“Patria” es un fresco sobre los últimos treinta años en Euskadi. Fernando Aramburu da en su novela voz a las personas que no suelen expresar sus ideas. Ya la escritora Edurne Portela en su ensayo “El eco de los disparos” nos contaba como en el País Vasco existe una mayoría silenciosa que no expresa su opinión en público. Una sombra de miedo se abatía sobre Euskadi y el silencio era algo predominante en aquellas tierras, afortunadamente, ya está en declive.
Durante muchos años han vivido en silencio muchas personas. El miedo y la violencia estaban presentes en las calles del País Vasco. “Patria” cuenta precisamente lo que el silencio de la población no hacía y lo hace mediante dos familias vascas. En una, el padre de familia es asesinado por ETA y en la otra, uno de los hijos es encarcelado por su militancia en la misma. Dos familias enfrentadas que en su tiempo fueron amigas, incluso, más, eran como familia. Compartieron los buenos y los malos momentos de la vida hasta que el crimen los separó irremisiblemente. El silencio de algunos de los familiares de ambas familias está patente durante la narración.
Fernando Aramburu se muestra serio en la narración de la novela. Cuenta acontecimientos que bien podrían haber ocurrido y que, seguramente, le han contado a él algunos habitantes de su tierra. Lo cuenta con una exquisita prosa, donde adopta numerosos giros de la forma de hablar de los vascos y con palabras en euskera, que casi todos reconocemos.
La historia no la cuenta de una forma lineal. La va contando en diversos planos temporales y según los protagonistas de la novela. Es una narración elíptica que contiene numerosas elipsis que van avanzando y retrocediendo según el autor lo estima conveniente para dar más información al lector y conseguir una mayor tensión narrativa. Y así pueda hacerse una composición de lugar de lo que va aconteciendo en la trama.
Muchos de los sucesos son vistos desde la distinta perspectiva de los protagonistas. La voz de ellos usurpa la tercera persona del narrador y entra en la narración como primera. Un juego que hace sentir a los protagonistas más cercanos y que al autor le funciona de maravilla.
Fernando Aramburu, como siempre, procura ser lo más objetivo posible. Cuenta la historia desde el lado nacionalista vasco y desde el españolista. Las barbaridades que comenten ambos lados son contadas de manera fehaciente, tal y como son, y sean cometido. No utiliza ningún filtro, lo cuenta tal cual, para que el lector sepa toda la verdad. Por eso, en algunas ocasiones, enfadará a unos lectores y en otra, a otros.
Estamos ante una de las novelas más ambiciosas y mejor escritas de los últimos cinco años en la literatura española. De ahí que no nos extrañe que en tan sólo tres meses ya haya conseguido un contrato para una serie televisiva. Afortunadamente, lo tiempos están cambiando, ya lo dijo el último premio Nobel, y se pueden contar unos hechos que han sido silenciados durante demasiadoo tiempo. Es la hora del perdón y la reconciliación, y aquí Fernando Aramburu ha puesto su gran granito de arena. Enhorabuena por la novela del año.
Puedes comprar el libro en: