Los protagonistas de "Flor seca" son la juez de instrucción Sofía Valle y el inspector de la Policía Nacional Enda Rivas, una pareja que mantiene una curiosa tensión sexual que se resolverá a lo largo de la novela. Pero, no son sólo dos los protagonistas de esta vibrante novela negra. Como Graziella Moreno conoce a la perfección el universo judicial y policial a la perfección, ha querido que por su la novela transiten personas que trabajan tanto en los juzgados como en los cuerpos de seguridad del estado, en sus diferentes ámbitos.
Forenses, secretarios de juzgados, policías nacionales y mossos d´esquadra son los protagonistas de esta novela negra que sabe mezclar con rigurosidad la trama criminal con el universo profesional de la judicatura y la policía. Precisamente ahora, con el atentado perpetrado por los yihadistas en Barcelona y los problemas de coordinación que han salido reflejados en la prensa, la escritora barcelonesa ya pone negro sobre blanco las deficiencias existentes en la coordinación entre los distintos cuerpos de seguridad. Parece ser que las discrepancias suelen ser habituales entre ellos.
Sin embargo, Graziella Moreno aboga por la coordinación y sólo deja como rivalidad un tenue ambiente de desconfianza. Quizá porque todos se crean en posesión de la verdad y de la honestidad y, probablemente, no lo sea así. En la novela, pese a esas mínimas diferencias, la coordinación es casi total y gracias a ella se llega a la resolución del crimen que da origen a la novela y sus ramificaciones que llegan a muchos estratos de la sociedad.
El descubrimiento de un cadáver –con la cara totalmente desfigurada por una supuesta paliza y un curioso tatuaje en el vientre- en casa de un policía nacional da pié a la investigación, no sólo de quién lo ha realizado sino de una posible trama de corrupción en la policía nacional que permite un floreciente negocio de prostitución de lujo que deriva en numerosos chantajes.
La novela transcurre en tan sólo diez días, en este tiempo, tanto la policía nacional como los mossos d´esquadra realizan una investigación para dar con los criminales pero, también, para descubrir esa trama corrupta en la que están involucrado varios policías nacionales. Un caso de polis buenos y malos, de polis que creen en la justicia y otros que sólo creen en el beneficio económico que pueden sacar por el desarrollo de su trabajo.
La trama va avanzando en dos frentes diferentes. Por un lado, la investigación del crimen y, por otra, la que realiza Enda Rivas para desentrañar esa trama corrupta. La relación sentimental entre el inspector y la juez se resiente por tener que mantener el secreto de las investigaciones, hasta tal punto que Sofía solicite el traslado a un juzgado de Barcelona. Algo que no nos parece buena idea porque Graziella Moreno ha creado un micromundo en Taulera que domina a la perfección.
Narrada la novela en tercera persona, tiene todos los ingredientes de las buenas novelas negras. En ocasiones utiliza la autora flashback para que conozcamos alguna característica de los personajes o para adentrarnos en el desarrollo de la investigación. También utiliza numerosas elipsis para mantener el suspense de la trama, siempre alternando las dos investigaciones que hemos apuntado antes.
Graziella Moreno conoce a la perfección el mundo que describe y lo hace de manera certera y minuciosa. La tensión de la novela es creciente y a ella, añade dos incipientes historias de amor como son las de Sofía y Enda, a la que hay que añadir la de Durán y la cabo Milán que supongo nos la desarrollará en la próxima entrega. Para finalizar, nos obsequia con un desasosegante capítulo que nos hace vislumbrar por dónde irá la trama de su próximo libro, al que estamos esperando con ansiedad desde ya. Hay que reconocer que el cambio de editorial le ha sentado perfectamente a la novelista barcelonesa.
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