Magníficat constituye otra muestra de la grandeza literaria de
Carlos Pujol, que cultivó todos los géneros y tradujo decenas de grandes obras de las letras universales. Todo ese gran equipaje intelectual no se convierte aquí en pedantería, sino en una poesía sencilla y a la vez profunda, sobre un aspecto de nuestra tradición cultural -la gran figura femenina del cristianismo-, que el poeta vincula con cuestiones como el amor, la maternidad, la discreción...
El libro (dedicado a su esposa, la pintora Marta Lagarriga) se cierra con un emotivo autorretrato, no exento de ironía, que Pujol pone en boca de la Virgen María, como la mayoría de los poemas: «Érase un niño muy zarandeado/ en un tiempo de guerras y más guerras./ Es posible que guarde en la memoria/ demasiado estropicio y fantasía,/ muchas contradicciones y la música/ que parece imposible del ayer./ Ahora ha escrito para mí estos versos.»
Magníficat aparece estrechamente vinculado con los otros dos libros de Carlos Pujol que ya aparecieron en la colección Cálamo Poesía: El corazón de Dios, un acercamiento sincero y humilde, también irónico, a su relación con Dios; y Bestiario, libro que se editó pocos meses después de fallecer el escritor, donde también exhibe una sabia sencillez para hablar en clave lírica y humorística, a través de los animales, de las eternas preocupaciones de la existencia.
Carlos Pujol (Barcelona, 1936-2012) es uno de los grandes nombres de la literatura hispana de las últimas décadas, tanto por la calidad y amplitud de su producción como por la diversidad de géneros y ámbitos en los que desempeñó su labor. Doctor en Letras, fue profesor de Literatura en la Universidad y ejerció la crítica literaria en periódicos como La Vanguardia, El Sol y ABC.
Autor de novelas, cuentos, ensayos, aforismos, biografías y vidas de santos, publicó también catorce libros de poesía, reunidos en su mayoría en el volumen Poemas (Comares, 2007). Con posterioridad han aparecido en Cálamo Poesía El corazón de Dios (2011) y Bestiario (2012), su primer libro póstumo, al que se une este Magníficat (2013). También tradujo en verso a Ronsard, Shakespeare, John Donne, Racine, los románticos franceses, Robert Browning, Elizabeth Barrett, Emily Dickinson, Baudelaire, Verlaine, Hopkins, Samain, Stevenson, Jammes y Guido Gozzano, versiones que él siempre consideró como poesía propia.
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