Para ello, un excelente trabajo es la obra que tenemos entre manos, cuya autoría corresponde a un analista de prestigio, el Doctor José Ignacio Torreblanca. El libro, aunque publicado en 2015, goza de plena validez en la actualidad por varias razones que iremos desgranando.
En primer lugar, porque Torreblanca analiza a PODEMOS no como un fenómeno aislado sino como parte del escenario político español posterior a 2011, en el cual sus repercusiones han sido notables y tangibles: “PODEMOS ha reavivado el interés por la política, pero tiende a hacerlo de una forma agresiva y tremendista, buscando, mediante una excesiva simplificación, más la adhesión incondicional que la deliberación” (p.18).
Más adelante el autor insiste en esta idea, cuando indica que PODEMOS hace una lectura interesada de la situación española, presentando la normalidad como excepcionalidad (p. 44) o cuando analiza el recurso a la violencia por el citado partido: “que Iglesias no rehúye de la polémica respecto a la violencia política queda de manifiesto cuando, habiendo podido optar por obviar la cuestión y centrarse en los movimientos antiglobalización, califica la lucha callejera vasca (la kale borroka), como , rechazando la denominación de terrorismo callejero” (págs. 63-64).
Así, el autor bucea en los orígenes de sus principales figuras, trazando perfiles completos, lo que le sirve para explicar donde se encuentran las raíces. Iglesias, Errejón, Monedero, Urban… son activistas que dieron sus primeros pasos en la facultad de ciencias políticas de la UCM, asociaciones (Contrapoder), centros de investigación (CEPS) y en los movimientos sociales. Además, Torreblanca recuerda un hecho nada baladí, a saber: “PODEMOS es un partido político que se funda como plató de televisión (…) PODEMOS se fundó como una televisión y luego la televisión fundó a PODEMOS” (p. 107).
Junto a ello, el autor se detiene en el perfil del votante de PODEMOS, señalando algunas dificultades que han aparecido en determinadas comunidades autónomas para su implantación, en particular en aquellas donde el eje derecha-izquierda convive con otro más complejo: nacionalismo (periférico) vs españolismo. No obstante, en este último cabe afirmar que el partido de Pablo Iglesias ha sabido hacerse un hueco (en el País Vasco, por ejemplo, a costa de PSE-PSOE, si bien este fenómeno se ha repetido a escala nacional). Para ello, recurrió a una estrategia novedosa: crear un tercer eje representado por la dialéctica “los de arriba vs los de abajo”, susceptible de traducirse en “ellos vs nosotros” (p. 157).
No obstante, una de las partes esenciales de la obra es aquella en la que Torreblanca disecciona las razones por las que surgió PODEMOS. Al respecto, habla de una “tormenta perfecta” cuyo exponente sería una triple crisis (económica, social e institucional) que el citado partido supo rentabilizar, al contrario que otros que contaban con la trayectoria, estructura y logística necesaria para haberse aprovechado de la coyuntura (los casos de UPyD e Izquierda Unida).
Con todo ello, en la prehistoria de PODEMOS aparecieron una serie de rasgos que hoy se aprecian con intensidad. Torreblanca supo detectarlos ya entonces. El principal de ellos, el hiperliderazgo (de Pablo Iglesias), puede cuestionar su desarrollo como partido. Como ya se apreció con anterioridad a 2017, ante la irrupción de candidaturas espontáneas, esto es, aquellas que desafiaban al oficialismo, la formación morada se decantó por una respuesta cuya efectividad a largo plazo resulta más que cuestionable: la centralización.
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