Mitch, el león superfuerte; Blink, la veloz gueparda; Vasyl, el elefante capaz de mover objetos con la mente; Hip y Hop, los monos superelásticos; y Shalma, la cocodrila que puede hacerse invisible y teletransportarse, han llegado en su Supercaravana a una población costera de sosegada apariencia. Eso es poco decir: no se ve ni un alma. Lo cual tampoco es exacto, porque se oye una voz. “¡Bastantes problemas tenemos aquí como para atender a un montón de fieras y payasos! ¡Márchense!”.
¡Pero si acaban de llegar! ¿Quién quiere que se vayan? Cuando la voz se deja ver, resulta ser la de una señora aterrorizada porque unos extraños Pezpiratas, bajo las órdenes de un autoproclamado Capitán y procedentes de una siniestra isla nacida repentinamente en medio del mar, han secuestrado a los hombres del pueblo y amenazan con llevarse también a los niños. En semejante trance, ¿qué pueden hacer las Superfieras sino luchar contra los malhechores?
No sin dificultades, logran su propósito, lo cual convierte a las Superfieras en famosas al instante: entrevistas, reportajes… ¡Qué trajín! Pero la celebridad tiene sus riesgos. Pronto, un funesto personaje decide que semejante fama no es merecida, que si hay alguien con superpoderes ese es él… o está a punto de serlo.
El misterioso Mago Sin Rostro desafía a las Superfieras porque las necesita. Y con urgencia, ya que la pócima que ha ideado para ser el brujo más poderoso y malvado de todos los tiempos incluye algunos ingredientes (chocolate fundido, una pizca de azufre, unas gotas de sangre de murciélago, mocos de troll) que ya posee y otros (unos pelos de monos superelásticos y otros de guepardo superveloz, una escama de cocodrilo con el poder de la invisibilidad y un pelo de melena de león con superfuerza) que sólo Hip y Hop, Shalma, Blink y Mitch pueden darle.
¿Y Vasyl? Vasyl, cuya cobardía le impide al principio acompañar a sus amigos, resulta ser al final el ingrediente que faltaba para derrotar al Mago en su propio feudo: Monstruolandia.
Joaquín Londáiz Montiel nació en Madrid el 13 de enero de 1979 y es Licenciado en Administración y Dirección de Empresas. Con solo 27 años publicó en la editorial Montena su primera novela, Elliot Tomclyde, con la que consiguió situarse en primera línea dentro de la narrativa juvenil, y a la que siguieron otros cuatro títulos: Elliot y el limbo de los perdidos, Elliot y el retorno de las momias, Elliot y el secreto de los Lamphard y Elliot y las Piedras Elementales.
Su siguiente propuesta, Crónicas de la Atlántida, una historia igualmente dirigida al público juvenil con el que tan bien había conectado en las anteriores novelas, cosechó un gran éxito de ventas. Colabora como conferenciante en bibliotecas y colegios ayudando al fomento de la lectura.
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