Su nueva novela no es tan negra como las anteriores, el autor vallisoletano, que ahora reside en Buenos Aires, “una ciudad fantástica", nos tiene deparadas muchas sorpresas para las próximas entregas y nos anticipa que “la novela irá derivando hacia lo misterioso y oculto de las sociedades secretas”. Una nueva vuelta de tuerca con la que espera seguir sorprendiendo a sus cada vez más lectores. "Prefiero que mis obras sean longsellers antes que bestseller", opina.
“Sarna con gusto se desarrolla en el periodo de una semana, como siempre plantea varias historias paralelas en donde la psicología de los personajes priman, en esta ocasión, sobre todo, la de Ólafur Olafsson, ex comisario de Reikjavik. "Me fui enamorando de ese personaje y es una voz que utilizo para transmitir mis pensamientos, mucho más que en otros aunque todos tiene algo mío”, explica el escritor mientras tomamos un café en la calle Goya de Madrid.
También tiene un especial cariño al protagonista Ramiro Sancho, “él y yo somos íntimos amigos y eso que no paro de hacerle putadas. Creo que es el mejor construido. También tengo un cariño especial a Erika Lopategui ya que es un personaje muy difícil de interpretar ya que es una persona bipolar que ha tenido una vida demasiado escabrosa”, analiza César Pérez Gellida en la entrevista que mantuvimos.
La trama de Sarna con gusto es muy vertical, el 80% de la trama es sobre el secuestro de la adolescente, pero el otro 20% trata sobre la Congregación de los Hombres Puros, una logia masónica. Esa trama, tiene previsto que vaya creciendo paulatinamente hasta que se convierta en el tema central de la última parte de la trilogía. “Será una novela más tipo Dan Brown, en cuanto al contenido que no a la forma”, nos adelante el escritor que ha quedado subyugado por el mundo de los masones. “A éstos se les conoce más por lo que no son que por lo que son. Ellos son unos de los principales impulsores de la evolución del pensamiento moderno”, afirma taxativamente. Órdenes como la Fede Santa contaron entre sus seguidores con Dante Aligieri y tuvieron un gran poder a nivel político.
La novela está contada en tercera persona desde cuatro puntos de vista. “El primero es el de las víctimas, es el más complicado ya que la secuestrada es una adolescente, tuve acceso a información sobre la evolución que sufre una persona que padece esa privación de libertad. Lo que peor lleva un secuestrado es el sonido de su voz por eso hablan solos y, también, la oscuridad que les induce a una pérdida de la percepción temporal”, expone el autor. Nos comenta que a él le gusta experimentar sobre todo lo que escribe, por eso hizo pruebas sobre estar a oscuras y su percepción cambió. “El silencio y la oscuridad es un cóctel increíble”, corrobora con su expericencia.
El segundo punto de vista es el de los secuestradores. “Hay un engaño desde el principio, es difícil atisbar que hay una conexión entre los secuestradores y Sancho. Algo que se convertirá en una venganza”, manifiesta. El secuestrador mexicano está basado en un personaje real conocido como el Mochaorejas, realizó más de 100 secuestros y a muchos de ellos les cercenó una oreja lo que les produjo a algunos unas hemorragias formidables que les condujeron a la muerte.
El tercer punto de vista es el de los investigadores. “Para construir los personajes de los investigadores yo siempre recurro a especialistas. Urtzi, autor del prólogo, es su principal fuente, “él es el que me dice lo que puedo contar y lo que no. Me pone ciertas líneas rojas que no puedo traspasar. La negociación de la novela es tal cual como sucede en un caso de secuestro como este”, declara el escritor afincado en Argentina. Quizá se lleve la trama de la trilogía hasta aquellas tierras. Tendremos que espera un tiempo para saberlo.
El último punto de vista es el de la familia de la secuestrada. Aquí hay dos evoluciones diferentes de los miembros de la familia. La madre que estaba más en segundo plano termina llevando las riendas en la resolución del caso. Los que llevaban, al principio, la voz cantante, se van desinflando. Aquí, la agonía del lector va en aumento, “un delito progresivo”.
En esta novela, como en las anteriores, la música juega un papel muy importante. En esta ocasión es la música de Sancho la que oímos, por decirlo así, en el Zero Café o en su coche. “Ya hemos convertido en famoso el local. Vienen muchas personas a Valladolid para visitarlo, a los lectores les gusta visitar los lugares por donde discurre la trama”, señala el autor vallisoletano y concluye diciendo que “cuantas más conexiones hagas entre la ficción y la realidad, más consigues meter al lector dentro de la trama”.
Puedes comprar el libro en: