Es una dolorosa historia de amor y una contundente protesta, una historia contada entre susurros, a gritos, con lágrimas carentes de sentimentalismo y a veces con una risa amarga. Cada uno de sus personajes está imborrable, tiernamente retratado. Sus protagonistas son gente rota por el mundo en el que vive y luego rescatada, recompuesta por actos de amor, y por la esperanza.
La historia empieza con Anyum –que antes se llamaba Aftab– desenrollando una raída alfombra persa en un cementerio al que llama hogar. Nos encontramos con la extraña e inolvidable Tilo y los hombres que la amaron, incluido Musa, novio y exnovio, amante y examante, cuyo destino estará entrelazado con el de la chica para siempre. Conocemos al casero de Tilo, un antiguo pretendiente, en la actualidad oficial de inteligencia destinado en Kabul. Y conocemos a las dos Miss Yebin: la primera es una niña que nace en Srinagar y es enterrada en el atestado Cementerio de los Mártires; a la segunda la encuentran a medianoche, abandonada en la acera en el corazón de Nueva Delhi.
A medida que esta novela cautivadora y profundamente humana trenza estas vidas complejas, reinventa lo que una novela puede hacer y ser. El ministerio de la felicidad suprema demuestra en cada página las extraordinarias dotes de Arundhati Roy como contadora de historias.
Arundhati Roy es la autora de El dios de las pequeñas cosas, que ganó el Premio Booker y se ha traducido a más de cuarenta idiomas. También ha publicado diversos libros de no ficción, como El final de la imaginación, El álgebra de la justicia infinita, Retórica bélica (los tres publicados en Anagrama), Capitalism: A Ghost Story y The Doctor and the Saint. Vive en Nueva Delhi.
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