En “Dispara a la Luna”, reaparece la juez Lola MacHor después de un tiempo alejada de los lectores, concretamente desde “La venganza del asesino par”. Casi cuatro años han tenido que esperar sus incondicionales. Pero la espera ha merecido la pena porque vuelve con más fuerza que nunca. La estructura de esta nueva novela tiene un montaje muy cinematográfico y las escenas se suceden de manera muy rápida. Quien comienza el libro no para hasta llegar a la conclusión.
Lola MacHor nos desvela partes de su vida íntima que apenas conocíamos. Ahora está en lo más alto de su carrera. Comenzó su carrera judicial como juez en un juzgado de Instrucción, de allí pasó a la Audiencia Nacional hasta llegar a la sala de lo Penal del Tribunal Supremo. “Yo creo que el que haya una mujer en este tribunal, lo humaniza”, ha señalado la autora radicada en Navarra durante la presentación del libro a los medios de comunicación.
“Ella está donde tiene que estar. Se lo merece”, afirma, quizá porque como feminista quiere que en el Tribunal Supremo haya mujeres. “Ya ocupamos puesto en la judicatura pero las mujeres deberíamos estar más presentes”, añade con rotundidad.
Reyes Calderón tiene la costumbre de escribir con pluma sus novelas, sobre todo los bocetos de las mismas. “Tengo la sensación de ser una artista manual, sobre todo cuando el relato está más vivo”, apunta. Una vez que lo tiene escrito, le llega la hora al ordenador, en ocasiones llega a corregir una página hasta cincuenta veces. “La media es que una página la corrija veinte veces”, reconoce. Lo que quiere decir es que en ocasiones algunas páginas salen del tirón. “En este libro ha habido escenas que han salido del tirón, que no me dejaban ir a la cama. Llegaba a la madrugada sin acostarme”, confiesa la escritora vallisoletana. En otras ocasiones, la cena se retrasaba o lo que fuese necesario.
En cuanto a sus personajes, cuenta que lo primero que hace al escribir es diseccionarlos psicológicamente. “Me interesa más lo de dentro que lo de fuera. Primero hago una autopsia psicológica y luego le pongo nombre. Es el carácter de un personaje lo que dice quién es”, esa es su forma de trabajo y a juzgar por lo que conocemos de ella, le funciona perfectamente. Lo que más le ha costado en “Dispara a la Luna” es el episodio donde la juez se enfrenta con quién la ha querido matar. Pero como dice Juan Ramón Lucas, “es mejor no contar nada de la trama, para no hacer spoiler”.
La autora reconoce no tener sentido del humor en su vida cotidiana, pero cuando escribe le surge de una de sus múltiples personalidades, “procede de un yo desconocido. Cuando cumplí 40+ IVA decidí escribir y hacer lo que me diese la gana”, señala con ese sentido del humor que ella dice desconocer.
“Cada cual tiene su proceso de creación. Yo trabajo a todas horas. Escribo mucho de noche y tengo una capacidad de concentración prácticamente infinita”, asevera. Quizá acostumbrada al ruido continuo de su casa. Con nueve hijos está acostumbrada a todo y saca tiempo de las piedras. Si hay algo que le preocupa en sus novelas es que sean verosímiles, “pero siempre teniendo en cuenta que es ficción”, concluye.
La actriz María Pujalte leyó, al finalizar el acto, unos pasajes de la novela y el Presidente de la Diputación de Alicante, el popular César Sánchez nos recordó que del escritor Juan Ruiz “Azorín”, el año que viene se cumplirá el cincuentenario de su muerte. “El insigne escritor alicantino sigue vigente todavía, como el poeta Miguel Hernández, el compositor Ruperto Chapí o el científico Jorge Juan”, expuso el político.
No quiso dejar pasar la ocasión sin señalar que la diputación que él preside está implicada en la apuesta por la cultura en todos sus aspectos pero, sin duda, más con la literatura y que el apoyo al premio viene de largo y que va a seguir continuando “ya que cuando la actividad pública y privada se unen dan buenos resultados”, finalizó. Que cunda el ejemplo.
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