Lima es una amalgamada colección de toda suerte de mezclas sociales y raciales posibles, como una suma de todo el continente americano tras más de 300 años de expediciones y conquistadores, y es la maestría de Ricardo Muñoz Fajardo, quien nos describe como si de una fotografía se tratara lo que aquella bella capital ofrecía a los ojos del mundo. Esta es una novela coral, pues hay más de un protagonista y varios personajes de talla en la urdimbre de la trama, encontramos héroes que no lo son; esclavos y libres, personajes históricos reales entrelazados. Ésta sería, a grosso modo, la sinopsis de la novela
Charlamos con el autor que nos sitúa en ese tramo de la historia que une la Guerra de Independencia que está sucediendo en España en los años 1808-1810 y que son el germen de lo que en 1821 termina sucediendo en América, y nos preguntamos por qué. Ricardo Muñoz Fajardo nos hace un interesante análisis:
"La fiebre independentista no es tanto la consecuencia de la guerra de independencia española, que si bien trajo la Constitución de Cádiz, luego, al regreso de Fernando VII, toda esa libertad conquistada frente al invasor, queda abolida. Participantes de renombre en el proceso de emancipación, como fue el general San Martín -que intervino en la independencia de Argentina y Chile-, nacido en América pero educado en España, terminan solicitando la licencia del ejército español y, ayudado por los ingleses trasladan ese afán de libertad e independencia a América. El movimiento dice querer incluir a todos, pero es dirigido por los criollos, que es la élite dominante en la España virreinal, aunque no tienen el acceso al poder, guiado desde la metrópoli.
La sociedad colonial es un conglomerado de gentes de diferentes razas, donde el bienestar está muy relacionado con el color de la piel. Los blancos -administración y criollos-, suelen ocupar la cima de la pirámide, y más abajo se sitúan los mestizos, indios, mulatos, zambos y negros, ya fueran libertos o esclavos.
Las guerras de independencia americanas se desarrollan en esa sociedad mestiza, que en el caso de Perú no encuentra tanto apoyo de la sociedad criolla instalada allí, que ha padecido dos importantes rebeliones de la población indígena en el último tercio del siglo XIX."
Entonces D. Ricardo, nos encontramos con dos frentes, ¿pero sabemos lo que los realistas defendían?, ¿estamos ante guerras civiles?
Las guerras de independencia hispanoamericanas son, básicamente, guerras civiles. Las tropas de refuerzo de los españoles peninsulares tienen muchos problemas para acudir desde Europa a América, porque tras la guerra de independencia contra el francés, la flota española es prácticamente inexistente. Se intenta paliar este problema con la adquisición de unos barcos rusos, pero la corrupción existente en la España de Fernando VII, hace que muchos de los fondos destinados a tal fin, fueran desviados y los navíos adquiridos resultaron ser unos trastos inservibles. Los realistas querían que Hispanoamérica siguiera siendo una parte de España, nada más.
Y su novela nos sitúa en Perú, en la capital, Lima, una ciudad que está sitiada por un libertador, si hacemos una instantánea con una cámara ¿qué imagen es la que mostraría ese objetivo?
Lima es la capital del virreinato del Perú, una metrópoli creada y trazada a cordel por Francisco Pizarro a orillas del río Rimac. Lima es una urbe cosmopolita, en la que habitan un amplio crisol de razas, desde la originaria del lugar hasta los venidos de Europa y África, y sus mestizajes. Lima vive un poco de espaldas a la guerra, al cerco del general San Martín, quien, después de todo, es un extranjero que ha llegado a su país a liberarlo, no se sabía muy bien de qué, porque los ricos y pobres iban a seguir siéndolo, fuera quien fuera el que gobernase Perú.
Lima es una ciudad típica de la época, con su trabajo y comercio y su rutina ciudadana diaria. Pero también es una ciudad de cantos, bailes y tradiciones y, por supuesto, es una ciudad violenta impulsada por ese desarraigo de los que nada tienen que perder, excepto la vida.
Estamos descubriendo aspectos muy interesantes en esta charla, y lógicamente queremos ahondar en el título a la novela, "El rastro de los cimarrones" (De Librum Tremens Editores), porque los cimarrones son los esclavos que logran irse a las montañas y establecer su vida en libertad, son perseguidos por "rancheadores", auténticos caza recompensas. Podría parecernos que nos trasladamos al Oeste americano en esta latitud, pero precisamente lo que nos relata Ricardo Muñoz Fajardo en "El rastro de los cimarrones", ocurre varias décadas antes y con un siglo de antelación de lo que luego la industria de cine americano nos relata como exclusivo o genuino. Mientras Rodrigo Pizarro, el protagonista, el "rancheador", es un superviviente que persigue esclavos, su mundo se desmorona por la guerra civil que principia la Independencia y él es capaz de todo con tal de seguir viviendo. Los rancheadores dentro de la sociedad ¿qué papel ocupan?
Los rancheadores no pregonan su oficio, aunque todos lo conozcan. El día a día era rutinario, repleto de jaranas, bebida y trifulcas, algo que no le hacían diferente a cualquier otro hombre con agallas. Eran temidos, porque siempre estaban en venta, pero incluso los cimarrones huidos los dejaban estar. Hasta que eran contratados para recuperar a algunos de aquellos huidos, porque entonces se convertían en hombres terribles.
"El rastro de lo cimarrones", relata episodios poco conocidos de nuestras colonias, de esa América que lucha por convertirse en independiente del reino de España o permanecer bajo su tutela. Esta es la apasionante novela que tendremos en breve disponible a la venta en las librerías.
Novela histórica
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