“Los ritos del agua” es la continuación, en cuanto a la trama personal, de su anterior novela. Ésta quedó totalmente cerrada y el caso que nos narra Eva es totalmente nuevo. “Cuando empecé a escribir la trilogía, ya tenía decidido que casos contar. Si en la primera, traté de un asesino en serie, psicópata; en esta segunda trato de una persona psicótica que repite los patrones de su padre”, explica con claridad la escritora vitoriana.
La tercera y última entrega ya la está escribiendo, pero no quiere desvelar ningún punto porque cree que la trama es muy fuerte y no quiere dar muchas pistas, aunque sí nos ha dicho que habrá un flashback histórico de casi media novela a una época que no quiso desvelar para guardar la intriga. Desde luego, que lo ha conseguido. Nos quedamos con la incógnita de cómo finalizará su trilogía de la Ciudad Blanca.
En 2009 comenzó a documentarse para escribir la trilogía. Realizó bastantes cursos de criminología y, ahora, ha realizado cursos sobre la ciberdelincuencia. “Todo lo que he aprendido me ha hecho ver que, ahora mismo, vivimos en Matrix”, afirma tajante Eva García Sáenz de Urturi. En la novela, tienen un protagonismo muy grande las redes sociales e internet. ¡Vamos, igual que en nuestro desequilibrante presente! De ahí que haya introducido personajes nuevos familiarizados con las tecnologías actuales. Además, ha contado con el asesoramiento del jefe de formación de la Academia de Policía Vasca de Arkaute y con el jefe de la Unidad de Investigación Criminal de la Ertzaintza en Vitoria. “Son personas muy serias y amables, como buenos vascos”, subraya.
Nos encontramos en “Los ritos del agua” con un asesino radicalmente diferente. No podemos decir ni una palabra sobre él o ella porque estaríamos haciendo spoiler, claro está, y Eva nos lo ha prohibido con sensatez. Sí podemos decir, que en la novela todos están amenazados, hasta el propio Unai. Todos pueden ser o víctimas o culpables. Los que sí podemos decir es que el asesino ha matado a un par de mujeres por el rito celta de las tres muertes, colgadas boca abajo, quemadas y ahogadas con la cabeza sumergidas en un caldero celta robado.
El perfilador Unai, más conocido como Kraken, padece una afasia de broca, debido al balazo sufrido. No puede hablar y eso hace que tenga que escribir en una tablet sus preguntas y comentarios. Podría parecer que eso rompería la cadencia de la novela, pero no. “Para mí, ha sido un reto hacer que no se perdiese el ritmo”, señala la autora. Algo que ha conseguido sobradamente. “Tenía bastante documentación sobre la rehabilitación de la voz, vi muchos vídeos, estudié los tiempos de recuperación para que quedase lo más realista posible”, apunta en la entrevista que mantuvimos en la cafetería del hotel de siempre. También ha tenido muy en cuanto los tiempos sobre el embarazo de Blanca. No sabremos si el hijo que espera es de Kraken o del asesino de su marido.
La novela discurre en dos tiempos temporales. El principal en la actualidad y los flashback en el verano del 1992, cuando la cuadrilla de Unai va a una excavación arqueológica en Cantabria. En el primer caso está escrito en primera persona, Eva asume a la perfección el rol de varón. “Soy mujer las veinticuatro horas al día ycuarenta y tantos años – nos reservamos la edad exacta-, por eso, me gusta escribir como hombre, algo que hago desde mi primera novela “La saga de los longevos”, dice con picardía y, en el segundo caso utiliza una voz omnisciente que asume las personalidades de todos los componentes de la cuadrilla arqueológica”, expresa entre risas la escritora.
La novela termina a finales de enero de 2017, por lo que Eva ha estado escribiendo anticipándose a los acontecimientos. “En alguna ocasión, me he tenido que arriesgar en cuestiones de predicciones meteorológicas, pero he tenido suerte y todo ha quedado bien”, cuenta divertida. Los escenarios son parecidos a la primera entrega, por supuesto, sale, tanto Villaverde, como Vitoria. El abuelo de Unai, es un homenaje a su propio abuelo y, también sale restaurante El Portalón, donde realizamos nuestra primera entrevista a Eva.
“En esta ocasión, he querido ampliar los escenarios de la novela. De ahí que, gran parte de la trama se desarrolle en Cantabria. No quería cargar con demasiados crímenes a mi ciudad. Además, creo que los protagonistas necesitaban airearse. He hecho un crossover con La saga de los longevos, un guiño a mis primeros lectores”, expone la autora y añade “estoy muy orgullosa de cómo ha quedado la novela y estoy recibiendo críticas muy favorables de los primeros lectores”.
La diferencia más significativa entre ambas novela de la serie es que “en la primera novela no puse el foco de atención en las víctimas sino en el asesino. En esta segunda, me centró más en las víctimas “, concreta. Lo que no ha querido es que hubiese demasiada violencia explícita. “He hecho una elipsis total para que los lectores se imaginen esa violencia. Aun así, me dicen que son escenas duras. No quería que mi novela dejase mal rollo. He querido acabarla de forma bonita y amable”, finaliza la escritora. Tenemos que reconocer que los capítulos finales están muy bien logrados, de lo mejor de la autora, que como siempre se ha mostrado cercana y profesional. Estamos seguros que el futuro de Eva García Sáenz de Urturi tendrá trascendencia planetaria. Aunque el presente no puede ser más brillante, catorce ediciones lleva “El silencio de la ciudad blanca” y más de 100.000 ejemplares vendidos la avalan, pocos escritores en la actualidad pueden alardear de esas cifras.
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