Una tarde de lluvia, Clara pierde el control del coche que conducía provocando un accidente que dejará a Belén, su hija de siete años, parapléjica. Las horas en vilo en el hospital, los días en coma, los meses de rehabilitación intentando que la vida de la pequeña consiga algo de normalidad, le revelan a Clara que puede sacar fuerza de no sabe dónde para afrontar la tragedia, pero a la vez, la van sumiendo en un estado de agotamiento y culpa, que su exmarido, absolutamente insensible a su dolor, aviva y alimenta.
Unos días de excursión del colegio de Belén le permiten finalmente tomarse un respiro y Clara emprende un viaje a un lugar del Pirineo donde encontrar un poco de paz. Pero una tormenta de nieve la hace tomar el rumbo equivocado y la obligará a refugiarse en la cabaña de un hombre arisco y taciturno, Éric, quien a pesar de ofrecerle su ayuda resulta molesto con su presencia. Ese tiempo en la cabaña, aislados del mundo, serán días de confesiones mutuas, de pequeñas y grandes complicidades entre dos seres heridos pero con una férrea voluntad de vivir. Y también serán días de grandes descubrimientos, de los cuerpos y de los corazones, y de la revelación de que no existe nada más erótico que el amor.
Como pueden ver, esta es una novela que nos muestra la cara más amarga de la desgracia, pero también nos muestra un gran espíritu de superación ya que, pese a que los protagonistas lleguen a estar bien sumidos en la miseria, sus esfuerzos por intentar ser felices son constantes a lo largo de la novela.
Y la principal dificultad a la que los personajes se enfrentan es a la de la discapacidad: en primer lugar, la hija de Clara se ha quedado parapléjica a muy corta edad y ve cómo todo su mundo se viene abajo, al igual que su madre y, por otro lado, Éric se quedó sordo en la adolescencia y también ha tenido que lidiar con su situación y adaptar su vida a ella.
Así, los personajes son el pilar principal sobre el que se asienta la novela y están dotados de una gran profundidad ya que todos y cada uno de ellos (y especialmente Clara) son puro sentimiento. Es tal la profundidad con la que son tratados todos los personajes que, aunque la novela esté relatada en tercera persona, podría convertirse perfectamente, sin experimentar prácticamente ningún cambio, en un libro relatado en primera persona.
A su vez, el amor que surge entre Clara y Éric también es uno de los puntos fuertes de la novela y nos muestra cómo el amor puede con todo si se lo propone de veras y además nos enseña cómo del amor puede surgir un excelente erotismo, hasta el punto que se ha afirmado, en relación a esta novela, que no hay nada más erótico que el amor.
En definitiva, Un refugio para Clara es una historia que trata del dolor, el cual es siempre oscuro pero también nos muestra cómo podemos ver la luz que hay al otro lado de ese sufrimiento, originando una novela de amor, pasión, esperanza optimismo y superación.
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