En la ciudad de marroquí de Marrakesh, donde decidió pasar la mitad de su vida, ha muerto a los 86 años Juan Goytisolo, uno de los grandes escritores de la España contemporánea. Premio Cervantes en 2014 “por su capacidad indagatoria en el lenguaje” y por su “apuesta permanente por el diálogo intercultural”, su ingente producción quedará como uno de los testimonios más lúcidos de nuestras letras.
Novelista, ensayista, autor de artículos y reportajes, polemista incansable, defensor de la cultura del mundo árabe, Goytisolo, el primer español que dominaba el árabe dialectal desde el Arcipreste de Hita, se asombraba de que se tomase como una sospechosa anomalía su interés por una cultura y una geografía que están más cerca de España que las europeas y las anglosajonas y que forman parte de la obra de escritores como Cervantes.
En 1954 publicó “Juegos de manos”, su primera novela, coincidiendo con “El fulgor y la sangre” de Inacio Aldecoa, “Los bravos”, de Jesús Fernández Santos y “Pequeño teatro” de Ana María Matute. Era la demostración de que algo se movía en un panorama literario presidido por el socialrealismo y la literatura profranquista. En 1956 la aparición de “El Jarama” de Rafael Sánchez Ferlosio supuso la consolidación de una nueva generación de narradores españoles, a la que se denominó generación del medio siglo, autores de una obra realista de tipo crítico, atenta a las condiciones sociopolíticas del país, que consolidó la renovación de la literatura que se hacía en España. El representante más destacado de esta nueva generación fue Juan Goytisolo, no sólo por su amplia obra narrativa sino también por su inquietud intelectual y su producción ensayística.
Nacido en una familia de clase media alta con inquietudes culturales, los avatares biográficos de Juan Goytisolo (1931) van a influir de manera determinante en su literatura, como en la de sus hermanos Luis y José Agustín. La muerte de su madre en 1938 durante un bombardeo de Barcelona por la aviación franquista le situó en su juventud en una ideología política cercana a las teorías marxistas, hasta el punto de convertirlo durante un tiempo en compañero de viaje del Partido Comunista. Tras unos años en París, en los que desarrolló un activo trabajo de divulgación de la literatura española desde medios editoriales y periodísticos, y una intensa actividad crítica y ensayística, a finales de los años sesenta Juan Goytisolo fijó su residencia definitiva en Marruecos y desde entonces desplegaba desde allí una amplia campaña en favor de la cultura árabe, adoptando una postura cada vez más crítica con la española, a la que acusaba de aplicar una actitud inquisitorial contra la heterodoxia, en la que se situaba.
De la interpretación poética de la realidad de sus primeras obras, de fuerte contenido autobiográfico, Goytisolo pasó a adoptar una postura de crítica social tanto en sus novelas como en sus ensayos (“Campos de Níjar”, “La Chanca”) para intentar, en una tercera etapa de su obra, dar respuestas a lo que es España en sus diferentes manifestaciones: cultura, religión, tradiciones… una actitud que desembocó en la negación de los vínculos que le unían a su país. “Señas de identidad”, “Reivindicación del conde don Julián” y “Juan sin Tierra” fueron las obras que definen mejor esta etapa, que además supuso un cambio radical en la técnica narrativa utilizada hasta entonces, tras las convenciones de corte tradicional de su primera época y la breve experiencia conductista que la siguió. “Señas de identidad” fue el inicio literario de su toma de conciencia de la complejidad de España desde una perspectiva realista. La expresión “reinos de taifas” que aparece a lo largo de la obra alude a la división, a la falta de unidad e integración nacional, que terminan por extranjerizar al protagonista, trasunto de sí mismo.
La rebeldía frente a los valores consagrados por la ortodoxia continuó con “Makbara” (1980), “Paisajes después de la batalla” (1982), “Las virtudes del pájaro solitario” (1988), “Las semanas del jardín” (1997), “Carajicomedia” (2000), obras en las que además experimentó con los nuevos lenguajes del modernismo narrativo internacional. En 2003 anunció su retirada de la narrativa con “Telón de boca”, una mezcla de ficción y memoria con la que se despedía de la literatura para dedicarse íntegramente al ensayo y a la teoría literaria. Sin embargo, en 2008 publicaba “El exiliado de aquí y de allá”, una secuela de “Paisajes después de la batalla” con la que volvía a la ficción.
En la obra de Juan Goytisolo destacan también con luz propia sus ensayos sobre literatura, que escribió desde muy joven, como “Problemas de la novela” (1959), “Furgón de cola” (1968), “Disidencias” (1978), “Crónicas sarracinas” (1981), “Cogitus interruptus” (1999)… en los que se manifiesta su evolución ideológica y cultural. También es destacable su obra memorialista, que se recoge en títulos como “Coto vedado” y “En los reinos de Taifa”.