La politóloga vasca estuvo casada con José Ignacio Wert, actual ministro de Educación, Cultura y Deporte
Edurne Uriarte da la vuelta al concepto de "caverna" utilizado habitualmente por la izquierda para mostrar las cavernas ideológicas de la propia izquierda, cuatro en especial: la terrorista, la pacifista, la identitaria y la intelectual radical, que la autora define de la siguiente manera:
"La caverna terrorista, en primer lugar, o los continuados coqueteos de la izquierda con diversos grupos terroristas situados en ideologías de extrema izquierda o ultranacionalistas como ETA, las FARC y Hamás, o en el antimperialismo, como Al Qaeda.
La caverna pacifista, o las mentiras sobre el supuesto pacifismo de la izquierda frente al supuesto militarismo y gusto por la violencia de la derecha, mentiras desenmascaradas con las políticas de defensa de Obama, tan parecidas a las de Bush, con el cinismo de Naciones Unidas y con la guerra de Libia.
La caverna identitaria, o la defensa de la izquierda de algunos aspectos intolerantes del islamismo, como la discriminación de las mujeres musulmanas en Europa a través del velo y del burka, y la comprensión de los nacionalismos identitarios.
La caverna radical, o la abundante práctica de la intolerancia y del sectarismo por parte de intelectuales progresistas que presumen, sin embargo, de su superioridad moral."
De este modo, Uriarte desnuda las distintas posiciones de lo que la izquierda llama progresismo ante hechos como los terrorismos, la guerra de Iraq o de Libia, el 11-M, la Alianza de Civilizaciones, el islamismo o el feminismo.
Esta disección del pensamiento y de los preceptos progresistas recorre desde la disculpa al terrorismo de izquierdas, nacionalista e islamista, hasta la definición de 'guerras buenas', la visión idílica del pacifismo, la mitificación de la ONU, la coartada del miedo, la defensa del velo integrista o la demonización del neoconservadurismo.
Desmontando el progresismo. La izquierda en sus cavernasdenuncia las «ideas antiliberales, tolerantes con la violencia y confusas con las reglas democráticas» del progresismo español y occidental. La autora, en su condición de politóloga y periodista, indaga en las contradicciones de la izquierda, examina su uso del lenguaje, su retórica y el papel ideológico de los medios de comunicación en la difusión de sus mensajes.
En definitiva, estamos ante un análisis crítico que desmenuza y enfrenta los «lugares comunes» del progresismo con sus rasgos más intransigentes y reaccionarios.
Crítica literaria
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