La tarde, meteorológicamente, no fue muy propicia para una celebración literaria, pero ni la lluvia ni el frío impidieron que una digna afluencia de público arropase al poeta. A Bedins le correspondió presentar, además de a Manuel Emilio Castillo, a dos inmensas personalidades de las letras valencianas, como son Jaime Siles y Ricardo Bellveser. Fue Bellveser quien tomó la palabra y deleitó a los presentes con un soberbio discurso en el cual, además de disertar magistralmente sobre el libro, expuso cuáles son los motivos —a su juicio— que explican el poco e injusto reconocimiento que como poeta ha tenido en su trayectoria Manuel Emilio Castillo; groso modo, un inicio tardío en la publicación, publicación, además llevada a cabo en editoriales de escasa proyección o haber nacido y habitado en una localidad periférica de Castellón, fueron según Bellveser, motivos más que suficientes para que este poeta, cercano por edad a la generación novísima, se haya mantenido fuera del canon.
Por su parte, Jaime Siles, recién llegado de Málaga, donde ha sido nombrado académico por la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, deslumbró mediante la pertinente lucidez de algunas anécdotas, como al enumerar las claves de un poemario basado en dos ideas nucleares: el amor y el hecho de versar; aunque comentó que también poseía tintes místicos y metafísicos. Alabó la certera precisión lingüística de Emilio Castillo, su economía del lenguaje y la coherente organicidad de un poemario dividido en tres segmentos definidos. Subrayó la importancia de algunos versos del libro, como por ejemplo, los que abren el poema titulado “Convergencia”: Esta es la clave del verso, / la síntesis de la intemperie y la penumbra; y apuntó después que esta definición del verso era más acertada que la de algunos teóricos.
Bellveser manifestó lo acertado del título, ya que la persona poemática de los versos habla desde el fracaso y la desesperanza. Siguió añadiendo que el tercer apartado del poemario, titulado «Encuentro», supone una poética fragmentada, apreciación que Siles amplió con datos históricos muy relevantes.
La presentación, en manos de dos poetas, críticos, ensayistas y referentes intelectuales como Jaime Siles y Ricardo Bellveser, se convirtió en una conferencia de extremada riqueza que terminó por emocionar a Manuel Emilio Castillo, quien al término de ambas intervenciones, se fundió en un caluroso abrazo con sus invitados.
El poeta, conmocionado en igual medida que el público asistente, dio lectura a sus poemas bajo la atenta mirada y el silencio de los allí congregados, silencio que se rompió en aplauso al finalizar la lectura. Tras algunas preguntas formuladas por personas del público, Juan Luis Bedins agradeció la presencia a personalidades y público y dio por clausurada la presentación.
“Desierto” supone el séptimo poemario para Manuel Emilio Castillo, un autor cuya poesía se aquilata con el tiempo y, en palabras de Bellveser: este libro es un excelente candidato a los Premios de la Crítica Literaria Valenciana del próximo año.
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