Un negocio que alimenta, según su autor, una ingente economía sumergida, ayuda a financiar el terrorismo y constituye una fuente inagotable de fondos para algunos de los regímenes más represivos.
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\nCon la precisión que requiere todo investigador, Riera realiza en primer lugar un recorrido por la historia del tabaco deteniéndose en su llegada a España y en la forma en la que se empezó a comercializar.
\nSegún se recoge en este libro, no fue hasta la época de Felipe III cuando comienza el contrabando, merced una cédula emitida en 1606 por este monarca en la que se decreta que el tabaco solo podía ser cultivado en las colonias. Su producción por parte de extranjeros sería castigada con la muerte.
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\nLa imposición de la Corona española de que el tabaco, al igual que otros productos, sólo podía exportarse a través de determinados puertos, provocó la aparición de un creciente contrabando con ingleses, franceses y holandeses.
\nA pesar de la severidad de los castigos, y visto el escaso éxito del decreto, en 1614 lo deroga y autoriza la siembra libre y dispone que todo el tabaco producido en las colonias sea enviado a Sevilla, donde se centralizará su producción y venta.
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\nDurante el reinado de Felipe IV se establece para su comercialización lo que se denominó el estanco arrendado y con él, el boom del contrabando.
Entre el 9% y el 11% de los cigarrillos del mercado mundial es ilícito y está en manos de los actores más violentos del planeta
Una práctica que sigue hasta nuestros días, alimentado otros propósitos distintos a los fines pretéritos -el enriquecimiento personal-, como es el de financiar, entre otras cosas y según el autor, al terrorismo y a la mafia.
\nCon profusión de detalles el autor explica en los siguientes capítulos cómo se lleva a cabo la práctica del contrabando y quienes la perpetran. Conocidos contrabandistas como el mallorquín Juan March, grandes estraperlistas como jefes de Falange y gobernadores civiles del régimen franquista, y más recientemente, Laureano Ubiña, Manuel Charlín y Sito Miñanco, tendrán un lugar destacado en este libro, junto a un numeroso grupo de organizaciones terroristas como ETA, el IRA, Hezbolá o el ISIS.
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\nY es que según el autor el contrabando de tabaco es uno de los negocios más antiguo, sencillo, extendido y lucrativo que se conoce. Según la Organización Mundial de la Salud entre el 9% y el 11% de los cigarrillos del mercado mundial es ilícito. Es decir, unos 600 millones de cigarrillos al año están en manos de los actores más violentos del planeta.
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Alejandro Riera (Alicante, 1975) es escritor y periodista. Ha dedicado los últimos diez años de su vida a investigar en profundidad el mundo del crimen organizado. Fruto de ello fueron dos exitosos títulos: La mafia china (Arcopress, 2010) y La Organizatsja. Mafia rusa, mafia roja (Arcopress, 2008), a los que ahora se une Traficantes de humo. El crimen organizado en el contrabando de tabaco\". Guionista de televisión, colabora también con numerosos medios.
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