¿Cuántas veces hemos oído presentar a Carlos III como el “mejor alcalde de Madrid”? Sin duda, innumerables desde que lo leyéramos en el primer libro de hisoria de España que manejamos en el colegio. Y, si nos preguntan por un huella de este monarca en el Madrid que hoy conocemos y por el que paseamos, ¿seríamos capaces traspasar la Puerta de Alcalá? Sin duda, los más leídos e historiados podrán citar una buena lista de mejoras y aportaciones de Carlos III a la fisionomía y también al funcionamiento ordenado de una villa que crecía como corte y necesitaba estar a la altura. Carolus, permite al resto descubrir cuánto de nuestro Madrid actual se forjó bajo el reinado del alcalde Borbón.
Con Carlos III, Madrid dejó de ser la ciudad del “agua va” para pasar a tener un sistema de alcantarillado; se pavimentaron las calles, hasta entonces empedradas con pequeñas piedras dispuestas en vertical,; se obligó a alumbrar cada casa para reducir los robos… Y si nos fijamos en las instituciones y monumentos que se añadieron a la fisionomía de la capital, la lista crece y crece: la Puerta de Alcalá, las fuentes de Cibeles, Neptuno y Apolo, el Real Gabinete de Historia Natural (hoy Museo del Prado), el Real Jardín Botánico, El Real Observatorio Astronómico, el Palacio Real, los Jardines de Sabatini…Además, se puso en marcha la Lotería Nacional o se introdujo el uso de los belenes napolitanos.
Carlos III llega a Madrid a ocupar el trono de España con ideas ilustradas y modernizadoras. Muy pronto la ciudad del “agua va”, sin aceras y falta de luz, sufre un cambio espectacular: se asfaltan las calles y se crean normas de higiene y seguridad. El famoso arquitecto Francesco Sabatini levanta edificios emblemáticos como la Puerta de Alcalá y finaliza el Palacio Real. El Salón del Prado se llena de fuentes, entre ellas, la de La Cibeles.
A esta ciudad de cambios asoman dos parejas, la de los granadinos Lorenzo de Elvira y Gil López y las burgalesas Dorita y la marquesa de Valdivielso. El destino les llevará a enredar sus vidas, complicadas por el amor, siendo testigos de los cambios que experimentará la España Ilustrada aún heredera de la picaresca y del engaño. En este Madrid nada será lo que parece. Marquesas que se enamoran de criados, hijos con dos padres, amantes que huyen por las ventanas…todo es posible en esta historia, incluso asistir al Motín de Esquilache.
Con Carolus recorreremos el amplio reinado de Carlos III, desde su llegada a España en 1759 hasta su muerte, acaecida en 1788. El que fuera y sigue siendo “el mejor alcalde de Madrid” tuvo un carácter cercano y dócil pero firme en sus propósitos de tratar a sus súbditos como hijos. Carolina Molina nos narra con pericia los cambios sociales, las modas en el vestir y las costumbres que asoman al s. XVIII, con situaciones divertidas e inesperadas.
Una novela que conmueve y obliga a la sonrisa tan necesaria en estos tiempos de crisis pues como la autora dice en el prólogo «lo primero es el optimismo porque a los tiempos difíciles hay que plantarles cara, aunque sea literaria».
Carolina Molina nació en Madrid. Es licenciada en Periodismo por la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid y ha colaborado en diversos medios de Granada y Madrid. Ha coordinado varios libros de relatos, entre los que destacan Los que cuentan (2011) y Cuentos engranados (2013), junto a Jesús Cano, y participado en diversas antologías, las más recientes Retales del pasado y Dolor tan fiero, ambas en 2015.
Es autora de siete novelas históricas: La luna sobre la Sabika (2003), Mayrit entre dos murallas (2004), Sueños del Albayzin (2006), Guardianes de la Alhambra (2010), Noches en Bib-Rambla (2012), Iliberri (2013) y El falsificador de la alcazaba (2014).
Su último trabajo es la coordinación, junto a la escritora Ana Morilla, de la antología Cervantes tiene quien le escriba, para conmemorar el centenario cervantino.
Desde 2013 coordina las Jornadas de Novela Histórica de Granada y en la actualidad es directora de las Jornadas Madrileñas de Novela Histórica.
Puedes comprar el libro en: