“Cada libro que escribo procuro que sea mejor que el anterior. Intento hacer, siempre, la mejor novela que sea capaz de hacer”, afirma el escritor en los sótanos de una conocida librería madrileña. Ha estado, prácticamente, cuatro años sin publicar un texto nuevo. Ha sabido esperar hasta dar con la editorial adecuada, en la que se siente muy a gusto y contento. “Cada novela tiene su recorrido, el sitio donde encaja mejor y Alianza me permite un mayor recorrido para la novela”, señala. Otras editoriales se ponen nerviosas si los libros no venden lo que les gustaría. Parece que Alianza apuesta por la calidad y sabe dar el tiempo necesario a cada libro.
“Los dioses cansados”, parece que es, en una primera lectura, una novela policíaca, pero es algo más. “Mi editora Valeria Ciompi la ha calificado de falsa novela policiaca”, dice entre risas porque casi todas sus novelas tienen algo de falsas. “La clave Pinner” es una falsa novela de espías, por ejemplo. En la novela recién publicada aún siendo policiaca, no se dispara un solo tiro, no hay persecuciones, eso sí, hay muertes y hay unas tramas que enganchan al lector desde el primer momento.
Lo que más le importa al escritor andaluz son los sentimientos de los personajes y hacer reflexionar al lector. “Me gusta emocionarlo, hacerlo sentir nuevas sensaciones”, apunta. De ahí que escriba muchas tramas y tenga muchos personajes. “Es un novela coral con un protagonista, Nicolás Gallardo, muy principal. Es un buen policía que tiene diferentes puntos oscuros en su pasado. Es un sevillano algo diferente a los sevillanos que conocemos. En ese sentido es parecido a mí”, reconoce el autor.
Para Andrés Pérez Domínguez, Sevilla es un personaje más de la novela y lo interesante que tiene es que, precisamente, la capital andaluza no es típico escenario de novelas. “Es bueno que no sean siempre los mismos escenarios. Además, al localizar la trama a principios de verano, me facilitaba mucho la atmósfera que quería transmitir. Una situación opresiva y agobiante”, puntualiza.
A sus novelas las quieren dotar de cierta profundidad psicológica que no suelen tener las novelas policiacas. “Al estilo Patricia Highsmith que a mí me gusta muchos. Intento que en mis novelas haya esa profundidad, que hagan reflexionar y entretener. No es incompatible la calidad literaria con el entretenimiento”, pondera con acierto.
“Los dioses cansados” puede parecer que es demasiado local. Nada más lejos de la realidad, su localismo tiende a lo universal. “Yo escribo sobre los sentimientos y no hay nada más universal que eso”, subraya. Pero, también, se documenta en profundidad sobre lo que escribe. “He pasado muchos días de las dependencias policiales de Sevilla. Donde se portaron muy bien conmigo y me facilitaron mucho mi trabajo. Lo único que me dijeron respecto a mi trabajo es que los tratase con respeto”, cuenta. Y, desde luego, así lo hizo, con respeto y objetividad.
La novela está escrita en tercera persona pero, en alguna ocasión, salta a la primera y, sobre todo, a la segunda persona. “Es un recurso estilístico que suele marcar la diferencia y contribuye a proporcionar una perspectiva diferente. A mí, me gusta mucho experimentar y arriesgar”, sostiene con convicción el escritor sevillano.
De los protagonistas de su última novela, Andrés Pérez Domínguez se queda preferentemente con dos, uno es el protagonista Nico Gallardo, como es obvio y el otro es Benito Ferreira, un gran secundario. “Ambos son las dos caras de una misma moneda”, apunta con rotundidad. Ambos tienen mucho de perdedores, uno hace lo correcto, el otro hace lo que puede. El lector mira con simpatía a Benito porque es una víctima de la crisis económica que vivimos.
Andrés Pérez Domínguez no cree que sea un escritor lento pero sí uno que le gusta tomarse su tiempo, “soy un escritor sin prisas ya que el trabajo de escritor es muy complicado y requiere tomarse el tiempo necesario” y sobre todo “un escritor que escribe el tipo de novela que me gusta”, afirma. “En mi novela nada está escrito por casualidad, todo tiene un objetivo y un fin”, sostiene. De ahí que las múltiples tramas de su novela, a la que podemos calificar también de coral, terminen confluyendo en un final sorprendente.
Cree que "el trabajo de escritor debe ser ajeno a la consecución del éxito". Si viene tendrá que ser porque se lo merece y los lectores así lo quieran. No le gustan esas novelas prefabricadas con el objetivo de conseguirlo, por eso, está contento con su editorial que sabe que le van a dar el tiempo que necesite y requiera.
Para el futuro tiene dos proyectos. “Estoy escribiendo una nueva novela con Gordon Pinner de protagonista, acabo de ir a Rusia para documentarme sobre la época, los años treinta y, después, tengo muchas ganas de retomar a Nicolás Gallardo”, nos adelanta. Como ven, estos dos personajes suyos le han marcado y quiere seguir trabajando con ellos porque se siente a gusto. Tan a gusto que cree que “doy de mí todo en mis libros, si no son mejores es porque no sé hacerlo mejor”, concluye con humildad.
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