Al desembarcar en Constantinopla el 13 de mayo de 1506, Miguel Ángel sabe que está desafiando el poder y la cólera de Julio II, papa guerrero y mal pagador, por abandonar la construcción de su tumba en Roma. Pero ¿cómo rehusar la invitación del sultán Beyazid, que le propone, después de rechazar el diseño de Leonardo da Vinci, concebir un puente sobre el Cuerno de Oro?
Habladles de batallas, de reyes y elefantes está basada en un hecho real: el viaje del gran escultor renacentista a Estambul. Pero en esta obra se tratan de desentrañar los misterios de aquel viaje del que tenemos tan poca documentación ya que Miguel Ángel no quería que su mecenas, el Sumo Pontífice, se enterase de que estaba trabajando para uno de los grandes líderes del Islam, pese a que la paz en aquellos momentos estaba pactada entre ambas partes.
Por este motivo, el viaje fue desconocido salvo por la poca correspondencia que el artista florentino mantuvo. Y algunas de estas misivas se reproducen de manera exacta en la obra, dando un mayor realismo y mostrando de manera fidedigna los sentimientos del escultor, sus encargos y sus acciones pendientes en Italia.
La novela está relatada en tercera persona prácticamente en toda su extensión, excepto por algunos capítulos que están narrados en primera persona por un personaje que tendrá gran relevancia en el desarrollo del argumento, aunque parezca que su importancia es menor. Además, en estos capítulos en primera persona, el narrador se dirige a un interlocutor que sabe que nunca escuchará lo que tiene que decirle.
A su vez, ya en Constantinopla, comienza a desarrollarse un peculiar triángulo amoroso: Menihi, el poeta de la corte y amigo de Miguel Ángel, acaba sucumbiendo al carácter del genio y enamorándose perdidamente del artista de Florencia, mientras que Miguel Ángel encuentra en una exótica bailarina las formas perfectas donde admirar la belleza oriental.
Para acabar, me gustaría comentar la gran inmersión cultural que supone este libro: es un desprejuiciado contacto renacentista entre Miguel Ángel y la Constantinopla de Beyazid, un peculiar intercambio artístico, político, personal y religioso.
En definitiva, una novela abrumadora como el encuentro del hombre del Renacimiento con las bellezas del mundo otomano, precisa y cincelada como una pieza de orfebrería. Habladles de batallas, de reyes y elefantes es el retrato de un artista en su esplendor y, también, una fascinante reflexión acerca del acto de crear y el significado que esconde un gesto inacabado hacia la otra orilla de la civilización.
Críticas literarias
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