La ausencia de posibles compradores públicos, hizo que Marco contactara con Josep Cruanyes, presidente de la Comissió de la Dignitat, que en marzo de 2013, adquirió el lote de fotografías por 7.500 euros. Esta compra pudo realizarse gracias a las aportaciones voluntarias de unas 50 personas y la colaboración de la editorial Ara Llibres y la revista Sapiens, con la intención final de hacer la entrega del fondo fotográfico al Arxiu Nacional de Catalunya. "Los primeros disparos de Francesc Boix" es el resultado de ese fondo que ha sido expuesto en varias exposiciones y el libro que se publico a finales del año pasado.
¿La aparición de los negativos de los frentes del Ebro y del Segre de Francesc Boix es el evento más importante, fotográficamente hablando, desde que apareció la maleta de Robert Capa?
Desde la noticia de la maleta de Robert Capa han aparecido importantes colecciones y fondos fotográficos relacionados con la Guerra Civil española. Los negativos de Francesc Boix destacan porque nos muestran los inicios como reportero gráfico del conocido fotógrafo de Mauthausen.
¿Cuál es la teoría de su aparición hace unos años?
La teoría es que Francesc Boix en su exilio a Francia y, antes de ser capturado por el ejército alemán, debió dejar estos negativos a alguna persona conocida para que los guardara. Luego los acontecimientos de su aparición los tenemos más recientes.
El descubrimiento de los negativos se realizó en Perpiñán. ¿Cómo se pudieron ocultar tanto tiempo un legado como éste?
Es posible que los negativos estuvieran guardados durante mucho tiempo en una casa sin conocer su autoria y tal vez ni su contenido.
¿Cuándo se enteraron que los negativos habían salido a la luz?
Tuve conocimiento de estos negativos en una subasta de Barcelona realizada en 2010, pero no se conocía el autor de las fotografías.
¿Cuál fue el proceso seguido para hacerse con ellos? ¿Qué instituciones o asociaciones entraron en juego?
Inicialmente este fondo fotográfico parte de Perpignan (Francia) y su procedencia la podemos situar en el campo de refugiados de Argelers, aunque esta información no ha estado confirmada. Raymond Puech, hombre de unos 80 años, ferroviario y coleccionista, compró los negativos en Perpignan, en un “vide-grenier”, mercado de compra-venta de objetos usados. Pasados unos años los vendió a un anticuario de Barcelona, que fue quién los puso en subasta.
En marzo, tras la compra del fondo “Argelers”, Josep Cruanyes, de la Comissió de la Dignitat, dió una rueda de prensa y se publicaron algunas fotografías en varios periódicos catalanes. Las noticias y las imágenes que salieron en la prensa proporcionaron pistas para el estudio de los negativos.
La fotografía publicada en prensa de Ventura Pau, oficial del ejercito republicano, y su esposa Montserrat Sureda, realizada en Vilanova de Meià, nos lleva hasta Salt (Girona), donde unos familiares de la pareja fotografiada, los identifican como sus abuelos. La familia guarda un diario de guerra de Ventura Pau, que contiene esa misma fotografía pegada y fechada el 2 de junio de 1938, el nombre del autor es Francesc Boix, el fotógrafo de Mauthausen.
Comissió de la Dignitat y Fotoconnexió fueron las dos asociaciones que intervinieron en la recuperación del fondo fotográfico.
Francesc Boix tuvo una vida realmente trágica. ¿Se le ha reconocido el mérito de su trabajo?
Amical Mauthausen presentó en el Museu d’Història de Catalunya la exposición Més enllà de Mauthausen. Francesc Boix, fotògraf en 2015. En el barrio barcelonés del Poble-Sec hay una biblioteca pública que lleva su nombre, muy cercana al domicilio donde nació Francesc Boix.
El historiador Benito Bermejo ha escrito su biografía Francisco Boix, el fotógrafo de Mauthausen, publicada por RBA Editores en 2002 y una versión corregida y aumentada de esta, bajo el título El fotógrafo del horror en 2015.
Llorenç Soler dirigió el documental Francisco Boix, un fotógrafo en el infierno en 2000 y Joan Sella presentó el suyo en 2015 con el título Las dos guerras del fotógrafo Boix.
El Centro Dramático Nacional presentó en 2014 la obra de teatro El triangulo Azul de Laila Ripoll y Mariano Llorente.
Esperemos que a partir de la exposición Los primeros disparos de Francesc Boix y el libro publicado por Ara Llibres este reconocimiento vaya en aumento.
A la hora de escoger las fotografías del libro, ¿qué criterios se siguieron?
Las fotografías escogidas para el libro siguen el mismo criterio que la propuesta de la exposición fotográfica. Se han escogido según los ámbitos en los que se divide la exposición: armados, cotidiano, celebraciones, vida cotidiana junto a los civiles, instrucción y combate, destrucción, funeral de Nicanor Felipe y retratos.
¿Cuántas fotografías han quedado sin exponerse por problemas de espacio o de mala conservación?
Se han expuesto 130 fotografías, una representación de las 700 imágenes de la Guerra Civil española que compone el fondo fotográfico. A esto se le debe añadir un vídeo con los retratos de los soldados.
La conservación de las fotografías es bueno teniendo en cuenta su antigüedad y el tipo de película fotográfica, nitrato de celulosa. Algunas tiras de negativos son retales de película cinematográfica.
¿Cuál de las series de las que conforman el libro destacaría?
Las fotografías de las series de los soldados armados, instrucción y combate y destrucción siempre resultan más espectaculares, aunque personalmente destacaría los retratos de los soldados y las dos series de la vida cotidiana de los soldados y la de estos junto a los civiles. Estas últimas series son realmente la esencia de la mirada de Boix en el frente junto a sus compañeros republicanos.
¿Se van a hacer exposiciones de las fotografías por diferentes ciudades? ¿Tienen un calendario?
La exposición la difundimos entre el Institut d’Estudis Ilerdencs y Fotoconnexió y aún estamos elaborando un calendario debido a las múltiples peticiones. Hay varias poblaciones cercanas a Lleida interesadas y estamos en negociaciones con centros de Barcelona, Tortosa y otros lugares fuera de Catalunya.
¿Qué rasgos destacaría de Francesc Boix?
Su valentía y la espontaneidad y frescura de su trabajo fruto de su juventud y carácter.
¿Cómo llegó a ser tan buen fotógrafo con tan escasa edad?
Su padre era un gran aficionado a la fotografía que le transmitió sus conocimientos e interés. A los 14 años empezó a trabajar de aprendiz en un estudio fotográfico de Barcelona y su afiliación a las juventudes comunistas le llevaron a practicar el reportaje gráfico a muy temprana edad. Creo que no vivió lo suficiente para dejarnos una gran obra fotográfica. Su mayor interés reside en el documento que nos ha dejado sobre la Guerra Civil y, sobre todo, por haber escondido parte de los negativos del Servicio Fotográfico de las SS del campo de Mauthausen. Este acontecimiento le ha otorgado un reconocimiento mundial.
¿Cómo seleccionaron los textos que acompañan a las fotos en el libro?
El libro debía tratar sobre Francesc Boix, fotógrafo y militante, la Guerra Civil, la recuperación de los negativos, su investigación y el trabajo archivístico y mostrar las fotografías seleccionadas por ámbitos. Es por este motivo que se escogieron los distintos autores de los textos, unos relacionados directamente con la recuperación de los negativos y otros por ser especialistas en la Guerra Civil y escritores reconocidos.
¿El libro ayuda a qué conozcamos mejor nuestra reciente historia?
Sin duda alguna este libro no solo trata de un fotógrafo y sus fotografías. Es una publicación que nos cuenta y muestra la vida en el frente de guerra.
¿Considera el libro fundamental para salvaguardar nuestra memoria histórica?
Una exposición fotográfica cuando termina solo queda en la memoria de aquellos que la han visitado. El libro nos muestra todas las fotografías de la exposición y nos da a conocer el trabajo de un Francesc Boix muy joven, pero su contenido va más allá que un simple catálogo de exposición. Este libro además de difundir unas magníficas fotografías de Boix, va ha contribuir a contar una parte de nuestra memoria histórica.
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