Esa tarde habíamos quedado en la cafetería de un hotel cercano para mantener una entrevista absolutamente negra, donde lo más claro que había era el azul de sus ojos y el rubio de su melena suelta. Cuando Carina llegó a la cita, yo me preguntaba si todas las suecas eran como la protagonista de su primera novela y eché de menos haber llegado desprotegido. Sólo un bolígrafo y una libreta podrían protegerme del aluvión de respuestas que me esperaba y que en aquel momento no me podía imaginar.
Sin embargo, ese estereotipo se disolvió como un azucarillo en un café hirviendo. Carina Bergfeldt derrocha simpatía a raudales, amabilidad y sencillez. Lo primero que me dijo fue gracias. Nuestra revista digital Todoliteratura había sido la primera publicación española que publicó una noticia sobre ella. Lo recuerdo bien, fue otra tibia tarde, pero esta vez de la primavera capitalina. Ya ese día apostamos por ella y el tiempo nos ha dado la razón. España es el primero de once países que va a publicar su primer tomo de una trilogía donde tres investigadoras y periodistas desentrañarán crímenes y misterios.
Lo segundo fue hacernos una foto, juntos, para nuestros respectivos tuiters. Esto no quedó tan bien. Parecíamos la bella y la bestia. Dejo al sagaz lector averiguar quién asumía los respectivos papeles. Después quiso saber si yo era el encargado del género negro de la publicación. "Sí, del género negro, y de todo lo demás", la respondí. Está claro que ella no sabía que en España la cultura y, en especial, la literatura, se desarrolla con tal precariedad de medios y falta de ayudas. Se sobrevive siendo una especie de Juan Palomo.
En los últimos años estamos viviendo un fascinante florecer de la novela negra nórdica. Stieg Larsson inició el camino por el que han seguido Henning Mankell, Camilla Läckberg, Kristina Ohlsson y muchos más autores. Desde nuestras soleadas tierras vemos en la oscuridad invernal sueca un lugar donde se esconden asesinos y maltratadores. Las cifras que nos da Carina son para echarse a temblar, aunque en España tampoco nos quedamos atrás. Se ve que copiamos todo lo malo y obviamos lo bueno de otros países.
"Los españoles tenéis una imagen idílica de Suecia", me dice al comienzo de la entrevista. No me dejo amilanar y la respondo "los suecos tenéis una imagen idílica de España". Firmamos las tablas y vamos a cuestiones más importantes. "Los periodistas suecos investigan a la policía por sus métodos de trabajo, por su empleo de la violencia, por cuestiones de corrupción. Un compañero mío está nominado al premio Aswedish Grand Journalism -el mismo que obtuvo ella el año pasado por su reportaje sobre la matanza acaecida el año pasado en Noruega- por los registros secretos que hizo la policía sueca al sur del país al colectivo de la población gitana". Pregunten a cualquier periodista español si eso se podría hacer en nuestro país. Las risas se oirían en aquel país.
La fría noche del 1 de enero del 2012, mientras en España nos comíamos las típicas uvas, en Suecia Carina Bergfeldt salía a la calle con una botella de champán y unos cuantos petardos para celebrar la llegada del nuevo año. En la calle nevada, en vez de permanecer en casa encendiendo las doce estufas típicas de su tierra, se hizo la firme promesa de escribir una novela, "quería intentarlo y no sabía cómo", se sincera y a las 15:51 de ese mismo día comenzó a teclear en su ordenador el comienzo de su libro. "Estuve cuatro días sin parar de escribir y logré escribir unos ochenta folios, confiesa.
No ha sido un mal comienzo para alguien que se estrena en estas lides y como nos decía al comienzo, no sabía muy bien cómo empezar. "Google ha sido mi principal fuente de documentación. Allí se puede buscar todo tipo de armas y sus características que se pueden utilizar en la novela. Aunque después fui a una armería para tocarlas, para saber su peso, su textura y poder reflejarlo en la novela", desvela esta periodista de "armas tomar" que llegó a ir a un matadero para conocer el olor de la sangre y poder describirlo en su obra. "Internet es un buen comienzo, pero hay que salir fuera para conocer", apostilla.
Si se le pregunta por su principal modelo responde sin dudar Millenniun de Stieg Larsson, pero también le ha valido de gran ayuda la página web de Camilla Läckberg, donde tiene un apartado de cómo se escribe una novela negra. "En uno de esos capítulos recomienda conocer bien a los personajes del libro, su altura, su nombre, su número de hijos, si tiene tatuajes, etc. Mirar a ese personaje y darse cuenta de lo que ves. Yo cerré los ojos y vi a un hombre delante de mí de una forma muy clara, Valdemar, el protagonista".
Buscando documentarse llegó a ir a Estados Unidos. Allí encontró un libro en el que recomendaban para escribir una buena novela que hubiese dos tramas. "Allí surgió la historia de la mujer asesinada que aparece congelada en un lago y que se iría superponiendo a la idea de la hija que quiere asesinar a su padre", cuenta. No vamos a desvelar el nombre de la hija para no destripar el final de la novela. Pero en el país más poderoso del mundo, también la supondrían hallazgos increíbles para la trama. "En Texas visité a un preso condenado a muerte y a personas relacionadas con el crimen que cometió. La hermana del muerto era una persona marcada por el odio que había arrastrado toda su vida. Lo que me dijo era que ella quería matar con sus propias manos al criminal", describe con rictus preocupado por los sentimientos de venganza de esa persona.
Esa experiencia marcó la novela, de ahí que tenga un cierto tono psicológico y que diga sin dudar que "era importante no exagerar en la novela, lo que no podía imaginar era que la realidad supere ampliamente a la ficción". Sólo basta mirar las estadísticas de denuncias por violencia de género en cualquier país desarrollado: 183 víctimas mortales en Suecia el año pasado o 389 en España, eso por no hablar de países como Etiopía, Irán o Afganistán, donde, además, la ablación de clítoris es práctica habitual en las mujeres. "Una de cada cuatro mujeres sufrirá violencia de género en su vida y la violación no tiene nada que ver con el sexo, sino que es una cuestión de poder. Tomar el control de otra persona. El maltratador necesita ese control", reflexiona.
"Mi estilo es claro, que la gente me entienda, por eso suelo ser muy descriptiva", apunta, al estilo Hemingway, muy cinematográfico. De ahí que haya escogido escribir la novela con dos narradores en primera y tercera persona. Aunque la primera versión era toda en tercera persona. "Cuando remonté a la infancia de la protagonista y escribí en primera persona, se me llegaron a poner los pelos de punta", reconoce. Lo mismo que confiesa que "fue muy divertido planear un asesinato".
Con la novela ha querido romper muchos tópicos. "El trabajo periodístico está muy dominado por los hombres. Son hombres que escriben para hombres. Con la investigación policial ocurre lo mismo", opina segura. De ahí que sus protagonistas sean tres mujeres, dos de ellas reporteras y que sepan desenvolverse de manera eficiente. Y tanto ha gustado su novela que se ha convertido en un fenómeno global. "El año pasado salió la primera edición con 3.500 ejemplares. El descubridor de Milennium, editó una segunda edición de bolsillo de 40.000 ejemplares que se convirtieron en un éxito de ventas las Navidades pasadas en su país. En la pasada Feria de Londres, vendió los derechos a una docena de países y su gira por el mundo entero empieza en España. Esperemos que podamos volver a verla por estas tierras para la próxima publicación de los dos volúmenes que faltan de su trilogía.
Puede comprar este interesante libro en:
Si (
No(
