Con “En la noche de los tiempos” ha cambiado de editorial y ha sido para mejor, ahora es Adeshoras quien la acoge en su seno y han conseguido una edición realmente buena con una portada de Soledad Velasco muy sugerente. Quedamos una calurosa tarde del comienzo del verano, en principio, nada propicia para hablar de literatura y sí de planes veraniegos. Encontramos un café de los de antes, de los de comienzo del siglo pasado y me imagino a algunos de los escritores de la generación del 98 asistiendo a una tertulia en la que blandían bastones como si fueran floretes. En seguida entramos en el tema de su novela.
“La novela es un fiel reflejo de observarme a mí misma como creadora”, reconoce nada más entrar en materia. Reflejo de sus obsesiones y de sus inquietudes por el mundo del arte. “En el mundo artístico, la obsesión está muy presente y es vital”, afirma con rotundidad pero con un tono amable y sincero. El libro tiene una fuente primordial que es el cuadro en que Ofelia, es denostada por Hamlet, de Millais; que utiliza a Lizzie Siddal como modelo. Algo similar hace el protagonista Olivier con Laia. “Esa historia -la de Ofelia se refiere- creo que es muy literaria”, señala Esther Ginés.
En su nueva novela, tras “El sol de Argel” que tenía claras referencias a Camus, la obsesión está presente a lo largo de la misma. “Olivier anula a Cecilia, mantienen una relación profundamente destructiva y hay un cierto paralelismo con la historia de Millais y Lizzie Siddal”, dice la autora de Ciudad Real y agrega “las obsesiones suelen ser muy luminosas en un principio pero terminan destruyendo. Hay una línea muy fina entre la genialidad y la locura”. En este caso gracias a la dominación psicológica que ejerce Olivier sobre la protagonista que hace las veces de narradora en la novela.
El secuestro que se produce, siendo la víctima Laia, se lleva a cabo en una casa alejada de un núcleo urbano que no se identifica en ningún momento, es el único escenario que queda oculto. “Me pareció que cualquier sitio habría válido, esa casa familiar de Cecilia bien podría ser un refugio o una cárcel, en cualquier caso una metáfora de un lugar oculto y cavernario”, analiza la autora de “En la noche de los cuerpos”. “Cecilia es, al mismo tiempo, víctima y culpable. Y Olivier se muestra dueño de ambas mujeres”, subraya.
Como hemos señalado anteriormente, Esther Ginés es una escritora muy literaria y original. “Mi concepto de la literatura es escribir algo arriesgado. Establecer un diálogo con el lector, llegando a preguntarle ¿qué harías tú en un caso como el que narro? Me gusta que mis libros hagan preguntas”, apunta rotunda durante nuestra charla. “Es una historia de un amor tóxico, de alguien que amó demasiado y se equivocó amando”, expresa con convicción. Una historia que va bordeando la fina línea entre el bien y el mal y al que se llega gracias a las decisiones que se van tomando. “Las decisiones que tomamos en la vida nos pasan factura. Somos nosotros y nuestras decisiones”, revela con ingenio.
El libro tiene dos partes claramente diferenciadas. La primera es la parte en la que la acción prima. La segunda es la parte más introspectiva donde se analiza el acontecimiento que cambiará la vida a los tres protagonistas. Esta segunda parte, más literaria si cabe, es donde está el meollo de la novela fruto de la reflexión de la autora sobre el arte y, en especial, la pintura. “De todas las artes, la literatura, me parece, es la más solitaria. Ahora bien, todo este mundo es muy incomprendido”, opina la joven escritora y añade hablando sobre la función o misión del escritor “el compromiso del autor está con la mentira, con la ficción”.
La novela aborda una relación tóxica, Esther Ginés cree que cuando se escribe sobre estas relaciones es fácil que el lector empatice con los protagonistas. “Tanto el maltrato psicológico como una relación de poder del hombre sobre la mujer nos lleva a muchas conclusiones”, expresa y sigue diciendo cuántas mujeres más valiosas que sus parejas han quedado en segundo plano por culpa de su compañero. No podemos olvidarnos de los casos de Dora Maar o Marie Curie, por ejemplo.
“Escribo desde la herida”
Otros temas que trata en el libro, porque la llegan muy profundamente, son “el tema de la identidad que me obsesiona, al igual que el mundo de las mentiras, sobre todo en las relaciones familiares. El tema de la culpa tiene una potencia increíble en mi literatura”. Como persona dice “sufrir mucho. Escribo desde la herida que es de donde se debe escribir, en mi opinión”. De ahí que los escritores que más la han influido lo hacen en el mismo sentido que ella escribe, como el ya mencionada Albert Camus.
A nivela personal, reconoce vivir en el pasado. “Me olvido de vivir en el presente, de no disfrutar el momento. Atesoro demasiado el recuerdo y creo que hay que saber enfrentarse a ello”, expresa esta escritora que prefiere utilizar la primera persona para escribir sus libros. “Soy muy intimista”, se define. Cuando comienza a escribir una novela, lo primer que ata son los personajes, “Siempre los tengo muy definidos”, puntualiza. Pero con lo que más disfruta es en realizar una trama que “fluya”. Para concluir, hablamos un poco del mundo literario. En su opinión, “este mundo es muy turbio y adolece de compañerismo”, concluye esta joven autora de la que podemos asegurar que es una firma promesa de nuestra literatura.
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