Pese a la crisis, los lectores ávidos de emociones fuertes no dejan de buscar autores originales, sugerentes y auténticos y el pasado 12 de noviembre se dieron cita en la presentación del libro que tuvo lugar en el Centro Riojano de Madrid ante una repleta sala de amigos y curiosos, amantes de nuevas impresiones. El acto fue presentado por Basilio Rodríguez Cañada, su editor y presidente del PEN Club de España al que acompañaron otros amigos del autor, como Emilio Ruiz Borrachina, escritor y director de cine, la enigmática y bellísima Charis Mundi, escritora y fotógrafa, y Carlos Martínez-Cabrera, presidente de Contrapunto.
José María Mozo, ya no es una joven promesa, entre otras cosas porque llega a la novela con una edad madura y una gran experiencia en el mundo de la publicidad. Según él, ésta es su mejor novela, entre otras cosas porque “Malos tiempos para amar” es su única novela editada, pero no será la última porque ya tiene otras dos esperando para ver la luz. En el acto, se mostró nervioso y emocionado porque “es un libro en el que he puesto muchísimo interés al escribirlo. Ha sido una inspiración, recuerdos; ha sido una mezcla de todo esto”, señaló. También, según dijo, se mostró emocionado “por estos distinguidos compañeros que tengo aquí en la mesa que han hablado de mí como si fuera un Camilo José Cela o no sé quién. Yo no soy Camilo José Cela, evidentemente, ni me hubiera gustado serlo, pero quiero decir que los elogios que me han dicho son muy exagerados y, por lo tanto, tengo que decir que son unos mentirosos compulsivos”.
Sin embargo, añadió que lo “que han dicho respecto al libro, está bien. Eso me gusta. Han dicho que es interesante leerlo y me parece perfecto”. Su novela está encasillada en una época determinada que el lector descubrirá cuando lea el libro. “Curiosamente, la época es como en un teatro, un foro. Tú tienes unos personajes en el teatro que hablan, cuentan sus cosas, se quieren, se odian, en fin, tienen sus cuitas y sus historias”, y continuó diciendo que “pienso que esta historia empieza en Caín y Abel. ¿Por qué? Porque ahí empezó la maldad. Los hermanos que se odiaban hasta que uno mata al otro. Eso es un poco el origen de la dicotomía del bien y el mal. En esta novela se refleja mucho esa dicotomía”.
El desarrollo de la novela, según Mozo, tiene “una historia central de la que van saliendo otras historias, que se van desgajando, como las muñecas rusas. Salen miles de historias y todas ellas están relacionadas entre sí y ahí el lector se da cuenta de que es muy ameno leerlo. Cuando leáis la novela quiero que descubráis esas historias, cómo van saliendo y están relacionadas, hasta llegar a un final absolutamente imprevisible. Es un final raro, muy raro, diferente”, y aseguró que “cuando tú entras en esa burbuja de la novela, no te das cuenta de lo que hay a tu alrededor, te olvidas del mundo”.
A la pregunta de ¿por qué escribe? , contó el origen de ese germen creativo, “tenía un tío en Huelva que era periodista y a lo mejor mis genes me han traído algo. Pero realmente, el motivo por el que yo he escrito está en la publicidad. La publicidad, sobre todo en los años setenta, ha sido una actividad muy compleja, donde entraban muchas actividades conjuntas: diseñabas, hablabas, escribías, hacías promociones, hacías de todo. Quizás esto ha sido la raíz, la semilla para ir a escribir después”.
Entre los asistentes se encontraban escritores como Ramón Irigoyen, Gabriel Elorriaga y Fernando de Orbaneja, acompañado de su señora Rita, a los que el autor dedica el libro. Orbaneja, autor de la obra “España, Historia de un fracaso”, éxito de ventas este año, que recomendó el libro y afirmó que “en esta época en la que se dan tantos casos de ignorantes con pretensiones de sabios, causa un verdadero placer encontrar a un escritor inteligente como José María Mozo. Esta novela le va a transportar a un mundo real y, por tanto, crudo, pero tratado con gran delicadeza y talento”. Háganle caso, Orbaneja siempre sabe lo que se dice.