La gran estafa es su segundo libro, mucho más elaborado que Esto tiene arreglo, donde hace un análisis certero de la crisis que estamos padeciendo y donde propone soluciones para salir de ella. "Sí vivimos una crisis económica, pero es una crisis del capitalismo. Por eso estamos ante una estafa, ya que la ciudadanía no es culpable de la crisis generada por los políticos y los capitalistas", afirma rotundo el joven diputado, economista de profesión.
Para el parlamentario, apodado diputado 2.0, la falta de liquidez dineraria la tienen dos colectivos: las grandes empresas y las grandes fortunas. "Son los dos colectivos que más se han beneficiado de la burbuja inmobiliaria. Los que se han quedado con los recursos económicos. Pero esto no es un saqueo convencional, es mucho más sutil, más complejo, en donde una minoría se ha enriquecido de forma desmesurada", dice el economista y diputado Alberto Garzón Espinosa.
Soluciones maravillosas a la crisis no existen, pero las posibles o no se ponen en marcha o se demoran indefinidamente en el tiempo. Lo que apuntó Draghi hace cuatro años, es ahora cuando se comienzan a llevar a cabo. En este tiempo han sido los grandes capitales los que han especulado con la deuda pública y donde los bancos y cajas mal gestionadas han sido rescatados por el Estado. "Se han socializado las pérdidas y las ganancias se las han llevado unos pocos", es su mensaje sobre la crisis financiera que estamos viviendo.
Se lamenta de que mucha información no llega a los ciudadanos, "hay partidos que tienen medios de comunicación a su servicio con los que confunden a la gente, otros apenas tenemos acceso a ellos", reflexiona el diputado Alberto Garzón Espinosa. Por eso está convencido de que hay que regenerar la política, "lo que ha dicho hace escasos días Beatriz Talegón lo defiendo también yo. ¿Alguien puede creer que el PSOE es un partido socialdemócrata, cuando se muestran contrarios a la dación por pago de las hipotecas al igual que el PP?
El PSOE también muestra una actitud servicial con el Banco Central Europeo que ha recomendado bajar los salarios de toda la masa trabajadora. Para Garzón esta medida nos va a traer más pobreza. De ahí que piense que el partido socialista vive una esquizofrenia adoptando medidas que van contra su propia masa social. Lo que les ha conducido a una oligarquía política, que tiene más que ver con una mafia política que con un partido social.
"Esta situación se trasluce en que unas pocas personas tomen decisiones por todos y hay que acabar con eso", apunta aceradamente. El sistema político actual, a su parecer, está quemado, falta democracia interna en los partidos. "Se han de aprovechar las nuevas tecnologías para llegar a una verdadera democracia", sostiene. Y no le duelen prendas al decir que en su partido, pese a ser el más democrático a su modo de ver, tiene grandes deficiencias.
"La marca Izquierda Unida está quemada", opina. Cree que hay que ir a fórmulas más novedosas, tipo a lo que ha ocurrido en Galicia donde han conseguido un importante crecimiento. Esa estrategia puede conducir a IU a ser una aspirante a gobernar. "Si llegamos al poder, las primera medida sería recuperar la banca pública para los ciudadanos y así podernos enfrentar a la troika europea que maneja a su antojo la economía europea", sostiene.
También reconoce que hay divergencias en su coalición, que el método que emplean es deficiente, pero que al no ser un partido político no se han institucionalizado como ha hecho el resto, "hay que estar con los movimientos sociales", apunta y se suma a las propuestas de Julio Anguita con las que está de acuerdo. Para conseguir una nueva sociedad cree que hay que educar a los ciudadanos, sobre todo en métodos democráticos que propicien una transformación social.
En La gran estafa aboga por un proceso constituyente que se encamine a la Tercera República y que se luche por una transparencia absoluta de las instituciones, "sanciones adecuadas tanto para los corruptores como a los corrompidos y una justicia rápida", son sus dos recetas más importantes. Pero también la economía ha de racionalizarse, las últimas medidas adoptadas están haciendo que la ciudadanía se esté empobreciendo, "somos un país en vías de subdesarrollo", finaliza Alberto Garzón Espinosa, el joven político que aspira a gobernar con raciocinio y nuevas ideas. Seguro que no le dejarán, como él apunta y repite que hay demasiados intereses económicos que están aliados con los partidos tradicionales, lo malo es que el suyo también tendrá que hacer una catarsis para modernizarse.
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