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Mario Pérez Antolín publica su nuevo poemario, "De nadie"

miércoles 19 de octubre de 2016, 09:50h
De nadie
De nadie

Mario Pérez Antolín, un poeta literalmente singular, una voz bienaventurada entre aquellas que han hecho de la conducta de su lenguaje una manera de estar en el mundo, en los diálogos con la dignidad, en coloquio con la honradez, con mucho más que pasión por la escritura, con la vehemente inteligencia del que se entrega a lo absoluto de las revelaciones poéticas de la realidad, acaso la más enigmática de las actitudes con la que una persona puede relacionarse con las zonas invisibles del mundo”

Todo poema se construye contra la posesión de un solo significado, se niega a significar en un único ámbito, a ceder su pertenencia a un exclusivo acto de conciencia. De nadie es, a nada pertenece que no sea a su propia y dinámica desobediencia, a su anhelante desafío de metamorfosis en la necesidad de otro, de lo otro, el huésped moral que lo acoge como habla de una voz sin boca, de una indeterminada dicción que sin embargo se hace irremplazable en la necesidad de lo vital. Y esa es la incógnita del nacer, cuanto llamamos misterio cuando sucede.

Desde ese desafío también ha escrito su obra Mario Pérez Antolín, un poeta literalmente singular, una voz bienaventurada entre aquellas que han hecho de la conducta de su lenguaje una manera de estar en el mundo, en los diálogos con la dignidad, en coloquio con la honradez, con mucho más que pasión por la escritura, con la vehemente inteligencia del que se entrega a lo absoluto de las revelaciones poéticas de la realidad, acaso la más enigmática de las actitudes con la que una persona puede relacionarse con las zonas invisibles del mundo.

Un ejemplo:



Pienso en las estaciones donde cogí un tren.
Soy incapaz de recordar con precisión
los murales cubiertos por el humo y la indiferencia,
el banco que prefiere
la aterciopelada mugre de los vagabundos,
las maletas llenas de secretos y banalidad,
el banderín rojo que flamea
como una amapola nocturna.
Únicamente consigo evocar,
hasta en los detalles más nimios,
el picante olor del acero recalentado,
que llena de congoja los andenes
cuando el chirrido de los frenos anuncia
que con el viaje termina la esperanza.

Puedes comprar el poemario en:

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