La obra de José Luis Ferris sobre el poeta de Orihuela ha sido unánimemente reconocida como la más completa y valiosa de los libros que se han escrito sobre Miguel Hernández. El libro deshace muchos de los tópicos que se tienen sobre el poeta y arroja luz definitiva sobre la breve y apasionada trayectoria del escritor, recuerda a las mujeres que inspiraron sus versos de amor, los recelos de Lorca, Cernuda o Alberti, o las circunstancias del proceso que lo llevó a la cárcel, sin olvidar las responsabilidades por su fallecimiento prematuro.
“Mi intención al escribir la obra es que se leyeran los libros de Miguel Hernández, no sólo que se conozca al poeta beligerante e instrumentalizado si no que se conozca a la persona, al hombre”, dijo José Luis Ferris en el acto de presentación del libro. En 2002 publicó la primera versión del libro para Temas de Hoy, ahora a la luz de nuevos testimonios y la aparición de correspondencia inédita, toma un nuevo sentido esta edición, muchos más completa y esclarecedora que la primera. “En estos años, han aparecido muchos poemas inéditos de Miguel que había regalado a soldados que estaban en las trincheras, a heridos en los hospitales y a mujeres que hacía tiempo que no veía”, cuenta el autor de la biografía.
En opinión de José Luis Ferris lo que aporta la nueva edición es “una puesta al día, una actualización de sus contenidos y una confirmación, con más y mayores argumentos, de la hipótesis que la sujetaba. La aparición en la última década de epistolarios inéditos –la correspondencia entre el hispanista Dario Puccini y la viuda de Hernández, las misivas de Vicente Aleixandre a Miguel y Josefina Manresa y la edición completa de las cartas del poeta a su esposa-, así como los diarios de guerra del diplomático chileno Carlos Morla Lynch. Todo ha servido para reconstruir con razones más firmes el entorno amoroso de El rayo que no cesa y para documentar minuciosamente los últimos días de Hernández en Madrid al acabar la guerra”, explica en tono pausado pero lleno de pasión.
“El rayo que no cesa” es un libro determinante para conocer la vida amorosa de Miguel Hernández. “En el libro se aclaran muchos aspectos personales de Miguel; algunos son determinantes para conocer su vida afectiva y de ello dan cuenta la mayor parte de sus poemas de amor. En la vida del poeta oriolano hubo más mujeres además de su futura esposa Josefina Manresa. Su primer amor adolescente fue Carmen Samper Reig, luego se enamoró de María Zambrano, María Cegarra y, sobre todo, Maruja Mallo, con la que compartió experiencias íntimas –las primeras- y artísticas entre mayo y octubre de 1935”, cuenta José Luis Ferris en la rueda de prensa.
En su época de Madrid pudo compartir experiencias con varios componentes de la generación del 27. “Vicente Aleixandre fue la persona que más le quiso en vida. Tuvo con él una relación mucho más profunda que con cualquier otro poeta. Hasta tal punto que siempre le apoyó económicamente, incluso cuando estuvo en la cárcel y después lo siguió haciendo a su esposa”, dice el autor del libro. Pablo Neruda fue el otro de los gran defensor de Miguel Hernández.
“Rafael Alberti pudo salvarle la vida”
Por el contrario, “Federico García Lorca no le podía ni ver. Era tan exquisito que no soportaba la vestimenta del de Orihuela. No soportaba a nadie que no llevase corbata. Algo parecido le pasaba a Luis Cernuda. Pero el caso más sangrante fue el de Rafael Alberti. Cuando llegó la hora de evacuar Madrid, le pusieron un coche para huir por Alicante. El poeta gaditano pudo haberse llevado a Miguel Hernández con él, pero lo dejó en tierra. Fue un comportamiento muy injusto”, denuncia José Luis Ferris basándose en el testimonio de Carlos Morla.
“Hay que aprovechar las conmemoraciones como las del año que viene para dar a conocer la obra de Miguel Hernández, ya que hasta ahora sigue interesando más su vida que su obra”, apunta el autor. También cree que hay que romper manidos tópicos que señalan que el poeta alicantino era un simple cabrero. “Su padre fue un empresario ganadero importante en su provincia. Le saca de estudiar a los 15 años por una crisis económica y estuvo trabajando de pastor unos cinco años”, señala el autor. Por lo tanto, no era tan iletrado como en muchas ocasiones se dice.
La imagen que José Luis Ferris ha querido dar de Miguel Hernández es “la del hombre íntegro y la del poeta necesario. He dicho siempre que no quisiera encontrarme ante dilemas como los que Miguel Hernández sufrió. Mantener su dignidad, su integridad ideológica, su firmeza moral, entraba en directa oposición con salvar su vida y con la posibilidad de salir de prisión y de estar junto a su mujer y su hijo”, finaliza el autor.
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