En "Aleph", el lector viajará con Paulo Coelho a través del Transiberiano
En Aleph, el lector acompañará a Paulo Coelho en un revelador viaje de casi diez mil kilómetros dentro del tren Transiberiano. Un entorno duro y claustrofóbico que pondrá a prueba las reacciones del protagonista y le abrirá a una forma renovada de relacionarse con las personas que le rodean.
Entre el resto de compañeros de viaje están también Yao, un intérprete muy peculiar y sabio, y Hilal, una extraña joven violinista que dice tener una conexión especial con el autor. Junto a ella, Paulo experimentará la vivencia del Aleph, el punto en el que se concentra toda la energía del Universo, recordará vidas pasadas y descubrirá una nueva forma de amor. Al fin y al cabo, es el amor el lugar donde todo cobra sentido.
Como se decía al principio, Aleph obtiene su título de la obra de Borges El Aleph, en la que también se trataba este concepto tan místico de un lugar del universo que contiene todos los puntos de dicho universo a la vez y cuyo nombre procede de la primera letra del alfabeto hebreo, aleph, que simboliza el principio de todas las cosas y que, yendo un poco más allá, también representa cómo nuestros orígenes son fundamentales para entender quiénes realmente somos y cómo el pasado no deja de tener influencia en los hechos futuros.
El libro está relatado en primera persona, por lo que tenemos la posibilidad de ser testigos directos de los cambios que van teniendo lugar en Paulo Coelho a lo largo de toda la obra, ya que el acceso a sus más profundos sentimientos no nos estará vedado y podemos sumirnos completamente en su interior abarcando todo su ser.
Por tanto, nos vamos a encontrar en Coelho un narrador sincero, que quiere relatarnos todo lo que pasa por su cabeza y por su corazón como si se deshiciera de una pesada carga al dar rienda suelta a su mundo sentimental.
Por otro lado, Coelho trata también el concepto del karma, pero no como un poder que se encarga de equilibrar las buenas y malas acciones del universo para con nosotros a lo largo de nuestra vida, sino como una fuerza que consigue el equilibrio entre las diversas rencarnaciones de una misma persona. Así, Coelho se crea numerosos pasados que experimentó en otras vidas y dota de mayor profundidad y espiritualidad a Aleph.
En definitiva, con Aleph comenzamos un viaje interior que descubre vidas pasadas y una nueva forma de amar. Es un viaje a los orígenes pero también un viaje hacia adelante.
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