulante, con momentos de auténtico gozo, que ha sabido transmitir con entusiasmo". Para Savater el libro es "el reverso del tapiz de sus otros libros", añadió, en donde salen todas las claves de sus temas anteriores, solo que de una manera mucho más directa y más "pirotécnica". Para concluir calificó a la obra como profundamente "personal que nada nos la puede sustituir, con menos arabescos que otras obras, pero con toda su carga política".
Su esposa y compañera, Miriam Gómez Cabrera Infante, clausuró la presentación con la frase: "los políticos se borran, pero los escritores quedan". Por ello señaló que le encantaría que cada cubano pudiera leer este libro. La postura de ciertos actores, en referencia a Willy Toledo, y cantantes, "es difícil de combatir porque nos movemos en el campo de los sentimientos y un sentimiento es imposible de cambiar", concluyó.
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