“El asesino tímido” es una novela basada en hecho reales, tanto de la autora como de la actriz de los años del destape Sandra Mozarovski, una bella joven de profundos y rasgados ojos azules que murió en extrañas circunstancias cuando se precipitó a la calle desde la terraza de su piso, sito en la cuarta planta de un inmueble céntrico de Madrid. Con tan sólo 18 años había participado en una veintena de películas, la mayoría pertenecientes a ese género tan de moda en el albor de nuestra democracia.
Para escribir “El asesino tímido”, Clara Usón ha navegado en sus recuerdos de adolescente y también en las hemerotecas para saber de la vida de esa actriz española nacida en el 58 en Tánger. “Todo lo que cuento lo he sacado de publicaciones de aquellos años, por eso cuando digo que parecía ser que fue amante del ex monarca Juan Carlos I, lo he sacado de testimonios de la época”, cuenta la escritora barcelonesa con rictus inteligente.
También, se especuló que su caída de la terraza o bien pudo ser un suicidio o un asesinato debido a su relación con el el jubilado monarca. 40 años después el enigma continúa, aunque pasó al olvido hace muchísimo tiempo. Ahora, la escritora catalana lo rescata, pero como una anécdota para contar sus años de juventud. “Fueron años en los que se vivía peligrosamente, las drogas hacían furor por todos lados y creíamos que no eran tan perjudiciales como resultaron ser. Teníamos esperanza e ilusión que fuimos dilapidando en fiestas y borracheras”, recuerda.
“El franquismo era taparse y la democracia destaparse”
“En mis novelas suelo mezclar historias disímiles”, razona la autora de “Valor”. En "El asesino tímido" mezcla su historia personal con la de la exótica actriz que realizó varias cintas de terror erótico. Para Clara Usón “el franquismo era tapase y la democracia destaparse”. Y Sandra Mozarovski lo hacía a la perfección por exigencias del guión. Trabajó con lo más granado del género y hasta llegó a intervenir en la serie más importante de aquellos años: Curro Jiménez. Fue una mujer objeto con una proyección magnífica y que se vio truncada por su fallecimiento.
“El papel de víctima propiciatoria lo sabía hacer a la perfección, de aspecto virginal era violada, torturada, aterrorizada en casi todas las cintas que participaba”, señala la escritora barcelonesa. En aquellos tiempos, a España llegaba todo demasiado tarde, “por eso nuestra generación tenía unas ganas tremendas de vivir, ahora las nuevas generaciones están más interesadas en encontrar trabajo que en la libertad, todo lo contrario que las personas de mi generación”, subraya.
El protagonismo de la actriz queda en un segundo plano cuando Clara Usón recuerda aquellos años suyos. “La relación con mi madre era muy mala. Ella era una víctima del franquismo que se casó y tuvo que cuidar de sus cuatro hijos, cuando ella estaba preparada para desarrollar otras actividades”, describe con un tono de amargura y añade “mi madre me salvó la vida. Cuando maduré la comprendí mucho mejor. Fue una gran mujer”.
“En la vida, no hay que idealizar nada. Todos tenemos defectos y virtudes. Esta novela tiene algo de confesión”, rememora y continúa exponiendo “cuando uno es joven, está convencido de que lo mejor está por llegar. Cuando se llega a viejo es la hora de reflexionar y hacer balance de la vida”. “El asesino tímido” tiene mucho de eso. “Me ha ayudado a quitarme la sensación de culpa que tenía”.
En la vida, no hay que idealizar nada. Todos tenemos defectos y virtudes
Clara Usón reconoce que su novela es “políticamente incorrecta”, quizá porque pone el dedo en las llagas de una sociedad destrozada. “Tenemos todas las instituciones absolutamente podridas”, certifica con acierto y agrega “no tendremos un país totalmente democrático hasta que no se arregle el tema de la corrupción. Por eso, muchas personas creen que el rey es un emblema del engaño. ¿La transición fue algo ejemplar o una componenda?”, se pregunta.
“El asesino tímido” es su tercera novela donde mezcla la realidad con la ficción, “algo que convierte todo en ficción”. “Hablo de mí misma en primera persona. Creo que esto tiene que ver con la edad porque ya empiezo a mirar más al pasado que al futuro”, analiza. En la novela, se ha tratado como a un personaje más.
La novela la ha costado escribirla algo más de dos años, “pese a ser una narración bastante breve”, apunta divertida. “Lo que me lleva más tiempo son las estructuras, las trabajo mucho y, por supuesto, tardo mucho en conseguir la fluidez que me gusta que tengan mis obras. Mi obsesión es no aburrir al lector”, declara la escritora que especifica que “el tema de la novela es el suicido, es algo que me apasiona. Está en todas mis novelas”. Se despide diciendo que “cuando escribo, yo soy Scherezade y el lector es el sultán”. Si no nos gusta ya sabemos lo que deberá pasar. Algo que no ocurrirá porque ha escrito una novela brillante y vibrante.
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