Laurente Binet saltó al mundo de la literatura con su novela “HHhH” que tenía como protagonista al cerebro gris de la policía nazi, Reinhard Heydrich. Allí cuestionaba los principios de la novela histórica, negándose a introducir diálogos artificiosamente elaborados y a rellenar con elementos ficticios los huecos que no explica la historia.
En “La séptima función del lenguaje” la peripecia policiaca ocupa buena parte de la novela, también desfilan por ella parte de la clase política e intelectural de los 70; el recientemente fallecido semiólogo italiano Umberto Eco, que además de ser un personaje de la novela es inspirador de ella, y los filósofos de la “French Theory”, Foucault, Deleuze, Derrida, Lacan, Althusser… y, por supuesto, Roland Barthes, el leit motiv de la novela.
El protagonista, Roland Barthes, fue un conocido semiólogo al que admira el autor de la novela, al igual que a Umberto Eco, al que hace bastantes guiños en la novela. “Lo que me condujo a la novela policiaca fue la semiología, la ciencia de Sherlock Holmes que era un semiólogo fabuloso que sabía decodificar el mundo e interpretar a la perfección cualquier texto”, explica Laurent Binet nada más comenzar la entrevista que mantuvimos en el Institut Français de Madrid..
Su primera novela, “HHhH” le tuvo ocupado durante diez años, “lo viví de una manera neurótica”, y para salir un poco de ella escribió el libro que ahora se publica en nuestro país. “De alguna manera los dos libros representan las dos caras de la misma temática pero desde ángulos opuestos: la relación compleja y fecunda entre la realidad y la ficción”, dice el autor francés y añade “en este nuevo libro quizá se pueda hablar de una ucronía porque tenía ganar de divertirme y de cambiar la historia”.
Precisamente, acaba de tener lugar en España una polémica acerca del libro de Elvira Navarro sobre la escritora Adelaida García Morales en el que la escritora inventa una vida a partir de unos sucesos reales. “A mí hacerlo, no me supuso ningún tipo de problema, utilizo hechos conocidos, de notoriedad pública. Mi intención no era revelar su intimidad. Barthes era un personaje bastante estrambótico y yo en mi libro lo ridiculizo un poco”, relata el escritor parisino.
Otra de las cuestiones que toca es la sexualidad de Barthes, el episodio de la felación ha causado algo de polémica. “Lo que escribo en el libro me lo han contado amigos del filósofo, si bien es verdad que es una escena dramatizada, es una reconstrucción del teatro griego sobre la representación de la homosexualidad. Si en vez de ser una escena homosexual hubiese sido heterosexual no hubiera sido tan polémica”, sostiene Laurent Binet.
“No creo que se vaya a entender mejor la historia con mi novela. Yo no creo que sean enfoques diferentes. No me gusta que la ficción se presente mejor que la realidad; de hecho, leo más libros de historia que novelas porque me gusta más la historia”, razona el escritor francés sobre la diferencia entre ficción y realidad.
En “La séptima función del lenguaje” juega con la función del intelectual hoy en día. “Está claro que en Francia –el país del libertinaje-, los intelectuales no son tan influyentes como lo fueron en los años sesenta u ochenta. Ahora hay intelectuales mediáticos de menor peso que no creo que pasen a la posteridad”, opina de manera crítica Laurent Binet, no exenta de acierto. Lo mismo opina de la política de su país “estamos en un momento de transición con unos políticos mediocres. Miro con envidia lo que está pasando en España”.
Lo que ha escrito en su libro, no cree que sea una idea nueva sobre lo que ocurre en la actualidad en la literatura. “Ya no hay una literatura nacional. La literatura atraviesa las fronteras con facilidad”, afirma con decisión y agrega “yo puedo tener tantas influencias de escritores franceses como de Javier Cercas, Umberto Eco o , por qué no, Ian Fleming, el autor de la serie de James Bond, que está muy presente en la novela”.
“Lo que realmente buscaba al escribir el libro era que fuese un novela total, completa. Una novela barroca que mezclase géneros y registros. Que fuese a la vez novela y metanovela. Creo que tiene influencias de las nuevas formas narrativas que se dan en la actualidad”, razona el escritor y finaliza diciendo que “yo escribo esencialmente para aprender cosas”, quizá las misma que aprendemos leyendo sus textos.
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