El poemario está dividido en dos partes radicalmente diferenciadas. En la primera parte la poesía se une con la fotografía. De su extensa agenda de periodista seleccionó a catorce fotógrafos para enviarles tres poemas o aforismos para que ellos hiciesen sendas fotografías o escarbasen en sus archivos para buscar aquella foto que emparentase con el aforismo.
Si el aforismo es el latigazo de la poesía, la fotografía es el mismo latigazo de la vida. Paraliza en una instantánea la realidad, el paisaje, el objeto o la persona. Hay alguna fotografía que podría ser considerada como un poster de la modernidad. Baste parar nuestra mirada en la página 34 para observar una de las fotografías más originales del presente imperfecto en el que vivimos. El aforismo que la acompaña: Prefiero no tocarte por amor al arte. Y aquí tacha la autora “al arte” para sustituirlo por “a helarte”. Prefiero no tocarte por amor a helarte. Este es el fiel reflejo que inspira el poemario. Y, por supuesto, no es el único. El lector deberá saber perderse entre esas fotos seleccionadas y los aforismos o poemas que los acompañan o deberíamos de haberlo escrito al revés.
Eso en cuanto a la primera parte; la segunda no podía quedarse atrás. Para ello, ha escrito cuarenta desvelos, así llama a sus poemas Irene G Punto, que buscan fotografías para completar la propuesta. Para ello, la autora, gracias a las redes sociales, buscará esas fotos idóneas a sus textos que los lectores podrán proponer en twitter, face-book u otras redes sociales. Por tanto, el libro no está formalmente acabado, aunque lo podemos considerar como tal. El poemario se acabará cuando se seleccionen esas fotografías ausentes que completen los versos sueltos que nos ha propuesto la autora.
Gracias a escritores como Irene G Punto, la poesía actual está tomando una relevancia inusitada. Son muchos los jóvenes poetas de ambos géneros que están publicando más que interesantes poemarios. La poesía está dejando de ser la hermana pobre y olvidada de la literatura y un aire fresco está cambiando un género que llevaba unos años estancado y mortecino. A este cambio ha ayudado su poesía joven, con continuos juegos de palabras y de registros que dan a su poesía un aire juvenil.
Muchos de estos poetas provienen de la música. Los cantantes están proponiendo una poesía más cercana al lector joven, que tiene como característica principal su condición urbana y rompedora. Irene G Punto no pertenece a este grupo, aunque sus colaboraciones con el cantante de rap Rayden, le acercan mucho a este concepto. Ella es urbana, moderna y ha hecho de la prontitud y lo escueto sus señas de identidad. Sus propuestas en las presentaciones, en las que incluye música, la hacen estar muy identificada con estos cantantes.
La poesía merece que los estereotipos vayan cambiando. Irene G Punto está ayudando a que esto sea así. La poesía se está modernizando y una de las culpables es la joven escritora madrileña, que nos ha sorprendido, y mucho, con su nuevo poemario. Aguilar acertó al ficharla para la editorial y al crear una nueva línea. La historia de amor que propone esta autora no deja indiferente a ningún lector. Hagan la prueba y ya verán.
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