En el inicio del siglo XVIII, el joven Francisco Barranco llega a Madrid para trabajar en el taller de José de Flores, con el que aprenderá el oficio del hierro y los secretos de los cerrajeros reales, las únicas personas que guardaban las llaves de todas las puertas del Alcázar real. El muchacho pronto demuestra su extraordinaria habilidad y sus ganas de llegar al ser el mejor dentro del gremio, lo que le granjeará el total apoyo de su maestro y la terrible inquina de otro aprendiz.
Francisco entabla amistad con un actor de comedias que le abre las puertas del palacio de los Goyeneche, donde descubre el amor prohibido por la condesa de Valdeparaíso y se mete de cabeza en los oscuros politiqueos de la corte en una época convulsa en la que Isabel de Farnesio lucha por mantener su poder frente a su hijo, el futuro Fernando VI y su nuera Bárbara de Braganza. Sin saberlo, el cerrajero se convertirá en el centro de una intriga cortesana que busca descubrir una nueva manera de fundir el acero para convertir a España en una nueva potencia bélica.
Esta conspiración de fabricación del acero es el eje principal sobre el que va a pivotar la novela a lo largo de sus páginas y es el desencadenante de la mayoría de la trama, ya que es el principal aspecto que motiva los proyectos del protagonista y que le hará codearse con los miembros de la Casa Real y de la alta nobleza, con algunos de los cuales colaborará estrechamente pero de otros sólo recibirá envidias y enemistades.
De esta manera, nos adentramos en el mundo de las clases más adineradas de la España del siglo XVIII, la nobleza y la burguesía. El protagonista, el cerrajero Francisco Barranco, es el claro ejemplo de todos aquellos artesanos que deben progresar por sus propios méritos y con el sudor de su frente para lograr relevancia e ingresos que, en ocasiones, eran superiores a los de algunos miembros de estamentos más privilegiados. Por otro lado, en el caso de la nobleza, asistimos al radical cambio que experimenta este colectivo ya que ahora vemos a una nobleza trabajadora e inversora que busca en sus labores financieras o políticas el servir a la Corona, a diferencia de los siglos anteriores, en los que trabajar era algo totalmente abyecto para un noble.
Así, nos introducimos en las numerosas intrigas políticas que sumían a la nueva dinastía que ocupaba el trono en España. La neutralidad que quería mantener la rama hispánica de los Borbones era objetivo constante de los ataques de franceses e ingleses, los cuales buscaban aliados para acabar el uno con el otro. Esto llevará al desarrollo de un sistema de espionaje a gran escala que abarcaba multitud de ámbitos, desde los planes de la alta política, hasta la vida privada de cargos relevantes del gobierno o secretos industriales de interés bélico o comercial.
Por otro lado, el amor juega un gran papel en la novela y es el desencadenante de importantes decisiones que marcarán el curso de los personajes y de grandes tragedias. El triángulo amoroso del protagonista es muy importante para el desarrollo de los acontecimientos, ya que presenta un debate entre la mujer a la que ha querido para formar un familia desde su juventud y entre sus poderosos sentimientos hacia una mujer de la nobleza.
En definitiva, María José Rubio se adentra por primera vez en la novela histórica con una fascinante trama en la que los personajes se mueven a sus anchas por las calles de la villa y corte y viven en primera persona el terrible incendio del antiguo Alcázar y la construcción del nuevo Palacio Real.
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