Hace un par de años el escritor hispano-francés Romain Puértolas publicaba su primera novela titulada “El increíble viaje del faquir que se quedó atrapado en un armario de IKEA”. El planteamiento es similar a la de Millás o mejor dicho la de Millás es parecida a la de Puértolas. El protagonista, Damián, comete un pequeño hurto en un mercado de anticuarios y se esconde en un armario de tres cuerpos en el que le trasladan a la casa de Lucía y Fede. Allí se siente a gusto y termina instalado como si fuese parte del mueble. “El armario es el símbolo del vientre materno o parecido a un ataúd”, ha dicho en la presentación a los medios. De ahí que haya escogido el armario como símbolo.
En nuestra infancia, en los armarios era donde se escondían los fantasmas, también debajo de la cama. Los armarios son algo simbólico. De ahí que cuando Juan José Millás comenzó a escribir, uno de los primeros cuentos que se le ocurrió fue referente a un armario. Lo dejó aparcado, pero no dejó de escribir cuentos, ya que lo primero que publicó el autor valenciano fue un libro de cuentos. Por eso señala que “esta novela es la que no escribí mientras escribía las otras”.
Juan José Millás cree firmemente que “el escritor es un voyeur. Observa desde donde no es observado. El escritor observa a través del ojo de la cerradura. Siempre está separado de la realidad, no forma parte de ella”. Él comparte su profesión de escritor de ficción con la de cronista de la actualidad política. “Cuando la realidad se pone muy agresiva no te queda más remedio que escribir sobre ella. Pero lo que a mí más me gusta es escribir articuentos”, afirma. Los articuentos son artículos con un toque de ficción, de cuento, y en su periódico podemos ver numerosos ejemplos de esto que dice.
Sabe manejar a la perfección esas dos facetas suyas. “Empiezo de madrugada a escribir la ficción, estoy dos horas trabajando de seis a ocho y después desayuno, me voy a pasear, a comprar el periódico y a la vuelta es cuando me meto con la actualidad. Lo diferencio muy bien”, nos comenta al final de la presentación que se ha llevado a cabo en un conocido hotel de la calle Recoletos de Madrid.
Para él, “el armario no es un escondite, es entrar en otro mundo, que cuando se entra ya no se quiere salir, que es lo que le pasó al protagonista. ¡Se está tan a gusto allí! Estás en otra dimensión de la realidad. Yo siempre estoy buscando otra dimensión”, reconoce. Cree que ha acertado con esta novela con respecto a las expectativas que tenía, además el incluir como personaje a Iñaki Gabilondo cree que ha sido un pleno acierto y, además, “me ha gustado mucho cómo le he incluido”, confiesa.
“Siempre se escribe desde el conflicto. Si tiene una buena relación con la realidad no tienes nada de lo que escribir”, sostiene con un deje de humor. Cuando se le pregunta qué lugar ocuparía cronológicamente este libro en su obra, lo situaría entre “El desorden de tu nombre” y “La soledad era esto”. “Yo creo que esta es una novela a medio camino entre lo fantástico y el misterio, aunque también opino que es mi novela más política”, explica. Aunque también es una historia de amor intenso.
Pero también cree que esta novela tiene un hallazgo interesante. “Los escritores del primer tercio del siglo XX utilizan el diálogo interior para desarrollar sus novelas. Yo utilizo este recurso de hablarme a mí mismo pero se me ocurrió la forma de hacerlo por medio de alguien que te entreviste, aquí es donde aparece Iñaki, así mataba dos pájaros de un tiro y hacía algo nuevo”, expone con seguridad.
Después de las explicaciones sobre su novela, Juan José Millás se pone a filosofar. “La sabiduría te da el conocimiento. Pero este, sobre todo en literatura, es difícilmente cuantificable. Por eso, en los planes de estudio siempre pagan el pato las humanidades, ya que no es cuantificable”, opina.
Dos de los escritores más característicos de ese periodo del siglo pasado son James Joyce y Frank Kafka, con sus obras Ulises y La metamorfosis. “Son las dos obras que más me han influido. Remedando a Juan Benet podría decir que el libro de Joyce me interesa y el de Kafka me gusta. Creo que se tiene que leer más lo que te interesa que lo que te gusta, sobre todo para aprender”, concluye el escritor.
Puedes comprar el libro en: