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LITERATURA > LOS IMPRESCINDIBLES - Álvaro Bermejo
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| Happy 2025 (Foto: DALL·E ai art) |
El que suscribe todavía llevaba pantalón corto cuando vio caminar a Neil Armstrong sobre la superficie de la luna en el televisor blanco y negro de su colegio, en casa no lo teníamos -un lujo-. En aquel 1969, sin embargo, los receptores en color habían inundado EE.UU. junto con otros mil avances tecnológicos en todos los órdenes. Lo propio de ese tiempo optimista era tararear el ‘Good Morning Starshine’ de Oliver o el ‘Gliddy glub’ de Hair. Pero de pronto, un dúo de Nebraska escalaba las listas del Billboard con una balada de tono apocalíptico. Escuchabas ‘In the year 2525’ y se te helaba la sangre en las venas.
Primero como Maestre Jehan, luego como Preste Juan, soberano y pontífice, descendiente de los Reyes Magos, y príncipe de su sacerdocio por designio del bíblico Melquisedec. Así se conocía en la Edad Media a un legendario Rey del Mundo cuyo reino se imaginaba en Asia Central, entre Tíbet y Mongolia. También en un inaccesible centro supremo, como la Agartha esotérica, el Avalon artúrico, o el castillo del Grial. A tanto alcanzó su crédito que el papa Inocencio III envió misiones a Tartaria en su búsqueda, Incluso el emperador Federico II llegaría a atestar que había recibido de su mano el elixir de la eterna juventud.
Una catedral medieval como un prodigio de alta tecnología. Esta es la idea. Una idea que se abre a un juego de binomios: forma y función, tiempo y espacio, sentido y sensibilidad. Hablamos de la catedral de Notre Dame, en París, restaurada en todo su esplendor cinco años después de que un incendio arrasara el “bosque” de su techumbre y esa aguja que se desplomó envuelta en llamas.
| Johan de Witt (Foto: Caspar Netscher) |
Esta historia comienza en el Museo Histórico de La Haya, donde se preservan una lengua y un dedo humanos pertenecientes a uno de sus más insignes primeros ministros durante el Siglo de Oro neerlandés, Johan de Witt, víctima de un truculento episodio de canibalismo en la Europa del XVII. Pero llevemos el caso a la actualidad. La lengua que habla y el dedo que acusa. ¿Con qué podríamos relacionarlos?
| Veneto Idealbildnis einer Kurtisane als Flora anagoria |
Lucrecia vestía un vestido ligero que no ocultaba sus pechos hinchados como dos granadas, cuyas palpitaciones despertaban el deseo”. Sólo es un extracto de ‘La historia de dos amantes’ -y un adulterio sin final feliz- el gran best-seller erótico del siglo XV. Lo extraordinario, sin embargo, remite a su autor. Enea Silvio Piccolomini, un candidato a Papa que accedería al pontificado en 1458. Algo así como si de pronto descubriésemos que el autor de ‘Cincuenta sombras de Grey’ es el papa Francisco.
Biología del espacio. Ekain Arte Lanak. Una cueva iluminada en la Parte Vieja donostiarra, como pudiera serlo en Montmartre. Lo primero que ves, un talismán de poder, el diente de Lumumba. Luego, entre dos acrílicos -Vegetal y Animal- tres visiones del río Congo. Ya en la sala, un Atardecer Zulú inspirado en un paisaje de Palamós, con una montaña mágica irradiada de sol, naranja intenso. ‘Un lugar’, así se presenta la muestra, que habla de ‘No lugares’. Más bien de moradas filosofales.
| La guitarrista, de Julio Romero de Torres |
Presencia vasca en Córdoba la hay al menos desde que cinco mujeres de ascendencia navarra se coronaron como sultanas, allá por los tiempos del Califato. Nosotros nos acercamos con una embajada más discreta: conmemorar el 150º aniversario de un pintor inconfundible, tanto más inclasificable, como Julio Romero de Torres. Santo laico en Córdoba, cuya devoción se sujeta a su adscripción más conocida. El que pintó a la mujer morena, “con los ojos de misterio y el alma llena de pena”. En esa dualidad está la clave de algo más grande. Trasciende su pintura, aparentemente folclórica, exquisita en fondo y forma, conectada a las vanguardias europeas, siempre con la mujer como epicentro de su secreta simbología.
| Ciudad europea (Foto: DALL·E ai art) |
Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo”. Pronto se cumplirán dos siglos del manifiesto con que Marx y Engels convirtieron ese fantasma en una presencia real, la lucha de clases. Hoy, es otro proletariado fantasmal el que hace temblar a Europa, en dos dimensiones. La visible tiene el rostro de los millares de inmigrantes que abordan nuestras costas. La invisible, remite al miedo que genera esa creciente migratoria mientras la batalla ideológica cambia de signo. De la lucha de clases, primero a la contención del desclasado, y ahora su deportación explícita.
| Filippo Tommaso Marinetti |
Corría 1909 cuando Marinetti publicó su célebre Manifiesto Futurista: “El esplendor del mundo se ha enriquecido con una belleza nueva: la belleza de la velocidad”. Su paradigma, esos Bugatti que consideraba más bellos que la Victoria de Samotracia. Un siglo adelante la belleza se plasma en una aceleración del mundo comparable a los ciclones que rotan sobre nosotros a todos los niveles. El poder destructivo del Milton no es nada comparado con lo que subyace en el vigente culto al vértigo. Una distopía simultáneamente cibernética y política. Un sólo ojo del huracán: la velocidad absoluta.
| Rafael Nadal (Foto: Nueva Tribuna) |
A los que seguimos sus partidos míticos desde que conquistó su primer Roland Garros, en 2005, con apenas diecinueve años. A los que presenciamos sus duelos homéricos con el mismo Federer, como aquella final de Wimbledon de 2008 -el mejor partido de la historia-, luego con Djokovic, desde Madrid a Australia. A los que le debemos postergarlo todo para apresar el mundo entre una raqueta y una red, mientras él jugaba cualquier final, la retirada de Nadal, por más previsible, sabemos que es inadmisible. Rafa se va, tanto más estará presente.
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