Entrevista a Marcos Chicot, autor de “El asesinato de Sócrates”

El autor madrileño es psicólogo en las ramas clínica, laboral y económicas. El tiempo libre que le dejaba su profesión lo utilizaba en escribir novelas, mezcla de historia y tramas criminales. Sus tres anteriores producciones, publicadas en editoriales pequeñas, tuvieron mucha difusión en las redes sociales. Tanto fue así, que Marcos Chicot decidió dejar su profesión para dedicarse en exclusiva a la literatura. El esfuerzo, realmente, ha valido la pena al conseguir que su cuarta novela se colocase finalista en el premio literario de mayor dotación económica del país.

“Yo quería tener la novela preparada para presentarla al premio, han sido tres años arduos de trabajo y en algún momento pensé que no llegaría, ya que la novela ha sido muy difícil de armar”, explica el escritor en la entrevista que mantuvimos en un conocido hotel de Madrid, en plena gira de presentación de la novela por toda España, al lado de la ganadora del premio Dolores Redondo.

Si la novela ha sido difícil de armar, tres años le ha llevado el proceso de escritura y corrección, es porque “quería facilitar al máximo la labor del lector. Yo escribo para todos los públicos, creo que hago una labor pedagógico en mis libros y creo que tienen mucho atractivo para los lectores”, cuenta Marcos Chicot con voz grave y una entonación segura. Se le nota que le apasiona las historias que escribe, sobre todo esa época clásica, la griega, de la que tanto ha escrito y que cree que tiene muchas cualidades que convendría copiar.

“En la época clásica, se alcanzó la perfección en muchas artes. La arquitectura, el derecho, la democracia, etc. Sócrates, el padre del humanismo, vivió hace 2.500 años”, recuerda y añade “creo que, en la actualidad, nos parecemos más a los griegos que a los habitantes de la Edad Media. Ahora bien, esa época tiene sus luces y sus sombras. Aunque fue la primera democracia, también sojuzgaba a los pueblos vecinos y les sometía a una dictadura brutal”.

Aun así, en Atenas coincidieron grandes filósofos y pensadores en la época de Pericles. “Fue el más importante de los gobernadores de Atenas. Un personaje realmente único, capaz de convencer con la verdad”, describe el autor de “El asesinato de Sócrates”. ¡Qué diferencia con los políticos de hoy en día!

Marcos Chicot tiene pensado escribir más novelas sobre esa época. “Siempre me ha gustado aprender mientras escribía y la época ateniense me permite seguir aprendiendo”, afirma. También reconoce que le cuesta mucho escribir. “Me lleva muchísimo tiempo y me tengo que abstraer totalmente. Mantengo un despacho aparte de mi domicilio al que llamo la mazmorra y es allí donde voy a escribir ya que no me gusta que me interrumpan. Allí, apago el móvil e Internet y sólo escribo y, por supuesto, me documento sobre lo que voy a escribir. Me cuesta muchísimo meterme en situación por eso necesito muchas horas de dedicación a la escritura ”, nos comenta el autor.

Marcos Chicot se pone como objetivo escribir novelas atractivas y que sirvan para algo. “Lo que primero quiero es entretener, lo segundo es hacer una buena recreación histórica de la época de la que escribo y lo tercero es que los lectores reflexionen sobre lo que le cuento. Además, procuro que la estética que utilizo sea muy visual. Yo pienso las escenas con los cinco sentidos”, detalla.

“Lo que realmente me gusta es que el lector no sea un mero testigo si no que la lectura sea una auténtica vivencia para él”, expresa con convicción. Sabe que esta novela, donde ya se conoce el final de antemano, “es una especie de Crónica de una muerte anunciada de García Márquez”, anticipa con humor, es difícil mantener el equilibrio de la trama para que el lector mantenga la atención hasta el final, de ahí que se guarde alguna sorpresa hasta la última página.

Marcos Chicot se define como reescritor más que como escritor. “A veces llego a escribir alguna pasaje más de 100 veces. Para terminar, no quiere dejar de señalar lo importante que fue Sócrates en aquella época y en la actualidad. “Su vida fue todo un ejemplo. Fue el padre del humanismo”, concluye.

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