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LITERATURA > FIRMA INVITADA
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| Gonzalo López Nadal, Ana María Briongos y Agustín Pániker |
Así se podría sin ninguna duda explicar la última aportación de la escritora Ana María Briongos que es fruto de una larga vida. En esta obra Ana María ha querido acordarse no solo de su familia, sino de toda una generación la cual le ha acompañado desde el primer momento…. En su "Mi Cuaderno Morado. El viaje más largo"… Ana María realiza un recorrido por esa España que le tocó vivir acompañada siempre de la curiosidad y de la humanidad como muy bien describe en sus páginas… Ese Viaje más Largo el subtítulo de la obra se ve acompañado de toda una serie de personas quLe directa o indirectamente han estado a su lado y parece que lo han estado en el momento en que lo tuvieron que estar.
| Paul Scofield como Moro y Orson Welles como Wolsey |
Sin pretenderlo me hallaba ante el televisor viendo Un hombre para la eternidad (1966). Recordaba haberla disfrutado hace décadas, en el cine de mi pueblo, seguramente en sesión doble, y que era una película de Fred Zinnemann, a quien debemos también la excepcional Solo ante el peligro (1952); con la que ineludiblemente guarda enormes concomitancias, porque en ambos films su protagonista —sea el marshall Will Kane en el western o sea Tomás Moro en esta recreación histórica— opta, contra los ruegos de todos cuantos le rodean, por una decisión sumamente arriesgada; incluso fatídica para el santo católico —y muy posteriormente, también anglicano—.
| Miguel de Cervantes Saavedra (Foto: Archivo) |
«Oh dulce España, patria querida», Miguel de Cervantes Saavedra
El extraordinario historiador José Cabello Núñez, secretario de la Asociación Provincial Sevillana de Cronistas e Investigadores Locales, archivero del Archivo Municipal de La Puebla de Cazalla, autor de los excelentes trabajos, por ejemplo: «Hallados dos documentos inéditos sobre la labor recaudadora de Cervantes» (2018); «Nuevos documentos para la biografía de Miguel de Cervantes Saavedra, un comisario real de abastos en los antiguos Reinos de Jaén y Sevilla (1592-1593)», (2016); «Miguel de Cervantes, comisario del Rey en Andalucía: nuevas aportaciones documentales para su biografía», (2015-2016); «Miguel de Cervantes, un comisario real de abastos en La Puebla de Cazalla: documentos inéditos sobre el abastecimiento de la Armada de Felipe II y la Flota de la Carrera de Indias», en Trigo y aceite para la Armada. El Comisario Miguel de Cervantes en el Reino de Sevilla, 1587-1593 (2015); y «Miguel de Cervantes en La Puebla de Cazalla: un nuevo e inédito documento cervantino lo acredita» (2014), y magnífico documentalista-, quien hasta ahora descubrió 33 nuevos documentos sobre el glorioso Manco-, halló dos nuevas perlas documentales, guardadas en el Archivo General de Indias de Sevilla y en el Archivo Municipal de Aznalcázar, sobra la visita del autor del Quijote a Aznalcázar entre los meses de julio y octubre 1593, municipio de la provincia de Sevilla.
| Gonzalo Torrente Ballester |
GONZALO TORRENTE BALLESTER
Tal como el propio Torrente Ballester asume en Los cuadernos de un vate vago (Plaza & Janes, Barcelona, 1984; se cita por esa edición), la idea general de La saga/fuga de J.B. (1972; Destino, Barcelona, sexta edición, 1991; se cita por esta edición) se arraiga, en principio, en su “deseo de escaparme del realismo mostrenco en que he caído” (p. 79), en clara referencia a la trilogía Los gozos y las sombras (El señor llega, 1959; Donde da la vuelta el aire, 1960; La Pascua triste, 1962).
Como la mayoría de nosotros sabemos, por experiencia personal o por casos cercanos de familiares o amigos, la tendencia predominante en cuanto a las terapias para enfermedades graves, como el cáncer, consiste en la cronificación del mal, y no tanto en su erradicación definitiva, objetivo deseable pero inalcanzable en muchos, en demasiados casos, para la actual ciencia médica. Lo que viene a confirmar un sabio refrán (de esos que ponen como unas castañuelas a Pedro Sánchez) atribuido a Voltaire: “Lo perfecto es enemigo de lo bueno”.
| Personajes mitológicos del noroeste de la Península Ibérica |
Algo alejado de nuestra historia, nuestros mitos y nuestras leyendas, así es como ven muchos lectores de este país la literatura fantástica. No ha calado tan hondo como en las naciones anglosajonas, donde sus autores gozan de prestigio mundial y usan sus propias mitologías. Aquí la magia de las grandes sagas sufre el atropello del realismo; se da la espalda a una larga tradición mitológica de origen celta, relegada al olvido. No en vano nuestro principal cantar épico, el Mío Cid, es considerado el más verista de toda Europa.
| Reservistas judíos en la frontera de Gaza |
En cuanto se divulgaron las primeras atrocidades de esta nueva guerra, todos los teletipos de agencia mencionaban que habían estallado durante la última madrugada de Sucot. Sabía que se trataba de la fiesta hebrea de las cabañuelas o de los tabernáculos, como se traduce al español en la Biblia, pero ignoraba su duración y otros detalles en los que me sumergí con tal de huir del espanto.
La libertad frente a la barbarie, siempre la poesía para iluminar las encrucijadas sombrías del ser humano, para cantar las maravillas y denunciar los desastres, para no sumirnos en las negruras que generamos desde que nos bajamos de los árboles y echamos a andar, para celebrar la vida y el amor que, como el musgo, crece en cuanto encuentra la mínima humedad. Esos han sido y siguen siendo los motores de la escritura y de la andadura cívica y ética de Abdellatif Laâbi, uno de los poetas más importantes de la literatura francófona. Para suerte mía, desde hace más de tres décadas atesoro su amistad y la de Jocelyne Laâbi, también escritora y traductora.
| José María Manuel García-Osuna y Rodríguez |
V.-LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA, SENSU STRICTO-
«La anécdota del “pastor de Las Navas”, crucial para la batalla, había sido recogida con prudencia por los testigos directos –Alfonso VIII, el arzobispo de Toledo- o simplemente ignorada, pero creció con el paso del tiempo. No es lo único. Podríamos constatar el mismo fenómeno con las listas de nobles que participaron en la contienda o con la identificación de quienes, en el momento final de la lucha, se adjudicaron la gloria de haber asaltado el palenque almohade, pero no parece necesario: nos basta con repasar en la obra de Gonzalo Argote de Molina la relación de linajes nobiliarios que tomaron en sus escudos de armas la divisa de las cadenas que rodeaban el campamento del emir, la cruz que apareció durante la batalla u otros signos alusivos a la jornada. Y es que, como afirma el citado autor: “(…) fue tan grande el concurso de todos los nobles de los reinos de España, para hallarse en esta batalla, que apenas quedó rico hombre ni hijodalgo en toda Castilla, Aragón y Navarra que pudiese tomar Armas, que no se hallase en ella. Y así se les puede dar con mucha razón crédito a todos los nobles, que por razonables conjeturas se preciaren de haberse hallado en ella sus antecesores. Y así, por tradiciones antiguas de algunos otros linajes consta haberse señalados en esta batalla sus pasados, y haber quedado memoria de ello en sus escudos”. A los efectos que aquí interesan, parece claro que Las Navas, como otros encuentros campales, no solo fue un acontecimiento central para los cronistas, sino también un motor historiográfico que, por sí mismo, generaba nuevas narraciones y ofrecía un verdadero trampolín propagandístico a linajes y lugares» (F. García Fitz; Op. Cit., pág. 49).
A Neem Karoli Baba
En la década de los años sesenta fueron muchas las personas que por una u otra causa su instinto les hacía irse de sus lugares de procedencia buscando algo nuevo, algo que pese a tener una gran carrera con todo el dinero del mundo… no les acababa de llegar.
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