Janie sabe que con su hijo Noah nada es fácil. Por las noches sufre pesadillas tan espantosas que incluso ella se asusta. Todo el mundo le dice que es una fase pasajera, pero la situación solo parece empeorar. Hasta que un día Janie recibe la llamada del colegio para que vaya a recogerlo de inmediato. Y la vida se para.
Para el psiquiatra Jerome Anderson la vida tal y como la conocía también se ha detenido. Su médico le ha confirmado que le queda poco tiempo, pero Jerome no piensa que todo esté acabado. Ha dedicado su vida a buscar algo más allá de lo que todos pueden ver o percibir. Y con Noah cree que lo ha encontrado.
Muy pronto, Noah, Janie y Jerome llamarán a la puerta de una mujer a la que ninguno de ellos conoce y, cuando esa puerta se abra, todas sus preguntas encontrarán respuesta.
La novela está inspirada en la obra del fallecido doctor Ian Stevenson y del doctor Jim Tucker sobre testimonios de niños que recuerdan vidas anteriores. Está escrita a ritmo de thriller en tercera persona. La autora sabe crear un ritmo subyugante que va envolviendo al lector hasta casi asfixiarlo.
De fácil lectura, la novela engancha sin paliativos y no queda más remedio que leerla vorazmente. Con un final absolutamente cerrado y deseado por todos los lectores no deja de tener un tono épico y sorprendente que deja un regusto de querer leer más al lector.
Sharon Guskin se graduó en Yale University y en la Columbia University School of Arts. Además de esta novela ha escrito guiones y ha producido documentales. Comenzó a investigar sobre las ideas que ha vertido en este libro a partir de su experiencia trabajando en un campo de refugiados en Tailandia y, posteriormente, como voluntaria en un orfanato tras el nacimiento de su primer hijo. Vive en Brooklyn con su familia.
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