«Durante un tiempo no estuvo segura de sí su marido era su marido. A veces creía que sí, a veces creía que no, y a veces decidía no creer nada y se¬guir viviendo su vida con él, o con aquel hombre semejante a él, mayor que él. Pero también ella se había hecho mayor por su cuenta, en su ausencia, era muy joven cuando se casó.»
Con puntualidad británica, tres años después de la aclamada Así empieza lo malo (Alfaguara) y según el exacto ritmo de producción al que ya se ha acostumbrado toda una legión de fieles lecto¬res, Javier Marías regresa con una nueva y con¬tundente novela. La decimoquinta de su corpus narrativo, si se contabilizan por separado los tres títulos que componen su ambiciosa y extensa trilogía “Tu rostro mañana”.
Se trata de Berta Isla, la envolvente y apasionante historia de una espera y de una evolución, la de su protagonista. Pero, sobre todo, Berta Isla es también un relato —enmascarado sutilmente en una novela de espías sui generis— sobre la fragilidad y la tenacidad de una relación amorosa condenada al secreto y a la ocultación, al fingimiento y a la conjetura, y en última instancia al resentimiento que todo ello concita, entrelazado con una profunda lealtad.
Ambientada en Madrid y Oxford, entre las décadas de los sesenta y los noventa, la historia de Berta, una suerte de Penélope madrileña del siglo XX, remite a un misterio insondable: la imposibilidad de conocer en profundidad al otro, incluso —o sobre todo— cuando ese otro es el ser más próximo, aquel al que se ama. O, como reza una genial cita de Dickens hacia el final de la novela en boca de su protagonista, «cada corazón palpitante es un secreto para el corazón más próximo, el que dormita y late a su lado.»
Pero no sólo eso, porque Berta Isla también da un paso más allá en la exploración narrativa sobre el mundo de la pareja abierta por Javier Marías con sus dos novelas anteriores, Los enamoramientos (2011) y Así empieza lo malo (2014), en un continuum ficcional bajo el que se puede —y quizá se deba— leer toda su obra. En Berta Isla el foco está puesto en el intermezzo, en el largo compás de espera que sobrelleva Berta aguardando el regreso de su refractario Ulises, su marido Tom o Tomás Nevinson.
De padre inglés y de madre española, Tomás es una persona extraordinariamente dotada para las lenguas, para la imitación y el fingimiento de acentos, tonos y registros, virtud por la que será reclutado en Oxford, desde muy joven, por los servicios secretos británicos. De allí deriva otro de los temas cruciales de la novela: la paradoja de aquellos que, por las causas que sean, se ven obligados a participar o a intentar intervenir en el devenir de la historia para frenar las desgracias y que acaban, contrariamente, desterrados del universo y de la misma historia que ha contribuido a forjar.
Javier Marías retoma en esta novela una idea ya esbozada en su anterior novela, Así empieza lo malo: la de que el mero hecho de estar en el mundo, de nacer, ya nos expone a ciertos peligros. Por el mero hecho de estar en el mundo podemos ser visualizados e identificados por los demás y, según las virtudes o cualidades que tengamos, se nos puede demandar, exigir u obligar a hacer algo.
De esta trampa del azar no escapa Tomás Nevinson.
El título de esta novela remite al nombre propio de la protagonista de la historia y no a un verso shakesperiano como le gusta titular a Marías para deleite de sus más fanáticos lectores. Esto remarca la centralidad del personaje femenino. Además, el ya de por sí hipnótico, envolvente e inimitable estilo narrativo de Javier Marías supera aquí con creces un verdadero tour de force: el regreso a un narrador en primera persona —la misma Berta Isla— en buena parte de la novela, cosa que el autor no hacía desde El siglo (1983).
En suma, Javier Marías demuestra una vez más encontrarse en el punto creativo más alto de su trayectoria literaria, en pleno dominio de todas sus facultades narrativas. Con Berta Isla el autor se supera a sí mismo con una logradísima novela que sorprenderá a más de un lector.
Javier Marías (Madrid, 1951) es autor de Los dominios del lobo, Travesía del horizonte, El monarca del tiempo, El siglo, El hombre sentimental (Premio Ennio Flaiano), Todas las almas (Premio Ciudad de Barcelona), Corazón tan blanco (Premio de la Crítica, Prix l’Oeil et la Lettre, IMPAC Dublin Literary Award), Mañana en la batalla piensa en mí (Premio Fastenrath, Premio Rómulo Gallegos, Prix Femina Étranger, Premio Mondello di Palermo), Negra espalda del tiempo, de los tres volúmenes de Tu rostro mañana: 1 Fiebre y lanza (Premio Salambó), 2 Baile y sueño, 3 Veneno y sombra y adiós, de Los enamoramientos (Premio Tomasi de Lampedusa, Premio Qué Leer) y Así empieza lo malo; de las semblanzas Vidas escritas y Miramientos; de los relatos Mala índole y de la antología Cuentos únicos; de homenajes a Faulkner y Nabokov y dieciocho colecciones de artículos y ensayos.
En 1997 recibió el Premio Nelly Sachs, en Dortmund; en 1998 el Premio Comunidad de Madrid; en 2000 los Premios Grinzane Cavour, en Turín, y Alberto Moravia, en Roma; en 2008 los Premios Alessio, en Turín, y José Donoso, en Chile; en 2010 The America Award en los Estados Unidos; en 2011 el Premio Nonino, en Udine, y el Premio de Literatura Europea de Austria; en 2012 el Premio Terenci Moix; en 2013 el Premio Formentor; en 2015 el Premio Bottari Lattes Grinzane, en Italia, y en 2017 el Premio Liber, todos ellos por el conjunto de su obra.
En 2016 fue nombrado Library Lion por la Biblioteca Pública de Nueva York. Entre sus traducciones destaca Tristram Shandy (Premio Nacional de Traducción 1979).
Fue profesor en la Universidad de Oxford y en la Complutense de Madrid.
Sus obras se han publicado en cuarenta y cuatro lenguas y en cincuenta y siete países, con más de ocho millones de ejemplares vendidos. Es miembro de la Real Academia Española.
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Autor de los vídeos y de las fotografías: José Belló Aliaga