Publicada en Estados Unidos en 2014 consiguió ser finalista del Premio de Ficción New York Public Library Young Lions y fue elegida Nueva Voz de la Literatura por la revista Granta ese mismo año, a partir de ahí comenzaron las editoriales extranjeras a interesarse por su libro y son ya varias las ediciones que ha publicado en Europa, incluido España.
El libro surge de un viaje que realizó a Nueva Zelanda el año 2010, en su novela mezcla historias de ficción con hechos reales que la acontecieron en el país del kiwi y de los maoríes. “Pese a mi trabajo como periodista siempre he escrito ficción, como una costumbre, como un hábito, por el simple hecho de pasarlo bien”, cuenta la escritora en la entrevista que mantuvimos en la sede de su editorial en Madrid.
“El hecho de recibir la beca me sirvió para imponerme escribir la novela. Fue un voto de confianza para mi, algo que me podría llevar a conseguir mi sueño. Yo siempre estoy mandando textos a publicaciones y, en la mayoría de las ocasiones, me decían que no, hasta que, por fin, me dijeron que sí”, expone rotunda la escritora estadounidense.
Su novela está escrita en primera persona, “me gusta mucho más escribir así porque hablas de la misma manera en que ves el mundo, mientras que en tercera personas te tiene que elevar un poco más para ver a los personajes desde arriba. No me siento cómoda escribir en tercera persona”, expone con grandes movimientos de manos dando énfasis a lo que piensa. Cree que “las emociones de las personas son muy difíciles de desentrañar y darles luz en muy complejo”.
“Entiendo que cuando uno lee un libro se pregunte cuánto del autor tienen los personajes, pero creo que esa pregunta se le hace más a las mujeres. Parece que como sociedad no sabemos muy bien cómo es una mujer joven. Sobre los hombrs parecemos saberlo todo. Por eso creo que es más fácil que una autora escriba sobre un personaje masculino que al revés. Muchos lectores piensan que las mujeres estamos en permanente lucha con nosotras mismas”, detalla la joven escritora.
Quizá por eso, se la pregunte con insistencia si el libro es feminista. “No fue mi intención escribir un libro feminista, si estuviésemos en 1914 probablemente lo sería porque entonces era mucho más radical abandonar a un marido y huir a otro lugar. Hoy en día, el que la protagonista rompa una relación es mucho más normal”, refiere convencida.
“Nunca falta nadie” es una road movie en el país de nuestras antípodas. Es un viaje donde se va produciendo un cambio en la protagonista, una joven alemana que vivía en Nueva York y abandona a su marido sin dar ninguna explicación. “Hay dos hilos narrativos en la novela que se van relacionando y cruzando. Por una parte está el viaje en sí y, por otra, la reflexión de la toma de decisión de huir de su casa y sus recuerdos de infancia que es la línea más intimista de la novela”, explica la escritora.
Catherine Lacey no está de acuerdo en todo lo que se dice en el libro, “cuento cómo veo yo el mundo, pero la opiniones de los protagonistas difieren de lo que yo pienso”, apunta. “Los cambios que realiza la protagonista no son síntoma de vulnerabilidad sino de valor, a pesar de ser Elyria un personaje oscuro creo que es un libro con humor. Encuentro divertido ver a alguien tan paralizado como se queda ella en determinadas ocasiones”, indica.
En su opinión, su libro tiene cientos de lecturas según la persona que lo lea. “Elyria siempre sigue su instinto que en muchas ocasiones no acaba de comprender por eso es lógico que cada lector lo interprete de diferentes maneras”. Su primer idea al escribir el libro es el sentimiento de sentirse aislada de ahí que decidiese escribirlo sobre un viaje en busca de su ser. “Escogí Nueva Zelanda porque es lo más opuesto a lo que conozco, el océano inmenso me caló en lo más íntimo, la geografía exuberante de la isla del Sur me pareció un paraje adecuado para lo que quería transmitir”, revela la autora afincada en Nueva York aunque nacida en Misisipi.
En la actualidad está preparando su segundo libro que será un tanto diferente a éste. “No te puedes quedar encasillado, para mí es un reto nuevo con muchos más personajes y con más peso”, nos anticipa. “Sigo leyendo mucha literatura para seguir aprendiendo porque sigue buscando mi propia voz”, concluye Catherine Lacey la entrevista.
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